PROGRAMA
DEL PARTIDO COMUNISTA DE MÉXICO
(MARXISTA-LENINISTA)
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PRESENTACIÓN
El Tercer Congreso Nacional del Partido Comunista
de México (marxista-leninista) realizado a principios de
abril de 1998, aprobó por unanimidad y aclamación
el PROGRAMA DEL PARTIDO COMUNISTA DE MÉXICO (MARXISTA-LENINISTA).
El Programa, forma parte de la Línea Política
Básica del Partido y junto con la Declaración de
Principios, los Estatutos y los Documentos de Táctica y
Estrategia, constituyen el perfil político-ideológico-organizativo
del destacamento de vanguardia de la clase obrera mexicana, destacamento
organizado del proletariado mundial, parte integrante del Movimiento
Comunista Internacional (marxista-leninista) que se expresa en
la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones (marxista-leninistas).
Estos documentos básicos y la práctica
revolucionaria por transformar el mundo le han dado a nuestro
Partido su propia identidad de clase proletaria y lo diferencian
de otras fuerzas y corrientes socialdemócratas, oportunistas,
reformistas, izquierdistas-aventureras, burguesas y pequeñoburguesas.
El Tercer Congreso de nuestro Partido ha trazado
en el Programa de manera científica la línea histórica
y lógica (de acuerdo con las leyes del materialismo dialéctico
e histórico) por la que ha transcurrido la germinación,
consolidación y desarrollo del capitalismo en México.
Se ha tratado que este documento, sin rebajar
su profundidad científica, sea accesible al obrero medio
y sirva en la agitación y la propaganda para organizar
a la clase obrera hacia la revolución proletaria, la instauración
de la dictadura del proletariado y la construcción del
socialismo y el comunismo.
Fraternalmente
Comité Central.
INTRODUCCIÓN
El Programa del Partido Comunista de México
(marxista-leninista), es el programa de la clase obrera mexicana.
Su fundamentación teórica, tiene como base la metodología
de Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir llich Lenin y de Iosif
Visarionovich Stalin.
En nuestro Programa se recoge la experiencia práctica
del proletariado mundial en general y del proletariado mexicano
en particular en su lucha contra el capital y por la emancipación
de la humanidad de la explotación del hombre por el hombre.
Nuestra premisa es la existencia del proletariado como la única
clase capaz de sepultar al capitalismo. Hacemos nuestra la tradición
fundada con la proclamación del Manifiesto del Partido
Comunista, la Primera Internacional, la Comuna de París,
la construcción del Partido Comunista Bolchevique, la Gran
Revolución Socialista de Octubre, la tradición revolucionaria
de la Internacional Comunista, el triunfo del Campo Socialista
sobre el Nazifascismo, la importante experiencia de los países
de ex-democracia popular y la política proletaria de Frente
Popular. Nos consideramos herederos de las mejores tradiciones
del Partido Comunista de México (Sección Mexicana
de la Tercera Internacional) fundado en 1919 y de los destacamentos
revolucionados que se constituyeron en los 60's y 70's del siglo
XX, como una respuesta proletaria a la degeneración y traición
del viejo Partido "Comunista" Mexicano. Estamos orgullosos
de hacer filas en el ejército de los camaradas Lenin y
Stalin.
Nuestro Programa junto a nuestra Declaración
de Principios y nuestros Estatutos, forman los Documentos Básicos
que todo militante del Partido y todo obrero con conciencia de
clase debemos de comprender y aceptar para poder explicarlos a
las amplias masas obreras y populares.
En el Programa está contenida la visión
marxista-leninista del desarrollo del capitalismo en México
y la explicación de cómo de este desarrollo capitalista,
nacen las condiciones materiales y espirituales para su subversión
y su conversión en revolución socialista proletaria
como una base importante para el triunfo de la Revolución
Comunista Mundial.
En este Programa, se destaca el papel fundamental
del Partido Comunista, de la clase obrera y de la violencia revolucionaria
de las masas populares.
Particularmente en México han madurado
las condiciones objetivas para el triunfo de la revolución
socialista. El crecimiento del proletariado industrial, su disciplina,
su contacto directo con lo más importante del desarrollo
científico y tecnológico y su condición de
clase no propietaria, además que de su fuerza de trabajo
y su fusión con el marxismo-leninismo, lo hacen la clase
revolucionaria por excelencia sepulturera del capitalismo.
En este texto, nuestros camaradas y los revolucionarios, antiimperialistas
y demócratas consecuentes encontrarán una explicación
científica del desarrollo del capitalismo mexicano del
capitalismo monopolista de estado de las clases y la lucha de
clases en México y de las tareas que el proletariado en
el poder habrá de emprender en el terreno económico,
político, militar, social, ideológico y cultural,
para el triunfo del socialismo y el comunismo a nivel nacional
e internacional.
CAPÍTULO
I
1.
EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL CAPITALISMO.
a)
De las sociedades precapitalistas.
Se estima que desde hace aproximadamente unos
35 mil años, pequeñas oleadas de hombres asiáticos
empezaron a poblar el continente americano cruzando el estrecho
de Bering. Por un espacio de tiempo bastante prolongado, producto
de la falta de factores materiales que fungieran como aceleradores
de su desarrollo social, los primeros pobladores de América
subsistieron bajo formas de producción comunitarias. Sus
relaciones de producción eran colectivas y de cooperación,
subsistían de la recolección, la caza y la pesca.
Sus instrumentos fueron el garrote y toscas piedras, más
tarde la lanza, el arco y la flecha.
Con el desarrollo paulatino de sus fuerzas productivas
surgió la agricultura y la cría de algunos animales
domésticos y con ello, la vida sedentaria. Así se
acrecentó la división del trabajo, apareció
el trabajo artesanal y el comercio; se esparcieron las aldeas
y los grandes centros para la actividad económica, social
y religiosa de aquellas sociedades, pronto se empezaron a generar
los excedentes de producción, surgieron las clases sociales.
En el preámbulo de la llegada de los españoles,
en lo que actualmente se considera nuestro territorio nacional,
se había desarrollado la sociedad de clases entre los toltecas,
mayas, aztecas, purhépechas, y otros más, aún
cuando persistían comunidades primitivas de cazadores y
recolectores. La sociedad de mayor esplendor fue la azteca, que
sojuzgaba a más de 370 tribus y las hacía tributarias.
Su estructura social la conformaban, por un lado, los productores
directos: macehuales, mayeques, tamemes y tlacotin y, por el otro,
los grupos dominantes: tlatoanis, tetecuhtin y pillilis. El lujo
de los señores aztecas contrastaba con la pobreza del pueblo
azteca y de las tribus conquistadas. Los españoles sentaron
su dominio apoyándose en las propias formas de explotación
y estructuras aztecas.
A la llegada de los colonizadores españoles
las tribus más desarrolladas se encontraban en los primeros
estadios de la sociedad de clases esclavista. La presencia de
los europeos, imprimió características especiales
al desarrollo ulterior de nuestras sociedades, cortando en redondo
cualquier desarrollo independiente ulterior de aquellas.
b)
Acumulación originaria y colonialismo.
La acumulación originaria significó
para los pueblos indígenas de América un costo muy
alto, pues se realizó mediante la conquista violenta, la
esclavización la usurpación, robos, represiones,
asesinatos, segregación racial y el exterminio de gran
parte de la población nativa. El Imperio Español
impuso a sangre y fuego un régimen feudal y colonial de
explotación sobre los indígenas conquistados. Se
aceleró el desarrollo de las fuerzas productivas en beneficio
de los encomenderos, los hacendados, la Corona española
y la burguesía.
Durante la Colonia, los metales preciosos fueron
explotados en provecho de la Corona española; el comercio
monopolizado; la agricultura controlada por las grandes haciendas
feudales y las tierras de los indígenas furtivamente ocupadas.
La Corona española se enriquecía a través
del quinto real, los estancos, las alcabalas, los impuestos, además
de otros tributos. Castas e indios fueron obligados a pagar tributo
al rey, dueño de toda la tierra y la cual concesionaba
a sus vasallos, así como se les obligó a pagar tributos
en especie, en trabajo o en dinero a sus señores o caciques
y, los diezmos y primicias a la iglesia.
Durante la época de la Colonia se desarrolló
una constante lucha de clases. Se multiplicaron las rebeliones
y se dieron decenas de levantamientos e insurrecciones de los
indios, las castas, los mestizos y el pueblo en general en contra
del orden opresor. Entre las innumerables luchas de aquella época
destacan las dirigidas por Jacinto Canek, Yanga, Ayopin, así
como la de los mineros de Real del Monte.
Con el desarrollo inevitable de las fuerzas productivas,
el establecimiento de lazos económicos internos, el desarrollo
histórico, el papel cohesionador del idioma español,
la comunidad de territorio entre las distintas clases y etnias,
las aspiraciones nacionales de las clases explotadas y también
de las clases opresoras nativas, la conformación de una
psicología particular y el sentimiento de opresión
y explotación hacia el imperio español; aparece
la nación mexicana, surgen los sentimientos nacionales
y posteriormente la conciencia nacional.
En 1810 se había establecido en México
un régimen basado en el latifundismo. La profunda opresión
y explotación de que eran objeto las amplias masas campesinas,
indígenas y mestizos, trabajadores de minas, artesanos
y capas pobres de las ciudades fueron la causa de la epopéyica
insurrección de las masas populares que combatieron en
las filas de los ejércitos revolucionarios de Miguel Hidalgo
y Costilla, José María Morelos y Pavón y
otros caudillos, bajo el influjo liberador de las ideas antifeudales
de la Revolución Francesa y el asalto a la Bastilla.
c).-
La formación del capitalismo en México
La revolución de independencia creó
las bases para comenzar la disolución de las trabas económicas
y políticas con carácter precapitalistas, aparece
la producción agrícola sobre bases capitalistas,
pequeños talleres artesanales, así como el pequeño
y el gran comercio, que, paulatinamente, en las primeras décadas,
después de la revolución de independencia, van sentando
los cimientos para el crecimiento del mercado interno, dándose
un gran impulso a la pequeña producción de mercancías,
transformándose poco a poco las actividades de autoconsumo
en actividades económicas que producen esencialmente para
el mercado.
A partir de 1840 hasta fines del siglo XIX se
da la acumulación originaria interna de capital en México
que se caracteriza por un proceso violento de expropiación
de la tierra. Los campesinos y los campesinos-indígenas
son violentamente expulsados de sus tierras al tiempo que se les
expropia se saquean los terrenos comunales; combinado con la inversión
y saqueo de Inglaterra (minería), Francia (comercio) y
EE.UU. (expansionismo territorial norteamericano que para México
significó la pérdida de más de la mitad de
su territorio nacional).
Entre 1840 y 1860, la pequeña producción
individual poco a poco se va transformando en producción
de empresas capitalistas, organizadas bajo la cooperación
simple y el desarrollo del comercio en mayor escala.
Se ejerce la expropiación por unos cuantos,
que privan a la gran masa del pueblo de la tierra y los medios
de vida e instrumentos de trabajo. En este marco histórico,
se dan las leyes de desamortización de las tierras y las
corporaciones civiles (municipios, pueblos etc.) de 1856-1859;
durante el período que comprende de 1867-1876, con la reforma
juarista (la llamada república restaurada), hasta el Porfiriato,
en 1883, con la Ley de Colonización de Terrenos Baldíos,
se da remate al despojo de tierras de los campesinos.
En esta etapa histórica, se desarrolla
la concentración de capitales sobre una base estrictamente
capitalista, transformando los medios de producción individuales
y desperdigados en concentración de la producción,
la propiedad raquítica de muchos, en propiedad gigantesca
de pocos.
Se proletariza a la gran masa del pueblo, expidiéndose
leyes que obligaban a los campesinos, expulsados de sus tierras,
a convertirse en proletarios y a someterse a la disciplina que
exige el trabajo asalariado. La burguesía naciente desarrolla
la violencia física para reclutar jornaleros (proletarios
agrícolas).
La burguesía, utiliza el aparato estatal
para imponerle al trabajo, salarios de hambre y jornadas laborales
extenuantes de 16 a 18 horas (extracción de plusvalía
absoluta), en las minas incluso, se trabajaba de 36 hasta 48 horas
seguidas. Los niños y las mujeres, son incorporados a la
explotación capitalista. Así se desarrolló
el capitalismo en México, chorreando sangre por todos sus
poros.
De las décadas de 1860 a 1890 se desarrolla
la manufactura (textiles, mercancías de consumo inmediato
como el papel, calzado, etc.), que será el régimen
de producción predominante en este periodo y que se desarrolla
al lado de una gran cantidad de talleres artesanales y de la pequeña
producción agrícola que va a ser todavía
muy extensa. Al ser el período de infancia de la gran industria
en esencia, la manufactura no va aportar ninguna transformación
radical al proceso de producción capitalista. Invade la
producción de modo fragmentario, y siempre sobre el vasto
panorama del artesanado urbano, así como de la industria
doméstico rural. La manufactura se desarrolla al ritmo
que crecen las exportaciones de materias primas y alimentos.
A nivel superestructural el predominio del liberalismo
será la base ideológica de la burguesía en
esta etapa y servirá de fundamento para la integración
del Estado Nacional.
En este marco general de despojo, ruina y proletarización
del artesanado y los campesinos, desde 1850 se forman las primeras
asociaciones de trabajadores, se crean el mutualismo, el unionismo,
el cooperativismo, con matices ideológicos que van desde
el socialismo utópico, el anarquismo hasta el cristianismo
primitivo. Representados por Plotino C. Rhodakanaty, el Circulo
de Obreros de México (1872), o Julio López Chávez
(socialista utópico asesinado en el régimen de Benito
Juárez García).
Después de haber sentado sus bases la manufactura,
en la última década del siglo pasado, se comienza
a desarrollar la industria maquinizada en la producción
de diversas mercancías como el algodón, lana, el
lino (industria textil); conservas, cervezas, etc. Se establecen
las primeras grandes industrias maquinizadas en la industria pesada
como la química, el cemento y la siderurgia. Hacen su aparición
los primeros grandes monopolios extranjeros, que comienzan a exportar
capitales a México, característica propia del capitalismo
que entraba a su fase imperialista. Desde este periodo se va dando
el dominio imperialista de E.U. en México y en menor medida
de Inglaterra y Francia (se extiende la presencia del capital
internacional en la industria petrolera, ferrocarriles, minas,
industria eléctrica, teléfonos, intervencionismo
militar, injerencia política). Igualmente en esta etapa
se desarrollan los bancos, las comunicaciones, y sobre todo el
sistema ferroviario que ayudó de manera significativa al
crecimiento del gran comercio para la exportación de materias
primas y alimentos, así como ayudó a la aceleración
de la circulación de las mercancías fortaleciendo
el mercado interno. Además en esta época se empieza
a desarrollar la gran agricultura capitalista.
Para resistir el embate del capital, el proletariado
forma los primeros sindicatos que hacen su aparición en
la última década del siglo pasado. Se desarrollan
huelgas textiles en Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Cananea y Río
Blanco (1906-1907), estas últimas influenciadas por las
organizaciones anarquistas como el Partido Liberal Mexicano dirigido
por Ricardo Flores Magón.
2.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-BURGUESA
DE 1910-1917.
De 1891 a 1905 se fermenta una nueva situación
revolucionaria. La Situación económica, política
y social auguraba una nueva ruptura entre las relaciones sociales
de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas.
Los precios de las mercancías de consumo
popular aumentaban en más de 100% mientras que los precios
de los salarios permanecieron estacionarios, cuando no descendieron.
La represión generalizada se ejercía al proletariado
cuando exigía aumentos de salarios, disminución
de la jornada de trabajo, el derecho de asociación, pago
al trabajo de niños y mujeres etc. En el campo, al proletariado
y al semiproletaríado rural, se le mantenía en una
feroz opresión y explotación por medio del "sistema
de deudas", las "tiendas de raya", etc.
Aunado a lo anterior, existía una gran
concentración de las tierras en pocas manos. Para 1910,
dos terceras partes de la superficie laborable se repartía
entre 834 grandes terratenientes, mientras el país tenía
15 millones de habitantes; tan sólo, diez propietarios,
acaparaban más de 14 millones de hectáreas.
Bajo estas condiciones materiales de existencia
de las masas trabajadoras, se produjo el desencadenamiento de
una dinámica social de efervescencia política, despertándose
el enorme potencial revolucionario existente en su seno, pero
que fueron hábilmente aprovechados por la burguesía
con el amparo de los imperialistas cuya vanguardia político
ideológica fue representada en una primera etapa por Francisco
I. Madero, seguidamente por Venustiano Carranza, posteriormente
por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.
La participación de las masas campesinas,
indígenas, artesanos, obreros y pobres de la ciudad y el
campo fue enorme e impetuosa, sin embargo, no fueron capaces de
llegar al triunfo entre otras cosas debido:
a) la dirección encabezada por Francisco
Villa y Emiliano Zapata, confiaba en la burguesía,
b) por su contenido de clase, de este movimiento
democrático-popular, estaba imposibilitado dotarse de una
dirección propiamente proletaria, y,
c) la inexistencia histórica de un partido
proletario marxista que se basara en la alianza obrero-campesina
y fuese el punto ordenador de las luchas con una proyección
comunista.
La derrota de Villa en los grandes combates de
Celaya y de Trinidad en Guanajuato en 1915, permitió definir
claramente el rumbo que había de tomar el nuevo Estado
mexicano bajo la dirección político-militar de los
representantes del conjunto de la nueva burguesía triunfante.
Es así como la clase en el poder, aprovechó
para llevar a cabo en forma rápida y segura en el periodo
de 1816-1920, el cambio de la vieja organización, en una
nueva organización burguesa y la emboscada del 10 de abril
de 1919, que terminó con la vida del jefe del Ejército
Libertador del Sur, en San Juan Chinameca, ordenada por Carranza
a José María Guajardo, sólo viene a confirmar
la consolidación en el poder de la nueva burguesía
dominante que posteriormente se hizo llamar revolución
hecha gobierno.
Una vez derrotados los campesinos y obreros que
habían sido enfrentados entre sí y establecido el
nuevo régimen democrático burgués, la fracción
burguesa del constitucionalismo dirigida por Carranza fue derrotada
a través de un golpe de Estado por la fracción burguesa
que encabezaban Álvaro Obregón y Plutarco Elías
Calles,
3.
LA CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO Y
EL ESTADO BURGUÉS ACTUAL.
La revolución democrático-burguesa
de 1910-1917 creó las bases económicas y políticas
para el surgimiento de los grandes monopolios industriales, comerciales,
bancarios, y sobre esta base, la creación y consolidación
de una poderosa oligarquía financiera que va a ir sentando
sus reales en las décadas de los 30´s, 40's, y 50's.
Como consecuencia de lo anterior y a través de todo un
proceso político y económico dará forma al
Capitalismo Monopolista de Estado.
A finales de la década de los 30's se da
un importante desarrollo capitalista del país, del que
el principal beneficiario fue la burguesía industrial que
se valió del aparato estatal para promover sus intereses;
reforma agraria, control de importación, desarrollo de
un sistema de bancos nacionales, y la promoción estatal
de la industria.
Desde esa década, la burguesía monopolista,
se ha valido en alto grado del Estado, para desarrollar empresas
básicas en pos de la industrialización, tal fue
el caso en el petróleo, la electricidad; y los impuestos
para financiar el gasto del gobierno federal en obras de infraestructura
y servicios en beneficio de los monopolios.
La reforma agraria del periodo cardenista (1930-1936)
tuvo varias consecuencias de las que podemos destacar: el repunte
de la producción agrícola en oposición al
atraso de las clases terratenientes; la división de clases
en el campo bajo una perspectiva capitalista; la formación
de una producción mercantil complementaria a la gran producción
capitalista; y, la integración de las masas campesinas,
como la quinta columna de la burguesía y su Estado en refuerzo
de sus posiciones políticas.
Con Lázaro Cárdenas del Río,
igualmente se consolidan las bases del régimen de dominación
burguesa actual, al consolidar el PNR como partido de represión
y dominación sobre la clase obrera y las masas populares.
En este período se materializa la corporativización
de las masas obreras y campesinas a través de la CTM, la
CNC, y la CNOP entre otras. La CTM va a ser fundada con la participación
colaboracionista del reformismo oportunista de Lombardo Toledano
y los errores y desviaciones de derecha del PCM, a mediados de
los treintas.
De 1940 a 1970 el proceso del desarrollo capitalista
en México, se manifiesta en gran escala a través
de la industrialización de acuerdo al papel de país
dependiente, que juega México en la división internacional
del trabajo. El proceso de industrialización de estas décadas
se basa en el crecimiento de algunas ramas industriales como:
la petrolera, la química, la automotriz, la farmacéutica,
la siderúrgica, de maquinaria, de aparatos eléctricos,
de perfumes, de cosméticos, de la construcción,
del cemento, de las comunicaciones y del transporte.
Para garantizar la omnipotencia de los monopolios
y el capital financiero, y con el pretexto de "estimular
la iniciativa privada", el Estado burgués mexicano
decretó medidas especiales para administrar directamente
algunas industrias básicas para el crecimiento industrial
(basadas en la explotación de la clase obrera) como la
del petróleo, la de petroquímica básica,
de la electricidad, de la siderurgia y de la minería, para
asegurar la expansión del capital financiero y monopólico-industrial,
aunado al impulso de la modernización de los medios de
transporte. Para asegurar la reproducción de la fuerza
de trabajo proletaria y extraer mayor plusvalía, el Estado
burgués en este periodo desarrolla servicios educativos
y médico-asistenciales. Estas medidas sin duda alguna implicaron
un golpe al imperialismo.
Aumentó la explotación de la fuerza
de trabajo, se desarrolló la productividad del trabajo
y descendió el valor de la fuerza de trabajo. Se arruinó
a la pequeña y mediana agricultura por medio de la política
de "precios de garantía" a los productos campesinos
(materias primas, alimentos), que en realidad eran pagados por
debajo de su valor, para poder mantener bajos salarios industriales
y a fin de cuentas una mayor acumulación de capital.
A nivel político, se mantuvo un férreo
control estatal a través de la GTM, la CNC, desarrollando
además sindicatos de protección. De esta etapa data
la intervención del ejército y la policía
para imponer al charro Jesús Díaz de León
como líder del Sindicato Ferrocarrilero. También
se dan importantes movimientos obreros, destacando los ferrocarrileros,
petroleros y mineros, luchas sindicales de maestros y médicos,
así como el desarrollo del sindicalismo universitario independiente.
Destácase al final de los años 60´s las luchas
radicalizadas del sector estudiantil por todo el país,
que concluye en una de las más sangrientas represiones
del Estado moderno actual sobre un sector del pueblo (movimiento
estudiantil de l968 y 1971).
Después del gran crecimiento industrial
de la década de los años 70's se agudizan las contradicciones
del sistema y estalla la crisis de sobreproducción, que
se manifiesta en la bancarrota de la agricultura, el crecimiento
de la inflación, dando por terminado con la estabilidad
de precios, etc.
En estas circunstancias, se debilita el control
político del Estado burgués e insurge la pequeña-burguesía
radicalizada que en base a la critica del oportunismo y el reformismo
del P"C"M, y la frustración en la década
de los 60´s se crean: la Liga Leninista Espartaco, PDLP,
FRAP FUZ, MAP LC 23 de Septiembre, y otros grupos ultraizquierdistas.
Tomando la esencia de la teoría del foco guerrillero, (en
un contexto internacional con una fuerte influencia del revisionismo
soviético y la revolución cubana) se desarrolla
en México el movimiento armado. La base material de estas
expresiones armadas de la pequeña burguesía urbana
y rural fueron producto del desarrollo contradictorio del capital,
el proceso de industrialización y la crisis que estalló
en los 70's, el problema de la tierra, La falta de créditos
y de libertades democráticas.
De 1982 a 1998 se desarrolló en forma recurrente
la más profunda crisis capitalista que ha padecido México,
que se manifestó en que más del 50% de la fuerza
de trabajo disponible se encontraba desempleada, la miseria se
extendió a limites insospechados, la agricultura se encontraba
en total quiebra afectando principalmente al campesino pobre,
miles de pequeñas y medianas industrias se fueron a la
quiebra, la inversión extranjera se dio en actividades
parasitarias como la bolsa de valores.
En este marco la oligarquía financiera
y el imperialismo implementan la política económica
neoliberal para sostener el proceso de concentración y
centralización de capital. De esta manera el neoliberalismo
es la política económica del capital financiero
de estos tiempos dirigido a garantizar la acumulación capitalista
y el proceso de reproducción ampliada del capital.
En este periodo, la contradicción entre
la socialización de la producción y su apropiación
privada, entre el proletariado y la burguesía se ha visto
incrementada a niveles nunca antes vistos, la concentración
del capital en una pequeña oligarquía financiera
ha llegado a cifras altísimas, concentrándose el
capital en unos cuantos trust, monopolios, y consorcios, como
Alfa, Banacci, Carso, Cemex, Cydsa, ICA, lusa, Maseca, Pulsar,
Televisa, Visa, Bancomer, Vamsa, Vitro, y del imperialismo con
General Motors, Chrysler, Kodak, Sony, Hewlett Packard, IBM, Nissan,
Volkswagen, etc., mientras que en el otro polo, en la clase obrera,
en los últimos 20 años (1977-1997), el aumento del
salario se da por debajo de la inflación, con una pérdida
acumulada del 70%, por lo tanto, el capital sólo ha proporcionado
al proletariado lo mínimo indispensable para mantenerle
en pie, para que reproduzca la fuerza de trabajo necesaria para
la producción. Por el deterioro del salario, la jornada
de la clase obrera en los hechos ha aumentado en promedio a 11
y 12 horas de trabajo para cubrir lo mínimo indispensable
de sobrevivencia. La explotación de la mujer y de los niños
en las grandes maquiladoras que se han extendido en el último
periodo es algo cotidiano. Se desarrolla de manera brutal el hacinamiento
porque dos o tres familias proletarias tienen que vivir en una
misma casa habitación para compartir los gastos de renta,
luz, agua, etc., la desnutrición ha trascendido a ser un
problema generacional que se manifiesta no sólo en el raquitismo,
sino en la degeneración del cuerpo humano por el elevado
precio de los productos básicos y la inserción de
alimentos chatarra en la dieta de la clase obrera y el pueblo
mexicano.
Una parte cada vez mayor de los impuestos es absorbida
por el gasto del ejército, la policía, las cárceles,
los grupos paramilitares y de contra-insurgencia, para mantener
la protección de la propiedad privada y prevenir posibles
estallamientos sociales y golpear a movimientos insurgentes, efectuando
auténticas masacres de campesinos como en Aguas Blancas,
Acteal, Los Loxichas, etc., y en las ciudades como el caso de
los asesinatos y tortura de los jóvenes de la Colonia Buenos
Aires en la Ciudad de México, desarrollando el terrorismo
de estado.
Hoy, las funciones sociales de la burguesía
corren a cargo de empleados y asesores a sueldo. Toda la actividad
de la burguesía, se reduce a cobrar sus ganancias, cortar
cupones y jugar en la bolsa de valores, donde entre uno y otro
burgués, se arrebatan y engullen los capitales de los pequeños
y medianos accionistas, desatando quiebras en la bolsa como fue
el caso del '95 y del '97, convirtiéndose en verdaderos
vampiros que chupan la sangre, el cerebro, los músculos
y humanidad de millones de proletarios que se consumen bajo la
dictadura reaccionaria del capital.
A partir de 1988 se dieron cambios en la composición
del parlamento, hoy el PRI comparte el poder con el PRD y el PAN,
pero el principal protagonista de la democracia burguesa actual,
es la reacción, donde los dirigentes de los monopolios
o sus criaturas ocupan importantísimos puestos en la Cámara
de Diputados, senadores, secretarías de Estado, gubernaturas,
etc.
El parlamento compuesto por los partidos burgueses
y pequeño-burgueses PRI, PAN, PRD, PT, PVEM, se ha convertido
en uno de los principales terrenos de maniobras, engaños,
arribismo político, hipocresía; donde se legisla
en favor de los grandes monopolios y la oligarquía financiera,
se otorgan enormes subsidios a los banqueros, se aprueban altos
impuestos que perjudican a la clase obrera, topes salariales,
etc.
Combinado con el "pluralismo político"
y la "transición a la democracia", el régimen
burgués, reprime y descalifica toda lucha al margen de
la institucionalidad burguesa y sus partidos; en este marco se
recompone el corporativismo sobre la clase obrera, y a la par
de la CTM, se crea la UNT, para disolver el contrato colectivo,
impulsar el contrato por horas y no por jornada laboral, disolver
las mínimas prestaciones sociales, impulsar topes salariales.
La UNT busca adecuarse a los "tiempos modernos" exigiendo
mayor sacrificio para que la burguesía extraiga mayor cantidad
de plusvalía del fondo humano de la clase obrera
Con la profundización de la crisis capitalista
y ante la inminente proletarización de la pequeña
y mediana burguesía, nuevamente, se generan proyectos armados,
con ideología de liberación nacional, castro-guevarista
y maoísta, como el EZLN (1994) y el PDPR-EPR (1996), que
llaman a la lucha armada totalmente al margen de la clase obrera
y su teoría científica, el marxismo-leninismo, sin
haber realizado un proceso de organización de las masas
populares como hacedoras de la historia.
Tal es sucintamente el devenir histórico
del sistema capitalista.
CAPÍTULO II
CARACTERIZACIÓN
DEL CAPITALISMO ACTUAL
1.
MÉXICO EN LA ÉPOCA DE CAPITALISMO FINANCIERO (IMPERIALISMO).
La fase actual y última del capitalismo
a escala mundial es el imperialismo o capitalismo monopolista.
Sus rasgos distintivos fundamentales son: la suplantación
de la libre competencia por la dominación de los monopolios
y el capital financiero, la exportación de capitales, el
reparto del mundo por los trusts internacionales y la finalización
del reparto de toda la tierra entre los grandes piases capitalistas,
adquiriendo las contradicciones del sistema una acentuada amplitud
y profundidad sin precedentes.
Sobre la base del capitalismo monopolista se ha
formado el Capitalismo Monopolísta de Estado. El Estado
Burgués hoy toma la forma de dictadura de la oligarquía
financiera, realiza todas sus actividades en interés de
los principales monopolios. Tal sistema económico-político,
que consiste en la subordinación del aparato estatal a
los monopolios capitalistas y en su utilización para ingerirse
en la vida económica y política del país
con el fin de asegurar las ganancias máximas y de reforzar
la omnipotencia del capital financiero, llámese Capitalismo
Monopolista de Estado.
Esta modalidad que representa el grado más
alto de la socialización capitalista de la producción,
trae consigo un mayor incremento de la explotación de la
clase obrera, de pauperación y ruina de las amplias masas
trabajadoras.
México se encuentra, en tanto que país
capitalista con un nivel de desarrollo económico inferior
a las grandes potencias, sujeto a la dependencia del imperialismo,
principalmente en su aspecto de "anexión" económica
por parte del norteamericano y de otras potencias imperialistas,
nuestro país está circunscrito en una extensa zona
de influencia y control yanqui que es América Latina mediante
un fuerte endeudamiento, dependencia tecnológica, comercio
desigual y desfavorable (acentuado con el Tratado de Libre Comercio),
inversiones extranjeras, concesión de zonas francas, producción
en el interior de empresas imperialistas para el mercado mundial,
saqueo de sus recursos, explotación económica, utilización
en gran escala de nuestra fuerza de trabajo (emigración)
para apuntalar sus centros industriales y agrícolas, así
como a través de la opresión política, social
y nacional; todo ello en el marco de la internacionalización
del capital y la nueva división internacional del trabajo,
una de cuyas premisas es salvar a los Estados imperialistas de
los efectos de la Ley de la tasa decreciente de la ganancia a
costa de la súper-explotación de nuestros pueblos.
Por tal situación el Capitalismo Monopolista de Estado
adquiere en nuestro país características especiales
en consonancia con el sojuzgamiento nacional y extranjero de los
monopolios, acentuándose la ruina de las masas.
Aunque ya en las postrimerías de la revolución
de 1910-17, el principal logro para la burguesía haya sido
(una vez sofocadas las fuerzas progresistas campesinas y la emergencia
del movimiento proletario) el reencausar el proceso de concentración
y centralización de capitales; es fundamentalmente en los
años 40 del siglo XX, cuando el Estado interviene en la
economía directa e indirectamente a través de empresas
públicas y con el fomento a la inversión privada,
para consolidar los grandes grupos monopolios en nuestro país,
que en nuestro caso, más que existir primero y después
entrelazarse con el Estado, surgen en su gran mayoría gracias
a la actuación del Estado moderno.
En México existe una alta concentración
y centralización del capital en manos de unos cuantos monopolios
nacionales y extranjeros que resulta escandalosa tan solo al comparársele
con economías de países semejantes y superiores;
un puñado de magnates controlan los puntos neurálgicos
de la economía del país, existen consorcios que
abarcan ramas enteras de la industria, la agricultura, el comercio,
las finanzas, los servicios e inclusive en el narcotráfico.
La fusión de empresas industriales, comerciales, agrícolas
y bancarias, han dado lugar al predominio del capital financiero
en estrecha vinculación y subordinación al capital
financiero internacional con la penetración de las sociedades
multinacionales, transnacionales e instituciones bancarias extranjeras
lideradas por los yanquis.
En la fase del imperialismo y de la crisis general
del sistema, el Capitalismo Monopolista de Estado acelera e intensifica
dicho proceso de concentración y centralización
de capital utilizando todos los recursos e instrumentos públicos.
La política económica estatal mexicana apoya, fomenta
y protege al capital monopolista con instrumentos como la regulación
del crédito, de los precios, la devaluación, disminución
de los salarios; a través de la inversión y gasto
público en infraestructura básica; con la protección
fiscal, arancelaria, además de otros incentivos a la inversión.
También la legislación de los últimos años
favorece a los grupos monopólicos: Ley de Transferencia
de Tecnología, Ley de Inversiones Extranjeras, reformas
constitucionales, des-regulación económica, entre
otras, promoviendo la participación ventajosa de las grandes
empresas extranjeras y nacionales en la agricultura, el comercio,
la industria, la pesca, el transporte, las finanzas, actividades
forestales y en los servicios, aún al costo de arruinar
a la pequeña y mediana burguesía. El Estado, que
es subsidiario de la gran burguesía, (y este es un elemento
característico de la formación social mundial),
en México, adquiere proporciones inauditas, pues en cada
etapa del desarrollo del capitalismo mexicano, el Estado, ha salvado
una tras otra a la gran burguesía de su bancarrota, pero
ha marchado a la par del desprestigio de las clases gobernantes
y sus dirigentes políticos por la traición que representa
a los intereses del pueblo, y la corrupción y descomposición
del sistema que esto entraña.
Con el Capitalismo Monopolista de Estado, en México
se ha fortalecido un sector de la burguesía nacional (la
oligarquía financiera) contra la clase obrera, el pueblo
en general e inclusive contra las fracciones no monopolistas de
la misma burguesía y, aunque con sus contradicciones evidentes,
en comunión con el capital extranjero y la gran narcoeconomía
con la que tiende continuamente a fundirse. La oligarquía
financiera nacional y el imperialismo controlan la economía
del país, manejan y dominan los grandes monopolios privados
y estatales sometiendo a la mediana y la pequeña industria
a servir de sus apéndices, ejerciendo una influencia tecnológica,
industrial, comercial y financiera avasalladoras.
El Estado en su calidad de instrumento de la oligarquía
financiera lucha contra los efectos negativos que se ciñen
sobre la acumulación de capital, tales como la tendencia
decreciente de la cuota de ganancia y las crisis, sometiendo a
las masas a la sobreexplotación y miseria sobre la base
de todo tipo de programas de reconversión industrial, productividad
y de recuperación económica de corte anti-popular.
En ese sentido intenta mitigar los efectos de la anarquía
reinante en la producción de mercancías y fijar
los montos, ritmo y destino de la inversión, lo que se
enfrenta a la dura realidad de las limitaciones del mercado interno
y las propias tendencias de una economía sujeta a los apetitos
de sus facciones dominantes que se manifiestan en la sed de ganancias
máximas y la priorización en consecuencia del negocio
especulativo.
El capitalismo en México se caracteriza
por una polarización geo-económica, un desequilibrio
entre las distintas ramas de la producción, entre la ciudad
y el campo, provocando la ruina de éste y la concentración
de la población en las grandes ciudades, efectos y manifestaciones
de la anarquía de la producción que al no ser remontados
de los marcos del sistema la lucha del Estado burgués contra
ellos no puede dejar de tener alcances limitados. Así mismo
acrecienta más las diferencias entre el trabajo manual
e intelectual.
La industria y la agricultura desarrolladas en
función de las necesidades del imperialismo, producen fundamentalmente
para la exportación, haciendo de México un país
exportador de materias primas industriales, manufacturas, productos
agrícolas y petróleo. Es decir, nuestra economía
tiene, cada vez con mayor fuerza, una tendencia a la integración
y supeditación a la economía imperialista norteamericana
no solamente como un fenómeno natural del nivel de desarrollo
económico en México sino además, como producto
de una activa participación del estado en las esferas económica,
política y social a favor de la oligarquía financiera
y el imperialismo.
De igual manera el Estado ha jugado un importante
papel al sostener en sus manos durante décadas empresas
necesarias al desarrollo de la gran burguesía y el imperialismo,
que en vista de sus limitaciones financieras, las del mercado
nacional, la coyuntura internacional, el apuntalamiento del Estado,
además de otros aspectos de carácter histórico,
la clase capitalista prefirió y vióse obligada a
que éste (el Estado) las usufructuara en provecho de ella
(la clase capitalista) y del inmenso aparato burocrático
estatal (fuente de nueva burguesía), para que en esa perspectiva,
creara mejores condiciones y reclamara su derecho a poseerlas
en disfrute pleno una vez pasada su fase de consolidación.
En este sentido, es claro que el Estado ha jugado un papel de
primer orden como promotor del capital monopolista. Ha sido decisiva
su intervención en la monopolización de la exploración,
extracción y refinación de petróleo y gas;
del abastecimiento y conservación del agua; de la operación
del sistema de presas y drenajes; de la construcción de
caminos y puentes; de la generación y distribución
de energía eléctrica; de la comunicación
telegráfica; del transporte ferroviario.
En el presente, el Capitalismo Monopolista de
Estado en México, se distingue por la profundidad de la
penetración y dominio de los monopolios nacionales y extranjeros
en el país; por una más activa injerencia imperialista
en todos los terrenos de la vida social: por la reprivatización
de gran cantidad de empresas públicas de carácter
estratégico pasando estas a manos de la oligarquía
financiera y el imperialismo; por la intransigencia de la oligarquía
financiera; por el desmantelamiento de algunos rasgos de corte
chovinista dentro del Estado ajustándose a un mejor y más
eficiente instrumento del poder económico; por la filtración
de espacios de poder político a la narco-economía;
por la completa subordinación de todos los mecanismos estatales
al gran capital y al imperialismo; por la descomposición
de la clase dominante que ha renunciado a todo proyecto desarrollista
del capitalismo en México en pos de sus propias ambiciones,
identificándose con un modelo industrial-agrícola
que responda a las nuevas necesidades de los imperialistas y la
oligarquía financiera.
En la etapa actual, la gran burguesía nacional
ha rebasado los márgenes de proteccionismo limitado como
un status particular de su sojuzgamiento por los imperialistas
para aliarse crecientemente con menos restricciones y en forma
sólida al imperialismo con sus pretensiones hegemónicas
como salida a la emergencia de nuevos bloques imperialistas en
el marco de la nueva división internacional del trabajo,
los limites del mercado mundial, las crisis y la revolución.
2.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS EN MÉXICO.
A consecuencia de las contradicciones internas
del sistema y de la dominación imperialista que pesa sobre
la vida nacional, a nuestro país le toca enfrentar el fenómeno
de la crisis en forma recurrente y exacerbada.
Es sabido que la crisis llámese financiera,
industrial, agrícola o comercial, tiene su causa en la
contradicción existente entre el carácter social
de la producción y el carácter privado de la apropiación
que se revela como la oposición entre la organización
de la producción dentro de los marcos de cada empresa por
separado y la anarquía de la producción en toda
la sociedad; proviene de la naturaleza misma del sistema y el
Capitalismo Monopolista de Estado la lleva a extremas consecuencias.
Las crisis capitalistas son crisis de sobreproducción.
Los capitalistas lanzan al mercado inmensas cantidades de mercancías.
Los almacenes se ven abarrotados de productos que no encuentran
salida por haberse producido en cantidad superior de la que pueden
adquirir las masas trabajadoras que son los principales consumidores,
Los capitalistas reducen la producción despidiendo a una
gran masa de obreros. Se cierran una gran cantidad de empresas.
Aumenta el paro forzoso. Se arruinan los pequeños productores
del campo y la ciudad. La falta de ventas trastorna el comercio.
Los capitalistas sufren una aguda penuria de dinero disponible
para hacer frente a los pagos. En las bolsas se desencadena la
bancarrota descendiendo la cotización de las acciones,
obligaciones y demás títulos de valor y por último,
se produce una racha de quiebras de empresas industriales, establecimientos
de comercio y entidades bancarias. Este fenómeno, ligado
a la ley de la tasa decreciente de la ganancia que impulsa a los
capitalistas a acelerar la composición orgánica
del capital, cuya consecuencia inmediata es el desempleo masivo,
además del de por sí grave paro laboral crónico
que afronta el país, junto a los efectos de la dominación
imperialista y los preceptos de su política neoliberal,
hacen más aguda la crisis del capitalismo en México.
México, vive el fenómeno de la crisis
en forma recurrente. A los brevísimos períodos de
"auge" le suceden una y otra vez las crisis económicas
en tiempos cada vez más prolongados, a tal grado que nuestro
país no ha visto verdaderos períodos de bonanza
capitalista como antaño durante el proceso de industrialización
(1935-1970), apoyado por una coyuntura internacional favorable
y en el crecimiento del mercado nacional e internacional.
A fines de la década de los sesentas y principios de los
setentas del siglo XX, la economía mexicana parecía
tener una buena imagen, había crecimiento económico,
solidez monetaria y estabilidad política, aún a
pesar de la convulsión social que generaron los grandes
movimientos de los trabajadores ferrocarrileros en 1958-59 y el
de estudiantes en 1968. El "milagro mexicano" de crecimiento
económico sostenido que propalaba la burguesía nativa
y aplaudían los imperialistas llegó a su fin. Bajo
el capitalismo, ya no hay cabida para políticas "independientes"
y "nacionales", el actual entrelazamiento de los mercados
en un mercado mundial único, así como la agudización
de la competencia intermonopólica y la formación
de una fuerte oligarquía financiera en el país,
llevan continuamente al estallido de la crisis.
Sin embargo, ya en sí, con independencia
de las condiciones internacionales, este desarrollo que dio un
mayor peso y preponderancia a la industria con respecto a la agricultura
en la economía bajo la égida de la anarquía
de la producción vendría a preparare estallido de
la crisis.
De partida, la quiebra de la agricultura, la anarquía
de la producción, el lento crecimiento del mercado con
respecto a la producción, la aguda concentración
de la riqueza, el saqueo del imperialismo norteamericano de los
recursos naturales del país, y la fuerte crisis económica
y financiera internacional, llevaron a México a sumergirse
en la crisis más severa de los últimos cincuenta
años, quedando el país al borde de la catástrofe
desde mediados de la década de los setentas y sin que hasta
la fecha, a pesar de los breves períodos de reactivación
(en los que se prioriza la inversión extranjera directa,
la especulación financiera y el endeudamiento externo que
se muestran de continuo como impulsores de nuevas crisis), se
haya logrado eliminar los estragos que ésta ha ocasionado
a las masas, antes al contrario, pese a los alardes de la burguesía,
los imperialistas y su Estado, a consecuencia de la crisis las
masas han sido sometidas a la más bárbara explotación
y opresión en condiciones miserables de vida y de trabajo
para pagar los platos rotos.
La historia del capitalismo ha demostrado que
la crisis hace más ricos a los capitalistas y más
pobres a los proletarios, que la política gubernamental
refuerza y amplía la secuela de la crisis para beneficio
de la oligarquía financiera nacional e internacional. En
los últimos años la situación del pueblo
mexicano se ha deteriorado como jamás se haya visto, expresándose
de manera dramática en el empobrecimiento, el desempleo,
la inflación, la carestía de la vida, el deterioro
de la situación social en general. Es decir en un proceso
sostenido de depauperación que atrofia de manera irreversible
todas las cualidades naturales del género humano. El fenómeno
de la crisis radica pues, como queda expresado, en las propias
leyes del sistema capitalista.
3. EL ESTADO BURGUÉS Y EL CONTROL POLÍTICO
DE LAS MASAS.
El orden social existente sólo puede sostenerse por el
sometimiento en todos los sentidos de las masas trabajadoras,
lo que constituye una de las fundamentales actividades del Estado.
El Estado mexicano es el aparato de explotación y opresión
de la burguesía sobre el proletariado, el campesinado y
demás masas trabajadoras a fin de mantener una estabilidad
política que permita la explotación asalariada con
altas ganancias.
Todos los elementos constitutivos del Estado trabajan
en mancomunión para reforzar las cadenas sobre las masas
trabajadoras.
Estas instituciones formadas por el gobierno central,
los gobiernos estatales, el parlamento, los administradores de
la justicia burguesa (poder judicial), los aparatos represivos
(ejército y policías), la burocracia, además
de valerse de los partidos políticos burgueses, del complejo
instrumental de la prensa, la radio, la televisión, entre
otros medios; son los responsables de mantener el statu quo actual.
El Estado burgués ejerce el control de
las masas en lo ideológico, económico, social, administrativo,
jurídico, militar y lo político apoyándose
en cada uno de sus aparatos e instrumentos.
A nivel central, el Poder Ejecutivo concentra
los hilos del control político central y dirección
de los asuntos del Estado burgués, su autoritarismo es
un rasgo distintivo en toda república burguesa y necesario
para sostener el poder burgués. En nuestro país
éste adquiere caracteres virulentos, propicia una mayor
actividad política de la derecha patrocinada por la oligarquía
financiera, el clero y el imperialismo norteamericano, en una
clara línea de fascistización.
Las instancias parlamentarias con el condimento
oposicionista burgués, son un elemento importante para
legitimar el sojuzgamiento de las masas, las cámaras son
el palacio de mercaderes donde los intereses de las masas están
ausentes.
En la administración de justicia y aún
en todos los niveles del aparato estatal impera la corrupción,
el influyentismo, el desprecio a los explotados. El aparato judicial
al igual que el legislativo, son instrumentos que garantizan la
impunidad de la burguesía, de los narcocapitalistas y sus
personeros en el gobierno, para imponer una de las más
feroces formas de explotación capitalista.
El legalismo constituye un arma esgrimida por
todos los representantes del Estado, ha sido pieza clave de la
república burguesa, en un periodo las leyes estaban revestidas
de un carácter nacional revolucionario, aunque no dejaban
de reglamentar el orden de explotación y opresión
burguesa pese a contener aspectos democráticos en su seno,
sin los cuales difícilmente las masas estarían dispuestas
a acatarlas, a todo ello en el último periodo la burguesía,
los imperialistas y sus partidos han insertado una serie de cambios
reaccionarios a la Constitución, como son las modificaciones
al artículo 3º, 27º, etc.
La presión de la lucha del proletariado
y pueblo mexicanos obligó a la burguesía a admitir
ciertas reivindicaciones, tales como las garantías individuales,
los derechos sindicales y sociales, la jornada de 8 horas y el
salario mínimo, no obstante tan sólo han sido derechos
formalmente reconocidos por las leyes, en tanto que no se pueden
cumplir cabalmente en el sistema capitalista como tampoco la burguesía
está dispuesta a que se cumplan. En cada uno de esos derechos
la propia burguesía ha impedido su ejercicio mediante una
reglamentación secundaria o cláusulas complementarias
que niegan, nulifican u obstaculizan su aplicación. Aún
y con todo la burguesía pugna por eliminar las cláusulas
del artículo 123 que le restringen explotar más
intensamente a la fuerza de trabajo, así como socava la
seguridad social integrándola al proceso de especulación
financiera (caso de las afores).
Los partidos políticos de la burguesía,
el sistema electoral, el juego democrático burgués
para la alternancia en el Poder de los partidos burgueses (PAN,
PRI, PRD, entre otros) como una de las salidas preferidas a las
crisis políticas del sistema, el corporativismo, la religión
y los medios masivos de comunicación han sido instrumentos
de la clase dominante para engañar y manipular a las masas
trabajadoras alejándolas de la perspectiva revolucionaría
y atándolas al carro de la burguesía.
Finalmente, cuando las masas pasan a la organización
y lucha, aparece la brutal represión física, en
la que el ejército, las policías, los tribunales
y las cárceles, cumplen su papel como instituciones para
ejercer la violencia organizada de la reacción, que hoy
se manifiesta en un vasto proceso de fascistización en
la vida social del país, trascendiendo como una opción
efectiva para salvar los obstáculos con que se enfrenta
la clase dominante por mantener bajo su control al pueblo. Así
la burguesía maniobra en dos frentes, uno, apostando a
las salidas parlamentarías y pseudodemocráticas,
y el otro, que está desarrollando a la par, es preparando
la salida fascista militar a sus crisis políticas.
CAPÍTULO III
LAS
CLASES SOCIALES Y LA LUCHA DE CLASES
1.-
Burguesía y proletariado.
Como en toda sociedad capitalista, en México,
la burguesía y el proletariado se enfrentan irreconciliablemente.
La burguesía es la clase social propietaria
de los medios de producción, de cambio y de distribución,
que al comprarle al obrero su fuerza de trabajo a cambio de un
salario, se convierte en propietaria de esa fuerza de trabajo
y de su producto.
El móvil de la clase parasitaria burguesa
es extraer el máximo de plusvalía mediante la explotación
y consumo de la fuerza de trabajo del proletariado, es decir,
absorber implacablemente gota a gota la sangre, la humanidad de
la clase obrera.
A la burguesía, se enfrenta el proletariado
que por el papel que juega en la producción y por sus condiciones
materiales, es la clase más revolucionaria de la sociedad
capitalista, una clase que bajo la dictadura del capital, es explotada
y oprimida.
Por Clase de los Proletarios se entiende a los
esclavos modernos, a los esclavos del salario, a aquellos que
privados de medios de producción propios, se ven coaccionados
económicamente a vender su fuerza de trabajo a cambio de
un salario para poder mantenerse con vida y que crean un excedente
que va a parar a manos de la burguesía. La jornada laboral
que debe entregar el obrero al patrón, se divide en tiempo
de trabajo necesario (que es el trabajo suficiente para la reconstitución
humana del obrero), y trabajo excedente (aquel del cual el patrón
se apropia sin ninguna retribución al obrero y que se convierte
en plus-producto o plusvalía). Los proletarios son, los
más importantes productores de la riqueza material. Sus
intereses de clase los obligan a luchar irreconciliablemente contra
el capitalismo. Sólo el proletariado es una clase verdaderamente
revolucionaria.
Como la clase obrera no posee los medios de producción,
no tiene interés en mantenerlos en propiedad privada, por
el contrario, como la propiedad privada de los medios de producción
es la base de la explotación de los obreros por los capitalistas,
el único camino hacia la emancipación de la clase
obrera lleva a la supresión de ésta y a su sustitución
por la propiedad social. Los proletarios son los sepultureros
del capitalismo.
El proletariado mexicano ha crecido extraordinariamente
en número, representa más de la mitad de la población
económicamente activa, es la inmensa mayoría de
los trabajadores del país.
En la clase obrera existen sectores estratégicos
tanto por la importancia de la rama industrial donde laboran,
su numerosa concentración, así como por sus tradiciones
combativas de lucha sindical. Entre estos sectores podemos considerar
a los obreros petroleros, electricistas, telefonistas, ferrocarrileros,
del transporte, de los sistemas de comunicación, de la
industria automotriz, electrónica, química, farmacéutica,
siderúrgica y construcción. Así mismo el
Ejército Industrial de Reserva (desempleados) también
forma parte de la clase de los proletarios.
Estos sectores, con la influencia del Partido
Comunista marxista-leninista, deberán de convertirse en
la vanguardia de la clase y de las amplias masas populares explotadas
y oprimidas por el capital para conducirlas por la senda de la
revolución comunista.
2.-
La pequeña burguesía.
A las clases y capas que se encuentran entre el
proletariado y la burguesía, se les denomina como clases
y capas pequeño-burguesas. La característica fundamental
de la pequeña burguesía, es su actitud vacilante
hacia la lucha que libran de manera irreconciliable la burguesía
y el proletariado. La pequeña burguesía está
atada a la existencia de la propiedad privada de los medios de
producción. Está ligada a los intereses de la burguesía
y en la medida en que defiende sus intereses inmediatos, juega
un papel reaccionario, pero en la medida en que adopta el punto
de vista del proletariado juega un papel potencialmente revolucionario
sirviendo como un aliado importante de la clase obrera.
Sobre la base de su posición hacia el proletariado
y la burguesía, y de su próxima proletarización
o de la posibilidad de que se integren a la burguesía,
diferenciamos entre la pequeña burguesía baja, mediana
y alta, Ella se distribuye en las esferas de la producción
industrial, del comercio, la agricultura, la circulación
monetaria y del aparato del Estado.
Así tenemos que en el régimen capitalista
mexicano se ha consolidado definitivamente una clase pequeño-burguesa
que realiza una producción complementaria de la gran producción
capitalista y que comparece en la arena de la lucha de clases
con "su propia ideología" y "sus propias
reivindicaciones".
El sector integrado por los pequeños productores
capitalistas de mercancías agrícolas e industriales
y los pequeños comerciantes, exigen de la burguesía
y el Estado la derivación de recursos a través de
precios de garantía, la concesión de créditos
baratos y oportunos la renegociación de la cartera vencida,
etc. Este sector en el campo busca desarrollar y proteger la pequeña
producción de mercancías agrícolas, complementaria
del capitalismo agropecuario.
Las reivindicaciones de la pequeña burguesía
industrial y comercial, se orientan a obtener de los capitalistas
dominantes recursos suficientes para el desarrollo de la pequeña
y mediana industria, del pequeño y mediano comercio, la
renegociación de su deuda, que les permita funcionar como
complemento de la producción y el comercio capitalistas.
La pequeña burguesía integrada por
los artesanos, dueños de pequeños talleres, comerciantes
en pequeño, dueños de algún medio de transporte,
y los campesinos, buscan organizarse en gremios, tienen el afán
de luchar contra los estragos de la política del régimen,
pero, por sus condiciones se detienen en la antesala de la lucha
socialista, siendo un deber del proletariado y su Partido Comunista,
conducirlos hacia la revolución socialista.
Se consideran capas pequeño burguesas a
sectores como el estudiantado, profesores, abogados y otros profesionistas
que bajo determinadas condiciones ni son productores de mercancías
ni tienen medios de producción en sus manos, pero que participan
en forma indirecta de los excedentes sustraídos a la clase
de los proletarios, al ser sostenida su educación o sus
ingresos de la plusvalía social distribuida a través
de los gastos de educación, salarios a burócratas,
profesores, etc., sin que aporten un excedente.
De entre la pequeña burguesía se
alimentan las corrientes reformistas, anarquistas, putchistas-blanquistas
e infantilistas de "izquierda". Las clases y capas pequeño
burguesas que padecen permanentemente de las consecuencias de
la política de la gran burguesía, pueden, bajo la
dirección del proletariado, convertirse en combatientes
por la libertad y el socialismo.
3.-
Las clases sociales en el campo.
a)
La burguesía agroindustrial.
El eje de la producción en el campo en
la actualidad es la agricultura y ganadería capitalista
ligada a los grandes monopolios.
La burguesía agroindustrial controla la
producción en el campo en grandes extensiones de tierra
a través de formas intensivas de explotación en
las que se ha logrado sostener crecientemente una importante inversión
de capital. Estas, concentran la mayor parte del capital en el
campo en forma de capital dinerario, instalaciones, granjas, maquinaria,
fertilizantes, abonos, canales de riego, presas, uso de técnicas
modernas en la explotación agrícola y ganadera basadas
en el empleo de la fuerza de trabajo.
B)
Los campesinos ricos.
Una capa inferior de la burguesía rural
la constituyen los campesinos ricos, Es una capa que explota cierta
cantidad de fuerza de trabajo obteniendo excedentes de su producción
campesina, al ser propietaria de las mejores parcelas, al contar
con medios de producción y técnicas superiores,
en relación, a la mayoría de los campesinos.
La situación por la cual se ha formado
una capa superior de los campesinos se debe al desarrollo desigual
propio de toda producción mercantil. En general, esta capa
tiene un doble papel: por un lado tiene un aspecto explotador,
y por el otro, son oprimidos por la burguesía puesto que
sus medios de producción son limitados y se ven afectados
por los precios monopólicos, recurriendo frecuentemente
al endeudamiento y participando de la redistribución de
los excedentes generados pero en favor de la gran burguesía.
c)
Los campesinos medios.
Los campesinos medios con parcelas en propiedad
o ejido, viven de su propio trabajo y el de sus familiares, poseen
algunos medios de producción y contratan en menor medida
asalariados, lo que les permite obtener ocasionalmente un pequeño
excedente. Estos mantienen una situación inestable que
les hace oscilar entre los campesinos pobres y ricos, pero también
ven contrapuestos sus intereses con los de la burguesía
agrícola, comercial y los terratenientes. A estos campesinos
les interesa la industrialización del campo, la diversificación
de sus cultivos y la irrigación, luchan por el crédito
y una comercialización que no les arruine. El movimiento
de esta capa es progresista pero no se dirige contra la dominación
burguesa en sí, sino contra algunos efectos secundarios
que esta produce.
Para que descubra a sus verdaderos enemigos es
necesario su propia experiencia de lucha y la acción que
en su seno desarrolle el proletariado industrial y agrícola
que le conduzca a formas superiores de organización social
y de producción, superando el aislamiento en que se mantiene.
d)
Los campesinos pobres.
Comprende a los campesinos que en su carácter
de pequeños productores agrícolas no alcanzan a
satisfacer sus necesidades más elementales y tienen que
vender eventualmente su fuerza de trabajo para complementar sus
medios de vida, por lo que se ven expuestos a una doble explotación.
Los campesinos pobres son masas numerosas de ejidatarios y minifundistas
cuyas tierras son de mala calidad o están ubicadas muy
al margen de los medios de transporte modernos y suficientes,
carecen de máquinas, herramientas, créditos, semillas,
riego, fertilizantes, etc., por lo que frecuentemente se ven obligados
a rentar sus parcelas por precios ínfimos, venderla o abandonarla,
incorporándose a las filas del proletariado agrícola
o industrial. Los campesinos pobres se han destacado en la lucha
por la tierra, pero sus angustias y miserias económicas
no acabarán sino hasta que se logre un verdadero reparto
agrario que confisque toda la tierra a los latifundistas y burguesía
agraria, para ser entregada a ellos junto con todo el instrumental
necesario para la producción, apoyo técnico, financiero
y comercial.
Sólo la destrucción del sistema
capitalista con el triunfo de la revolución proletaria,
garantizará una vida mejor a los campesinos pobres del
país, que constituyen el aliado más firme del proletariado.
e)
El proletariado agrícola.
El proletariado agrícola constituido por
peones y jornaleros sin tierra es uno de los sectores más
arruinados de la clase obrera que vende su fuerza de trabajo a
la burguesía agroindustrial y campesinos ricos, su condición
es miserable, frecuentemente emigra a las ciudades y a los centros
industriales y agrícolas del imperialismo en busca de empleo,
por su atraso político es cruelmente explotado por la burguesía.
Su participación en la revolución en el campo será
de primer orden.
f)
Las etnias indígenas.
Las etnias indígenas componen un sector
especial que aún preservando características peculiaridades
propias, forman parte de la nacionalidad mexicana, en su mayor
parte pertenecen a los campesinos, artesanos pobres, al semiproletariado,
proletariado rural y en menor medida al proletariado urbano, siendo
explotados y oprimidos como tales por las clases poseedoras, también
existe una pequeña capa de explotadores indígenas.
Las etnias indígenas viven en condiciones económicas
por debajo de las del resto de la población del país,
se les ha expropiado la propiedad de la tierra y arrojados a cultivar
pequeñas parcelas en pésimas condiciones, respecto
a los demás medios de producción modernos su participación
es prácticamente nula, se encuentran brutalmente oprimidos
en el terreno cultural, político y social, siendo además
sometidos a una profunda ignorancia y desigualdad. Por ello, la
defensa de sus etnias y en ese sentido de su derecho a detentar
los medios de producción modernos y de la propiedad de
la tierra, así como su derecho a desarrollar sus propias
características culturales de contenido popular, el uso
de su lengua materna, la enseñanza en centros escolares
propios, su autonomía político-administrativa, la
obtención de un desarrollo equilibrado en todos los niveles
de su vida social, son intereses legítimos reconocidos
por el proletariado como justos.
En el sistema capitalista, las comunidades indígenas
no tienen otra perspectiva que su desaparición, sólo
con la revolución proletaria encontrarán el camino
de su proyección humanista.
4.-
El semiproletariado.
El semiproletariado es una capa social intermedia entre la pequeña
burguesía y el proletariado, que se caracteriza por el
estado de transición de la pequeña burguesía
arruinada a las filas del proletariado por períodos cada
vez más largos y frecuentes
El semiproletariado urbano es una capa que ha
crecido en forma gigantesca en las últimas décadas,
debido a la gran cantidad de campesinos pobres a los que la miseria
y desocupación obliga a emigrar por temporadas a las grandes
ciudades y por la ruina sistemática de la pequeña
burguesía urbana que se ve obligada a vender su fuerza
de trabajo en algunas épocas. El semiproletariado en su
conjunto se ha distinguido por su gran combatividad en la lucha
por el derecho a la tierra en el medio rural, y a la vivienda
en las grandes concentraciones urbanas. Este sector es una de
las fuerzas motrices de la revolución socialista y un aliado
del proletariado.
5.-
La aristocracia obrera y el lumpen proletariado.
La aristocracia obrera es una minoritaria capa
superior del proletariado que disfruta de los privilegios que
se le otorgan debido a las altas ganancias de la clase capitalista.
Esta se compone de los cuadros técnicos, científicos,
profesionales y demás proletarios cualificados que reciben
un salario elevado, de donde derivan en formarse una mentalidad
pequeñoburguesa, mezquina y egoísta. La aristocracia
obrera es portadora de la influencia burguesa, se le utiliza por
el enemigo de clase para corromper, engañar y desorientar
al proletariado. Esta capa sirve de base a los partidos socialdemócratas,
revisionistas y de derecha, de sus filas surgen los líderes
charros y oportunistas.
El lumpen proletariado es producto de la descomposición
de las capas más bajas de la sociedad capitalista, está
compuesto por elementos desclasados, quienes generalmente están
dispuestos a venderse a la reacción para servir a sus maniobras,
son fácilmente reclutados como esquiroles, matones, porros
o agentes. El Iumpen proletariado puede a veces ser arrastrado
al movimiento por una revolución proletaria; sin embargo,
en virtud de todas sus condiciones de vida está más
dispuesto a venderse a la reacción para servir a sus maniobras.
CAPÍTULO IV
EL
CARÁCTER DE LA REVOLUCIÓN EN MÉXICO
En México se requiere de una nueva revolución para
dar solución a los grandes problemas de la clase obrera
y las masas explotadas y oprimidas por el capital.
El carácter de la próxima revolución
en México está determinado por el desarrollo de
las fuerzas productivas que entran en contradicción con
las relaciones sociales de producción imperantes.
Con todo lo asentado, el carácter de la
próxima revolución será socialista, siendo
parte integrante de la revolución comunista mundial. Porque
el capitalismo ha desarrollado en alto grado las fuerzas productivas
preparando así todas las condiciones materiales necesarias
para la organización socialista de la sociedad.
Considerando que el nivel del desarrollo capitalista
en México toma la forma de Capitalismo Monopolista de Estado,
el papel que juega el proletariado en la producción, además
de haberse constituido en la clase mayoritaria de la sociedad,
la fuerza decisiva en su porvenir y, en vista de las insalvables
contradicciones del régimen capitalista, el proletariado
mexicano tiene como tarea histórica principal, destruir
el poder del capital en todas sus manifestaciones.
La única revolución que puede solucionar
de raíz las contradicciones del sistema, es la revolución
proletaria.
El hecho histórico de que la parte más
importante de los medios de producción, circulación
y cambio estén en manos de los grandes monopolios, es decir,
de la oligarquía financiera y el Imperialismo le proporciona
las condiciones materiales para proceder a la expropiación
directa y sin indemnización, pasando estos a manos del
Estado de Dictadura del Proletariado. Con esta propiedad socializada
se procederá al inicio de la construcción del socialismo
sobre la base de la planificación central de la economía.
El hecho de que en nuestro país dominen los monopolios
en todas las ramas de la economía indica que las condiciones
están maduras para que se expropien y pasen a ser propiedad
de todo el pueblo concentrándose en manos del Estado Socialista.
Para dar solución de raíz a la explotación,
miseria y hambre, que cotidianamente vive la clase obrera y el
pueblo en general, es necesaria la revolución socialista.
La revolución socialista es la más amplia y profunda
de todas, ya que el proletariado para alcanzar su propia emancipación
necesita liberar a toda la sociedad, porque no se propone el cambio
de una clase explotadora por otra en el ejercicio del poder, sino
la abolición total de la explotación del hombre
por el hombre, la desaparición de la división de
la sociedad en clases, la extinción del Estado y las leyes
del mercado.
El marxismo-leninismo y la historia enseñan que la única
forma de destruir el Estado burgués es a través
de la violencia revolucionaria, la lucha armada del pueblo, por
medio de la insurrección general obrero-campesina como
única garantía para instaurar el socialismo.
CAPÍTULO V
PROGRAMA
MÁXIMO DE LA CLASE OBRERA Y EL P.C. de M (m-l)
Destrucción
del Estado burgués mexicano.
La Revolución socialista comienza con la
destrucción del Estado burgués mexicano y con ello
de la dominación económica, política y cultural
de la burguesía mexicana y el imperialismo, dando paso
a la instauración de un Estado de Dictadura del Proletariado
como uno de los instrumentos fundamentales para aplastar la resistencia
de las clases explotadoras y para la edificación de la
Sociedad Socialista.
La Dictadura del Proletariado está basada
en la alianza estratégica obrero-campesina y en el ejercicio
de la verdadera democracia, la Democracia Proletaria. Todas las
clases y sectores de clase antes explotados y oprimidos, trabajarán
unidos en la construcción del socialismo bajo la dirección
del proletariado revolucionario encabezado por su Partido Comunista
marxista-leninista.
La destrucción del Estado burgués
mexicano se llevará a cabo a través de las siguientes
medidas:
a) Destrucción de las instituciones del
Estado y las formas de administración burguesas, construyendo
el Estado de Dictadura del Proletariado, cuya administración
pasará a manos del proletariado que se basará en
la Planificación Económica Socialista. La divisa
será: ¡De cada quién según sus capacidades,
a cada quién según su trabajo! Lo anterior será
la garantía para poner la administración socialista
al servicio de la clase obrera y el pueblo en general.
b) Disolución del PRI, PAN, PRD y todos
los partidos burgueses. Disolución del actual régimen;
disolución de los organismos corporativos y fascistizantes,
y, la instauración de la más amplia democracia y
libertad del pueblo para organizarse. El establecimiento del Estado
Socialista se desarrollará desde las fábricas, el
campo, las colonias, poblaciones y demás instancias o centros
en que se agrupan las masas trabajadoras a través de los
Consejos Revolucionarios de Obreros y Campesinos.
c) Destrucción del dominio imperialista,
desconociendo la deuda externa, nacionalizando las empresas extranjeras,
rompiendo todo tipo de acuerdos onerosos para el país,
etc., luchando en un amplio frente anti-imperialista que englobe
a todos los pueblos de la América y el resto del mundo.
d) Destrucción del ejército, las
policías y todos los aparatos represivos del actual régimen.
Creación del Ejército Rojo del Proletariado y las
milicias populares dirigidas por el Partido Comunista de México
(marxista-leninista).
e) El Estado Socialista implantará un sistema
jurídico, que juzgue y castigue a todos los criminales
represores del pueblo.
Edificación
de la sociedad socialista.
La edificación del Estado socialista como
primera fase del comunismo se basa en el cumplimiento de los objetivos
históricos del proletariado que responden a las más
elevadas aspiraciones materiales y espirituales de todo el pueblo.
Estos objetivos son:
1) Serán expropiados y socializados por
el Estado de Dictadura del proletariado sin indemnización,
todos los medios de producción, distribución y cambio
monopolizados por la burguesía y el imperialismo, teniendo
como objetivo eliminar la propiedad privada, su naturaleza estará
orientada a que la producción social se corresponda con
la apropiación social de lo producido, además serán
expropiados sin indemnización todos los bancos, casas de
bolsa, casas de cambio, monopolizados por la burguesía
financiera y el imperialismo, éstas pasarán a manos
del Estado proletario. Se disolverán los organismos financieros
especialmente establecidos por la burguesía que sólo
sirven para especular con las riquezas del pueblo, de igual manera
serán expropiadas todas las reservas de oro, papeles de
valor, depósitos y papel moneda.
2) Se expropiará la tierra sin indemnización
a la burguesía agro-industrial y latifundistas, incluidos
los edificios, maquinaria, ganado e instalaciones que sirvan para
la producción agrícola. Serán anulados todos
los contratos o deudas que pesen sobre los campesinos. De la tierra
expropiada, una parte importantísima será entregada
inmediatamente a los campesinos pobres y proletariado agrícola
que así lo requieran en propiedad, otra menor tomará
la forma de empresas agrícolas estatales para incentivar
al campesinado sobre las ventajas de la producción colectiva.
Donde aún exista la propiedad y producción colectiva
se desarrollará bajo las nuevas condiciones sociales del
régimen socialista dotándoles de más tierras.
A los campesinos se les otorgará apoyo financiero, comercial
y técnico. Por medio de la educación y del ejemplo
se promoverá las ventajas de la producción colectiva
y la socialización de la tierra, así, mediante la
emulación y la persuasión, se promoverá la
colectivización de la tierra y su producto, así
como la ganadería y granjas colectivas. Todas las riquezas
del subsuelo (minerales, petróleo, carbón, gas,
sal, etc.), al igual que los bosques y las aguas de importancia
nacional, serán usufructuadas, con carácter exclusivo
por el Estado Proletario. Todos los ríos, lagos, bosques,
etc., pasarán en usufructo a las comunidades. Las tierras
y haciendas con alto nivel técnico: huertos, plantaciones,
semilleros, viveros, invernaderos, etc., no serán repartidas
sino convertidas en haciendas modelo y transferidas en aprovechamiento
exclusivo del Estado Proletario o a las comunidades, según
su extensión e importancia.
3) El proletariado en el poder establecerá
la soberanía nacional sobre todo el territorio, islas,
costas, arrecifes, aguas nacionales, subsuelo, espacio aéreo,
mediante la expropiación de todas las propiedades de los
monopolios transnacionales e impidiendo toda usurpación
imperialista, desconociendo todo tratado o convenio político,
económico, cultural y militar que coloque a México
en situación de subordinación y neocolonialismo
respecto a los imperialistas. Se nacionalizará sin indemnización
a todas las empresas imperialistas que operan en el país
(bancarias, industriales, comerciales, agrícolas, servicios,
transporte y comunicación) y desconocimiento de la deuda
externa e interna. El Estado proletario establecerá el
monopolio del comercio exterior en beneficio de la construcción
socialista, prohibirá todo tipo de inversión y crédito
del extranjero que venga de países imperialistas. Así
también tenderá permanentemente a eliminar el mercado,
la ley del valor y sus consecuencias. Será desconocido
todo derecho imperialista de patentes y marcas, dado que estos
se basan en el empleo monopolista de la ciencia, la fuga de cerebros,
el robo de conocimientos a los pueblos del mundo por parte de
las superpotencias que promueve el atraso de los pueblos.
4) El Estado de Dictadura del Proletariado garantizará
la defensa y ampliación de las libertades democráticas
de la clase obrera y el pueblo trabajador eliminando así
el control corporativo y opresor que ejercían el Estado
burgués y sus aparatos, garantizando una efectiva participación
en la dirección y construcción de la sociedad socialista
que asegure la satisfacción de las necesidades materiales,
políticas y culturales de las masas trabajadoras.
Por lo tanto la Dictadura Revolucionaria del Proletariado
tendrá como base fundamental la democracia proletaria,
que consistirá en la más amplia y multilateral participación
en la vida económica, política y social de la clase
obrera, los campesinos pobres, la juventud, la mujer, la intelectualidad
progresista y el pueblo en general, a través de los Consejos
Revolucionarios y sus organizaciones de masas.
El Estado Socialista implantará el derecho al trabajo como
derecho básico y elemental de todos los mexicanos. Se prohibirá
el trabajo infantil, y habrá una reducción general
de la jornada de trabajo para las masas trabajadoras y una especial
para la juventud.
5) En la cuestión urbana la revolución
proletaria tendrá como punto de partida expropiar sin indemnización
las grandes propiedades urbanas en manos de la burguesía
dotando a la clase obrera, los trabajadores y habitantes de las
colonias populares de una vivienda amplía con buenos servicios
para asegurar una vida digna y decorosa, liberándolos de
la especulación, saqueo y opresión a que están
sometidos por las compañías inmobiliarias y el Estado
burgués.
Serán traspasados los palacios y edificios
públicos a la administración del Estado proletario.
Como una mas de las medidas para eliminar la contradicción
ciudad-campo, se desconcentrarán las actividades de las
grandes ciudades apoyándose en el desarrollo económico,
político y cultural del campo.
6) El Estado Socialista implementará un
nuevo sistema de asistencia y seguridad social integral que abarque
a la totalidad del pueblo, a la niñez, la mujer, la juventud,
los ancianos y a los discapacitados, que garantice a las masas
trabajadoras el derecho a la educación, la salud, la vivienda
y la recreación.
El Estado Socialista, pondrá al servicio
de las masas populares escuelas, universidades, hospitales, centros
de servicio social y cultural; guarderías, comedores populares
y promoverá la construcción de otras unidades que
alivien el trabajo doméstico permitiendo el desarrollo
integral del niño, el joven y el cuidado humano de los
ancianos.
El Estado Socialista, implantará grandes
medidas sanitarias para prevenir y erradicar las enfermedades
sociales (alcoholismo, drogadicción, cólera, enfermedades
venéreas, SIDA, etc.).
7) Se impulsará una verdadera Revolución
Cultural, educativa y científica para elevar el nivel cultural
de las masas populares para su educación comunista; se
desarrollará la socialización de los conocimientos
científicos, culturales y técnicos para la adquisición
de hábitos de la actividad pública y de dirección,
en lucha contra los vestigios de la cultura decadente, valores
y prejuicios burgueses o pequeño burgueses. De igual manera
será utilizado por el Estado Socialista, el cine, la radio,
televisión, prensa, revistas, teatros, museos, instalaciones
deportivas, pintura, música, escultura, arquitectura, libros,
etc., para una vasta educación general de la clase obrera
y las masas populares que tenga como objetivo la edificación
de una nueva cultura comunista que muestre el desprecio a la explotación,
la depauperación y deshumanización a fin de que
se recupere y eleve nuestra naturaleza humana dejándose
atrás la fetichización del hombre, la enajenación
y la alienación burguesa.
Esta será la base para que florezca la
cultura proletaria (el realismo socialista) en todas sus manifestaciones:
las artes, las ciencias, el deporte, la recreación socialistas.
Se desarrollará una educación realmente científica
puesta al servicio del pueblo trabajador. Esto exige el establecimiento
de un sistema educativo basado en el materialismo dialéctico
e histórico que erradique totalmente el analfabetismo y
combata el idealismo. El Estado socialista pondrá al alcance
efectivo de la clase obrera, de los trabajadores y sus hijos la
educación elemental, media y superior, sobre la base de
la reorganización socialista del trabajo y la educación,
es decir, se dará una combinación de la producción
material con la educación general, el deporte y la cultura.
8) Para combatir la situación opresiva
de la mujer, bajo la Dictadura Revolucionaria del Proletariado,
se dará igualdad efectiva entre el hombre y la mujer en
la vida cotidiana y ante la ley, se promoverá la organización
específica de la mujer a través de un Frente de
mujeres que tendrá como objetivo principal luchar por su
integración efectiva a la vida social del país por
la construcción del socialismo. Se dará una transformación
radical del derecho familiar y matrimonial (reconocimiento de
la maternidad como una responsabilidad social, protección
de la maternidad y de la infancia). Bajo el socialismo se creará
un estado de cosas en el cual la maternidad, no estará
en conflicto con el desarrollo de la mujer, porque no impedirá
más su trabajo en bien del socialismo y su propia liberación.
Se implementará la tutela social de los niños, de
los jóvenes y de su educación (casas-cuna, jardines
de niños, casas de niños, etc.). Creación
de instituciones destinadas a soliviantar la economía doméstica
(lavanderías, cocinas y comedores comunales), lucha sistemática
contra la ideología y las tradiciones que esclavizan a
la mujer (machismo, oscurantismo, etc.).
9) Los pueblos indígenas tendrán
acceso a las tierras en donde están asentados y acceso
a los modernos medios de producción en sus propias regiones,
orientándose en éste sentido la línea de
dotar de territorialidad con desarrollo económico activo,
rompiendo con su tradicional situación de marginalidad,
además tendrán todos los derechos políticos
y beneficios sociales de la revolución socialista. El Estado
Proletario respetará su derecho a la autodeterminación,
sus formas de organización y representación, su
lengua y cultura progresistas promoviendo sus propias escuelas
y universidades, así como su inclusión activa en
la economía, la política y la cultura en el plano
nacional.
10) El proletariado en el poder mantendrá
el ejercicio de una práctica internacionalista activa y
militante que presupone dar la ayuda necesaria al proletariado
y pueblos del mundo que luchan por su emancipación de la
dominación imperialista y la revolución socialista
También aceptará la ayuda del Movimiento Comunista
Internacional Marxista-leninista, el proletariado internacional
y los pueblos del mundo para consolidar el socialismo y cumplir
el objetivo histórico del proletariado que es el establecimiento
de la sociedad comunista en el mundo.
Se observará una política internacional
sujeta al principio del internacionalismo proletario. La firma
de acuerdos y pactos, la actividad diplomática, en conjunto,
toda actividad internacional del Estado Socialista, estará
sujeta a este principio, porque nuestro Estado Socialista será
una base más para el impulso de la revolución comunista
mundial.
11) El Estado Socialista, el Partido, la clase
obrera, el campesinado, la intelectualidad progresista junto a
las demás capas populares de México y del mundo
tendrán que superar las condiciones que permitieron el
surgimiento del revisionismo en el poder y el restablecimiento
del capitalismo donde se construía el socialismo. Por esa
razón, el Estado de Dictadura del Proletariado en México,
trabajará infatigablemente por el triunfo de la revolución
proletaria mundial que creará las condiciones objetivas
y subjetivas para la abolición de las clases sociales,
la extinción del Estado, para borrar las diferencias entre
el campo y la ciudad, entre el trabajo manual e intelectual y
poder alcanzar el supremo principio del comunismo científico
enarbolado por Marx, Engels, Lenin y Stalin, en donde la comunidad
de hombres libres podrá escribir en sus banderas: De cada
quién según sus aptitudes, a cada cual según
sus necesidades
Nuestro objetivo histórico es instaurar
el comunismo a nivel mundial, que será el reencuentro del
género humano con su propia naturaleza humana.
¡¡
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNÍOS!!