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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

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PRESENTACIÓN

La declaración de principios es una breve y general exposición teórica de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo a la luz del desarrollo histórico-social y de las condiciones actuales de la lucha revolucionaria mundial y nacional.
Destaca la necesidad, sustento y formación del partido marxista-leninista y su papel de vanguardia; el carácter y contradicciones fundamentales de nuestra época; el papel revolucionario del proletariado y la inevitabilidad de la revolución proletaria socialista, dotando a los militantes del Partido de un mínimo de conocimientos políticos e ideológicos que les facilite la comprensión correcta de las condiciones históricas de la lucha por el socialismo y su propagación entre las filas proletarias.
La elaboración y concreción de la línea política del Partido y particularmente la presente declaración de principios, ha sido producto del esfuerzo teórico, práctico y colectivo que el conjunto de la militancia ha desarrollado por largos años de actividades y que el I Congreso, celebrado en noviembre del año pasado, tuvo el mérito de discutir y aprobar.
En este documento se fijan los principios básicos sobre los que se ha levantado al Partido, su actividad multilateral revolucionaria y la sólida unidad que lo caracteriza. Estudiarlos y aprenderlos sin conexión alguna con la lucha revolucionaria, recitarlos y repetirlos sin atender las circunstancias particulares de la lucha de clases en un momento concreto es convertirlos en letra muerta y necesariamente en una práctica incorrecta. Por ello, es importante que el estudio y profundización del presente documento se constituya en una tarea básica y permanente al calor de la lucha revolucionaria, para crecer y solidificarnos aún más.
El esfuerzo que la dirección nacional hizo para publicar este material, debe verse como un estímulo más en la necesidad de fortalecer a la organización en todos sus aspectos, particularmente en su calidad teórica, que posibilite a la vez, una concreción práctica en el desarrollo y comprensión de la táctica del Partido. Son también, un excelente instrumento para propagar los ideales comunistas y para desarrollar en todo el país la semilla de la rebeldía encauzada hacia la revolución y el socialismo.

¡Proletarios de todos los países, uníos!
Revolucionariamente:
Comité Central del P.C. de M. (m-l)
febrero de 1986.

Declaración de Principios

Conscientes de que sólo un partido consecuentemente revolucionario del proletariado mexicano es capaz de conducir a éste en la lucha por su completa emancipación y con ella la de todo el pueblo, y en virtud de la traición, degeneración del antiguo Partido Comunista, es que los comunistas nos dimos a la tarea de gestar y fundar, los días 4,5, y 6 de marzo de 1978 en la ciudad de México, El Partido Comunista de México (marxista-leninista), dotando con ello a la clase obrera y pueblo mexicano de su más seguro instrumento de lucha para su liberación y para la eliminación de la opresión y explotación del hombre por el hombre.
Un partido así sólo podía surgir y surgió sobre la base de la estricta aplicación del marxismo-leninismo y la lucha intransigente contra todas las variedades del oportunismo y revisionismo modernos, particularmente contra el revisionismo soviético, el oportunismo e infantilismo castro-guevarista y el maoísmo.
Con la fundación del Partido Comunista de México (marxista-leninista) el proletariado mexicano cuenta nuevamente con su destacamento de vanguardia, con su más importante arma material y espiritual para la destrucción violenta del sistema capitalista y para el derrocamiento del aparato estatal burgués, garante de los intereses de la mediana y gran burguesía del país y del imperialismo en general, particularmente del norteamericano.
Conscientes de que la revolución socialista en nuestro país debe ser obra del propio pueblo, dirigido por el proletariado a través de su propio Partido Comunista y para cuyo triunfo es indispensable la férrea unidad del proletariado y el campesinado es que el Partido Comunista de México (marxista-leninista) llama a todos los revolucionarios y obreros con conciencia de clase a unirse al Partido y a quienes ya forman parte de sus filas a mantenerse firmes: De acuerdo a la siguiente Declaración de Principios a saber:

El Partido

El PC de M (M-L) es el Partido de la clase obrera mexicana su vanguardia consciente y organizada, la forma más elevada de la organización clasista. Une en sus filas a la parte más progresista, revolucionaria y combativa del proletariado y el pueblo mexicanos.

El Partido define toda su política y su actividad bajo la guía del marxismo-leninismo, la fidelidad a la doctrina y principios expresados y desarrollados por Marx, Engels, Lenin y Stalin son y deben ser siempre la fuente de inspiración y unidad consciente del Partido. La base filosófica del Partido se sustenta en la doctrina del materialismo dialéctico e histórico.

El Partido se define como el continuador del glorioso Partido Comunista de México (sección de la Internacional) fundado en 1919 y de las posteriores tradiciones revolucionarias de los comunistas mexicanos que por décadas han mantenido la continuidad del movimiento comunista revolucionario mexicano, aunque en algunos momentos, históricamente, haya sido más débil que en otros. Al recoger el Partido las mejores tradiciones de lucha del proletariado revolucionario y comunistas mexicanos, recoge también, como algo propio los errores cometidos en el pasado, con el fin de sacar las enseñanzas pertinentes y avanzar más seguros en la teoría y práctica de la revolución proletaria socialista en México.

El Partido recoge y hace suyas las grandes y brillantes tradiciones de lucha democrática, revolucionaria y antiimperialista del pueblo mexicano, que van desde los legendarios Cuauhtémoc, Canek y Yanga, hasta los ejércitos campesinos de Morelos y Guerrero, continuando la tradición revolucionaria López Chávez y Cajeme, los combativos obreros de Cananea y Río Blanco, Ricardo Flores Magón, los ejércitos campesino-populares de Zapata y Villa, posteriormente Jaramillo, Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, y en miles de trabajadores y revolucionarios que se han levantado en contra del sistema de opresión y explotación capitalista e imperialista. El Partido recoge también la heroica lucha continuación directa de los esfuerzos desarrollados por los comunistas mexicanos que al igual que J. Guadalupe Rodríguez en los años 20-30, levantaron en alto la bandera de la revolución proletaria y no escatimaron esfuerzo alguno por construir un Partido de Vanguardia. Al igual que recoge la experiencia y la actividad positiva de los diversos grupos, células u organizaciones comunistas que existieron a lo largo de varias décadas, hasta la fundación de nuestro Partido.

Vivimos la época del imperialismo y la revolución proletaria.

La historia de todas las sociedades, exceptuando la comunidad primitiva, hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. Historia del enfrentamiento entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Cada nueva etapa de la sociedad ha significado para la humanidad un desarrollo respecto a la etapa anterior, y una vez que ha alcanzado su grado máximo de desarrollo, un obstáculo para el progreso de la humanidad y sus relaciones de producción se oponen directa y antagónicamente a las fuerzas productivas.

Así ha ocurrido con el feudalismo respecto al esclavismo y con el capitalismo respecto al feudalismo. El capitalismo surgido en las entrañas mismas de la sociedad feudal, como producto de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, tiene desde su nacimiento ésta misma contradicción, establecida esta vez entre una forma de producción social y una forma de apropiación privada de lo producido y de los medios de producción, estableciéndose la contradicción antagónica entre el capital y el trabajo, entre la burguesía y el proletariado. Contradicción que adquiere su grado máximo de enfrentamiento en la etapa superior y final del capitalismo, que es el imperialismo o como lo definiera Lenin: "El imperialismo fase superior del capitalismo".

A partir de las dos últimas décadas del siglo XIX la producción industrial tiene un auge, señalado por el aumento de la productividad y el crecimiento de la mano de obra. Desarrollo que era concentrado en empresas poderosas cuyo crecimiento las lleva a convertirse en monopolios de tal o cual rama de la producción transformando la libre competencia en su contrario, esto es en monopolio. Junto a este proceso de monopolización de una determinada rama de producción se produce también la monopolización en las ramas complementarias, lo que ofrece a los grandes capitalistas enormes ventajas pues eliminan intermediarios y pequeños capitalistas, a la par de consolidar su poder económico. La fusión del capital bancario con el capital industrial da origen al capital financiero que va a controlar no sólo el poder económico, sino también el poder político, a través de la sujeción de la actividad estatal en beneficio de la gran burguesía u oligarquía financiera. Monopolistas que una vez que dominan el mercado nacional pasan a luchar por el mercado mundial, respondiendo esta tendencia a un fenómeno producto de la propia monopolización y la irracionalidad del capitalismo. La producción en función de la ganancia y no de las necesidades populares, la desestabilización del mercado nacional, la sobreproducción, el desempleo, la crisis y la exportación de capitales son fenómenos que se transforman en compañeros de existencia para la propia supervivencia de los monopolios.

La exportación de capitales es dirigida hacia los países no desarrollados, siendo utilizados estos como fuente de materia prima y mercado para el monopolio, pasan a ser dependientes de tal o cual grupo monopolista. La penetración hacia estos países no se da de la noche a la mañana, ya que es iniciada a través de la penetración del capital mediante préstamos, inversiones directas e indirectas, corrupción, etc., produciéndose una nueva forma de colonialismo o neocolonialismo.

Entre los distintos grupos de monopolios existe una enconada lucha por los mercados y luchan entre sí por mantener los propios y avanzar a costa de mercados dominados por otros. Fenómeno que se produce a escala nacional e internacional, siendo éste enfrentamiento el origen de la guerra de rapiña, en la que si bien se ven afectados los intereses del monopolio más débil, fundamentalmente los efectos recaen sobre las masas populares.

El imperialismo con ser la etapa superior del capitalismo es también su última etapa, pues los principios en que está basado no hacen sino agudizar a su límite máximo las contradicciones de clases, siendo los antagonistas directos la burguesía y el proletariado.

Sintetizando, nuestro partido considera, que el capitalismo y su etapa superior y final, el imperialismo, es la forma más brutal de la explotación, es superexplotación, rapiña y guerra. El imperialismo ha simplificado al máximo las contradicciones y ha colocado al proletariado como la única clase capaz de encabezar la revolución que derroque este sistema. No existe otra estrategia que derroque y sustituya al régimen de dictadura de la burguesía y únicamente existe la alternativa de implantar la dictadura del proletariado. Vivimos la época del imperialismo y la revolución proletaria.

La situación mundial.

El mundo moderno está sumergido en una compleja situación internacional. Las contradicciones que inevitablemente en él se manifiestan, tienen su expresión en una diversidad de matices, alianzas, enfrentamientos y luchas que deben ser analizadas bajo la luz del marxismo-leninismo. Asistimos a la bancarrota del sistema imperialista mundial que sumergido en una profunda crisis intenta salvarse intensificando su opresión, saqueo y explotación sobre el proletariado y pueblos oprimidos que controla, por un lado y por el otro, invadiendo las áreas de influencia de los otros imperialismos y superpotencias tratando cada uno de ellos de consolidar su propio campo de dominio y destruir el campo de sus enemigos. La aparición del capitalismo y su transformación en un sistema mundial y el ascenso del imperialismo como la forma más acabada y superior del capitalismo así como la existencia del movimiento comunista internacional son las premisas fundamentales de la época y del triunfo de la revolución proletaria mundial. El camino de la revolución de octubre de 1917 en Rusia y su gran victoria de significación universal, las posteriores luchas emprendidas con más fuerza por el proletariado internacional y muy particularmente los cambios operados en la correlación de fuerzas entre el imperialismo y el socialismo después de la segunda guerra mundial traen aparejada la división de la población del planeta en dos campos: un poderoso campo socialista y un moribundo campo imperialista.

El campo socialista es producto de la lucha del proletariado internacional y de los demás trabajadores, pertenece no sólo a las masas donde existe el socialismo, sino también al proletariado internacional y a todos los trabajadores. El rasgo característico del triunfo de la revolución de octubre, es que marca una tajante división del planeta: dos sistemas de vida (dictadura burguesa o dictadura proletaria), y dos campos (el campo socialista y el campo imperialista).

A la muerte del camarada Stalin, los seguidores del campo capitalista en la Unión Soviética, inician abiertamente el proceso de restauración del capitalismo, proceso en el que estarían también, excepción hecha de Albania, los países de democracia popular, y aunque con otras características, Yugoslavia y China, con todo y que el camino emprendido por los revisionistas titoistas, jrushovistas y maoístas representó un duro golpe para el campo del socialismo, éste lejos de desaparecer se viene fortaleciendo en la lucha diaria entre el trabajo y el capital.

En la época actual los bloques más reaccionarios del campo imperialista y los bloques de renegados del m-l emboscados y abiertos que han subvertido el poder en el campo socialista, constantemente modifican sus caretas. De feroces contrarrevolucionarios se disfrazan de "democráticos" y de renegados revisionistas se disfrazan de "marxista-leninistas" (particularmente los revisionistas soviéticos y chinos), pretendiendo engañar a los pueblos para que pasen a formar parte de sus dominios y esferas de influencia en sus intentos hegemonistas y expansionistas de controlar y dominar el mundo, aún a costa de la propia guerra si fuera necesario para desterrar a los otros imperialistas que ahí detentan el poder. La contrapartida a los intereses imperialistas revisionistas de mantener, arribar o usurpar el poder son constantemente frustrados por la creciente indignación y ascenso de la lucha revolucionaria de los pueblos que en todos los terrenos desde la diplomacia hasta la poderosa guerra patriótica y popular combaten a las superpotencias, a las burguesías de los países capitalistas desarrollados y a sus propias burguesías. Las gigantescas oleadas revolucionarias cada vez mayores y poderosas sacuden crudamente al mundo capitalista-imperialista y revisionista, y los sumergen más profundamente en su crisis y en su inevitable destrucción.

Dos tendencias se desarrollan a nivel mundial: la tendencia a la guerra imperialista y la tendencia a la revolución. El poderoso ascenso de la lucha de los pueblos y en particular del proletariado se enmarca dentro de la lucha por destruir el sistema capitalista. El imperialismo, el socialimperialismo, las burguesías nativas y los reaccionarios de todo pelaje enfrentan una poderosa ofensiva popular en la que no pueden vanagloriarse de salir bien librados. Las masas populares y a la cabeza de ellas el proletariado luchan en forma abnegada y heroica contra el sistema capitalista y en esta gran lucha se están fogueando los contingentes que habrán de destruir la dominación de la burguesía. Los pueblos de todo el mundo se hallan de pie: huelgas, tomas de tierra, manifestaciones, enfrentamientos militares se repiten por todo el mundo: la tendencia a la revolución es la tendencia fundamental en el mundo moderno.

En la gran crisis que vive el capitalismo, los imperialistas de todo el mundo están necesitados de expandir sus dominios pero se encuentran por un lado a la resistencia que hacen los pueblos y por el otro a que viven un mundo ya repartido, y que sus intereses chocan con las fronteras de dominación de las otras potencias imperialistas, siendo la única alternativa ante la que se enfrentan los imperialistas: la de expandirse o perecer, la expansión significa guerra entre una potencia y otra(s) particularmente entre las dos superpotencias. "Es necesario tener en cuenta que el peligro de una guerra mundial se deriva de la naturaleza del imperialismo y no sólo de una u otra superpotencia, porque en la actualidad no sólo ellas, sino todos los países imperialistas, los que giran en su órbita y los diversos bloques militares, hacen febriles preparativos guerreristas y al mismo tiempo intensifican su actividad, para evitar por todos los medios el triunfo de la revolución" (Documento de la reunión multilateral de Quito, celebrada en octubre de 1985).

El imperialismo norteamericano y el socialimperialismo Soviético en su política de dominar el mundo; en el cuerno de Africa, en el medio Oriente, en Asia, en América Latina, en Europa en una palabra en todo el mundo, se enfrentan cada vez en mayor medida y se preparan para la guerra como única forma de expandir sus dominios y de no perecer. Mientras que la política de la actual dirección china es clara y definida ante los revolucionarios y pueblos del mundo entero. Es una política típicamente imperialista y de superpotencia, una política belicista y de dominación del mundo. El principal objetivo de la política y estrategia globales chinas, es la unidad política con el imperialismo y los otros imperialistas que son sus aliados, con el fin de que los EEUU, China y los otros grandes países capitalistas sienten su dominación en el mundo. Con la trayectoria que sigue China hace todo lo que está a su alcance por crearse sus propias zonas de influencia, que hasta ahora no han existido, prueba de ello es el conflicto camboyano-vietnamita, conflicto entre dos países vecinos. Instigado por los designios expansionistas de la dirección China y Soviética, la alianza de la dirección China en los cinco continentes con todos los que oprimen y explotan a los pueblos, con los imperialistas norteamericanos y los monopolios europeos. Con las juntas militares fascistas al estilo de Pinochet y con criminales y reyes sanguinarios al estilo de Mobutu, el Sha de Irán y otros; su unión con Tito, Carrillo y otros revisionistas contemporáneos; su viaje a los Balcanes y el Tratado firmado con el Japón, actos que demuestran su política de expansión y de alianza con el imperialismo norteamericano, a fin de expanderse; además de la política hostil, chovinista, criminal y contrarrevolucionaria hacia la República Popular Socialista de Albania y su guía el PTA.

Los focos de guerra existen en todo el mundo, los imperialistas y socialimperialistas enemigos de los pueblos y la actual política de la dirección china pretenden utilizar como carne de cañón al proletariado, al campesinado y en general a todas las clases trabajadoras, para dirimir la supremacía político-económica, utilizando para ello careta, palabras y teorías de "salvación" "democracia" y del "tercer mundo" para justificar su presencia en todos los rincones del planeta, pero los pueblos del mundo no necesitan ni las teorías de los no "alineados" "ni de los tres mundos". Estas teorías que con tanto celo y admiración ensalza la burguesía y la reacción, lejos de favorecer a la revolución y a la lucha de liberación nacional, se oponen a ella. Lejos de ayudar a la lucha revolucionaria de las masas trabajadoras y de los pueblos a liberarse de la opresión y de la explotación, a sacudirse el yugo y la opresión nacional, a conquistar su libertad y soberanía nacional, por el contrario ayudan al imperialismo a mantener el statu quo, a consolidar y perpetuar el odiado sistema capitalista y colonialista; el imperialismo con EEUU a la cabeza, el socialismo y la política expansionista y belicista de China son los principales enemigos de todos los pueblos, y tarde o temprano serán destruidos por las marejadas revolucionarias, como señalara correctamente el camarada Enver Hoxha en el informe ante el VII Congreso del PTA: "El mundo se encuentra en una fase en que la causa de la revolución y de la liberación nacional de los pueblos no es solamente una aspiración y perspectiva, sino también un problema planteado que espera solución". Esta solución se esta gestando, el sistema imperialista y revisionista no tiene ya salida a su crisis, la guerra que responde a los intereses de ellos sólo puede ser evitada mediante la revolución.

Quien vea las cosas desde la lente del marxismo-leninismo y no desde la lente del revisionismo, podrá ver claramente, en la compleja situación internacional, los campos que en ella se mueven por un lado el campo de la revolución en el que forman el proletariado, el campesinado, los pueblos y naciones oprimidas, y por el otro, el campo de la contrarrevolución en el que forman los imperialistas, los revisionistas, las burguesías de los países dependientes y los reaccionarios de todo pelaje.
En el mundo actual existen cuatro grandes contradicciones que son:

- La contradicción entre el proletariado y la burguesía en los países capitalistas y revisionistas.

- La contradicción entre los pueblos oprimidos y el imperialismo existente entre un puñado de naciones imperialistas y centenares de millones de hombres de los pueblos y de los países dependientes ya sea que están sujetos a formas de dominación colonial o neocolonial.

- La contradicción entre los países imperialistas y entre los grupos monopolistas.

- La contradicción entre el campo socialista y el campo imperialista-revisionista.

Dichas contradicciones, así como las luchas que engendran, están vinculadas entre sí e influyen unas en otras. Nadie puede borrar ninguna de estas contradicciones fundamentales ni sustituir de modo subjetivo por una de ella a todas las demás, pero sí teniendo presente que la contradicción entre el socialismo y el capitalismo es la determinante. Dichas contradicciones darán inevitablemente origen a revoluciones de los pueblos, y son éstas las únicas que pueden resolverlas, de tal manera que los movimientos revolucionarios, democráticos-populares y de liberación nacional y el movimiento revolucionario socialista internacional Son dos grandes corrientes históricas revolucionarias de la época actual.
Actualmente, todas las contradicciones, principales de nuestra época se han agudizado al extremo. Estas contradicciones, conducen inevitablemente a la revolución, cuyas condiciones existen y maduran progresivamente. El proletariado soporta cada vez más la opresión y la explotación más salvaje, se ve cada día aumentar la carestía de la vida, es amenazada de formar parte del ejército de desocupados y se ve obligada a hacer innumerables sacrificios. Esta situación convence al proletariado de que es hora de poner fin a los innumerables sacrificios, de hacer el supremo sacrificio; de levantarse en revolución e instaurar la dictadura del proletariado.
Otro hecho hace aún más indispensable la preparación general del proletariado para la revolución: el peligro real que existe de que estalle una nueva guerra mundial. El proletariado tiene el deber de combatir contra la guerra de agresión, pero cuando ésta se vuelve inevitable, el proletariado debe convertirla en revolución. Pero esto no se hace en un día y sin una preparación preliminar sistemática, sin un elevado nivel de conciencia, de movilización y de organización revolucionaria, y sin la dirección de los verdaderos partidos m-l.
Del análisis clasista, de las condiciones internacionales objetivas y de las contradicciones fundamentales a escala mundial se desprende que el imperialismo norteamericano, el socialimperialismo soviético, así como los demás países imperialistas son los principales enemigos de los pueblos y como tales constituyen el mismo peligro.
Las superpotencias y los demás países imperialistas, actuando aisladamente o de concierto, representan en la misma medida y en el mismo grado, el principal enemigo del socialismo, de la libertad y la independencia de las naciones, la mayor fuerza para la defensa de los sistemas de opresión y de explotación, el peligro directo de que la humanidad se vea lanzada a una tercera guerra mundial.

El proletariado es la fuerza dirigente de la Revolución Mundial.

La burguesía ha dejado de representar una alternativa, aunque fuera pasajera para resolver los grandes problemas que hoy vive la humanidad, el papel revolucionario que ésta jugará en su combate contra el feudalismo se ha convertido en un papel contrarrevolucionario en su combate contra las pujantes fuerzas proletarias que el sistema capitalista tiene frenadas. Lo que señalara el camarada Stalin en su discurso al XIX Congreso del PCUS (b) "Antes se consideraba a la burguesía a la cabeza de la nación: la burguesía defendía los derechos y la independencia de la nación poniéndolos "por encima de todo", ahora, la burguesía vende por dólares los derechos y la independencia de la nación; la bandera de la independencia nacional y de la soberanía nacional ha sido arrojada por la borda. No cabe duda que esta bandera tendréis que levantarla vosotros, los representantes de los partidos comunistas y democráticos y llevarla adelante, si queréis ser patriotas, si queréis ser la fuerza dirigente de la nación. Nadie más que vosotros puede levantar esta bandera"; tiene hoy la validez de la verdad, ninguna burguesía en ninguna parte del mundo puede encabezar ningún movimiento revolucionario. En la época del imperialismo, de la revolución proletaria, los movimientos revolucionarios democráticos populares y de liberación nacional sólo pueden ser dirigidas victoriosamente por el proletariado. La burguesía de todo el mundo o es imperialista o es dependiente del imperialismo, la muerte de uno es la muerte de otro. Sólo el proletariado es capaz de unir en un gran frente revolucionario a todos los auténticos patriotas, a todos los que verdaderamente luchan por la democracia, a todos los que efectivamente quieren la independencia.

La historia ha encomendado al proletariado internacional y a los partidos verdaderamente marxista-leninistas, la misión de llevar adelante la lucha revolucionaria y de desarrollarla siempre partiendo de las posiciones del m-l. A la par del crecimiento de la conciencia revolucionaria del proletariado y de la intensificación de su lucha y como resultado de esta lucha, en muchos de los países donde antaño comunistas se hundieron en el revisionismo, hace años que han nacido y refuerzan su personalidad nuevos partidos marxistas-leninistas, que tomarán en sus manos y llevarán adelante la causa del proletariado. En la actualidad estos partidos son jóvenes, pero precisamente por ser vástagos de lo nuevo revolucionario no cesarán de fortalecerse y consolidarse, se convertirán en verdaderos dirigentes probados.

La lucha de clases de los partidos m-l en el mundo se hará cada vez más fuerte, en su seno se agruparán cada vez más los revolucionarios verdaderos, iluminados por las enseñanzas inmortales de Marx, Engels, Lenin y Stalin, el proletariado internacional y las otras masas trabajadoras, bajo la dirección de los verdaderos partidos m-l, tomarán cada vez más conciencia de su papel en la realización y en el victorioso coronamiento de la revolución. Así el frente revolucionario antiimperialista y antirrevisionista, se ampliará día con día y la victoria del proletariado, la victoria de los pueblos se hará más próxima.
Sólo la revolución mundial proletaria y socialista podrá sacar a la humanidad del callejón sin salida que han creado el imperialismo, las guerras imperialistas y la crisis mundial. Aún son tan grandes tanto las dificultades que tenga la revolución, como sus derrotas temporales a los oleajes de la contrarrevolución, el triunfo definitivo del proletariado es inevitable.

Hagan lo que hagan los imperialistas, al final de cuentas no son ellos quienes determinan la historia, sino los pueblos del mundo. Hoy, la situación mundial es tal que la iniciativa histórica ha pasado definitivamente a manos de la clase obrera y de los pueblos. La tendencia principal en el mundo actual es la revolución y el triunfo del socialismo.

El PC de M (m-l) es un destacamento del Movimiento Comunista Internacional.

El Partido es parte integrante del movimiento comunista internacional marxista-leninista. Se atiene a los principios del internacionalismo proletario activo y militante y hermana de lucha con la lucha de los pueblos y naciones de todo el mundo por alcanzar su plena emancipación, por la paz, el progreso, la autodeterminación y el socialismo. En esta lucha y ateniéndose firmemente al principio de que la revolución en cada país es obra de todos los auténticos partidos y organizaciones marxista-leninistas del mundo, con el proletariado y los pueblos y naciones oprimidos y junto con ellos lucha por combatir a todos los explotadores, a los imperialistas, a las dos superpotencias, los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética, así como contra el hegemonismo y chovinismo de la camarilla que dirige la República Popular China. El Partido levanta y mantiene en alto el grito de guerra del proletariado internacional ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS! y la lucha junto con todos los partidos marxista-leninistas del mundo entero por la unidad y la construcción de la internacional comunista.

El Partido lucha contra la expresión de opresión, explotación o discriminación a las personas, colectivos, pueblos y nacionalidades y apoya por doquier todo movimiento social contra el orden social burgués-revisionista y lucha por el desbaratamiento político, ideológico y organizativo del oportunismo y revisionismo modernos, el militarismo, el fascismo y la reacción mundial.

El Partido reconoce en Albania Socialista el ejemplo claro y actual de la dictadura del proletariado y de la construcción del socialismo, como único país socialista que actualmente existe y reconoce en la labor y obra del Partido del Trabajo de Albania y su querido dirigente y fundador camarada Enver Hoxha, fallecido el 11 de abril de 1985, como la labor de los más grandes defensores y continuadores del marxismo-leninismo en nuestra ‚poca junto a la labor común del Movimiento Comunista Internacional.

El capitalismo y la revolución
proletaria en México

México está inmerso en el mundo capitalista. La modalidad que adquiere en nuestro país el capitalismo es la de un Capitalismo Monopolista de Estado dependiente, atrasado y sujeto a la dominación neocolonial del imperialismo, particularmente del norteamericano.

La dependencia de nuestro país respecto al imperialismo norteamericano nos coloca en una situación doblemente desigual pues a la crisis general que vive el imperialismo a nivel mundial, crisis que es desahogada sobre las espaldas de nuestro pueblo, se le suma la propia crisis del capitalismo mexicano. La situación y desarrollo económico de nuestro país son los propios de un país capitalista dependiente, caracterizados por su extrema desigualdad y anarquía. Mientras existen ramas de la economía altamente desarrolladas, empresas de bienes de producción, éstas se encuentran en manos del selecto grupo que conforma a la gran burguesía mexicana.

El proceso creciente de monopolización a la vez de fortalecer a la gran burguesía mexicana coloca en proceso de ruina a los medianos y pequeños productores los que en el mejor de los casos pasan a ser empleados de la gran burguesía. Este proceso de modernización y monopolización en medida en que se encuentra supeditado a la ley de la máxima ganancia, repercute directamente en las condiciones de vida del pueblo, produciendo un creciente proceso de empobrecimiento de las masas populares, señalados por el desempleo que afecta a un total de la fuerza del trabajo y la galopante inflación.

Esta situación de superexplotación del proletariado en las grandes empresas y el proceso de empobrecimiento del pueblo mexicano es sostenida por el estado mexicano que es el instrumento directo de la dictadura de la burguesía y que representa y defiende los intereses de la gran burguesía mexicana y el imperialismo norteamericano.

El estado de la dictadura de la burguesía ejerce su control sobre el pueblo mexicano por medio de sus instrumentos directos de represión (ejército, policías, cuerpos paramilitares) y del control corporativo sobre las masas trabajadoras a través de las centrales obreras-campesinas-populares oficiales agrupadas en el C.T. En los últimos tiempos éste control se pretende ejercer y fortalecer también a través de los sindicatos y organizaciones dominados por los oportunistas.

Tanto mayor es el avance del proceso de monopolización, tanto más se ligan los intereses de la gran burguesía mexicana y el imperialismo norteamericano, cada vez en mayor medida nuestro país se ha convertido en exportador de materia prima hacia los E.E.U.U.

El pueblo mexicano se enfrenta a un estado burgués en el que predomina un sistema de gobierno autoritario con fuertes tendencias hacia el fascismo y sumamente centralizado en el poder ejecutivo por el PRI. El aparente pluripartidismo no es sino un disfraz del más férreo control político e ideológico que se ejerce hacia el pueblo: y, la llamada "democracia" significa la dictadura para los trabajadores y amplias libertades para la minoría explotadora.

El capitalismo mexicano hace tiempo que dejó de cubrir su papel de avanzada y se ha convertido en el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país, las relaciones de producción están en contradicción directa a las fuerzas productivas frenando su desarrollo. El capitalismo mexicano no tiene posibilidad alguna de resolver los graves problemas que vive nuestro país pues no está interesado en desatar las fuerzas productivas. Se requiere de un cambio revolucionario que a través del derrocamiento violento del actual estado instaure un gobierno en el que el pueblo decida su propio destino.

El carácter reaccionario del Estado de la gran burguesía ha provocado un creciente descontento de la clase obrera, el campesinado y otros sectores explotados, descontento expresado en grandes movilizaciones por mejores condiciones de vida, por la democracia y contra las imposiciones y la represión. Movilizaciones que no han alcanzado el grado de unidad, consecuencia y madurez necesaria para plantearse el derrocamiento del estado aunque hacia allí avance.

El estado, gran burgués mexicano enfrenta desde su nacimiento a los intereses y aspiraciones del pueblo mexicano el que tiene un largo historial de lucha democrática anticolonialista y antiimperialista, tradición de lucha revolucionaria y aspiraciones democráticas que lo enfrentan directamente a la gran burguesía y el imperialismo y el estado que los representa.

En el régimen económico que domina nuestro país, la contradicción fundamental es la contradicción entre el proletariado, a la cabeza del pueblo, y la burgues¡a proimperialista; contradicción que establece como única alternativa entre la dictadura de la burguesía, el establecimiento de la dictadura del proletariado.

La revolución socialista en México cubre el doble papel, a la vez que destruye al sistema capitalista mexicano, golpea irremediablemente al imperialismo norteamericano, ligando en un solo haz las tareas socialistas con las antiimperialistas y de liberación nacional.

El PC de M (m-l) está comprometido con la causa de la revolución y el socialismo.

El Partido declara sin rodeos que el estado burgués mexicano, la burguesía, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo soviético, la reacción fascista interna y externa, el oportunismo y el revisionismo modernos, en todos sus matices, son sus enemigos de clase, y proclama abiertamente que el derrocamiento y destrucción del capitalismo mexicano y su estado burgués, la conquista del poder político, la implantación de la dictadura del proletariado y el socialismo son sus objetivos, entendiendo que estos sólo pueden ser alcanzados derrocando violentamente todo el orden social burgués existente. El objetivo final de nuestro partido es la instauración del socialismo.

La revolución proletaria es la intervención violenta y organizada del proletariado en las relaciones de propiedad de la sociedad burguesa, es la expropiación de los bienes de las clases explotadoras, el paso del poder a la clase que se pone por tarea la transformación radical del fundamento económico y social del país suprimiendo la opresión y la explotación del trabajo asalariado.

Para hacer la revolución las condiciones objetivas como subjetivas deben estar dadas. El partido como organización de vanguardia es el principal factor subjetivo de la revolución. La crisis mundial del capitalismo y del sistema burgués mexicano evidencia el grado de madurez que las condiciones objetivas han alcanzado para la revolución. El Partido crece y se desarrolla en medio de la lucha de masas, acumula y prepara fuerzas para la toma del poder mediante la insurrección popular armada, forma superior de lucha del proletariado, para la cual el partido debe prepararse. Para llegar a ese punto el Partido debe unir a las amplias masas populares en torno al proletariado y el partido. En su desarrollo, el Partido utiliza todas las formas de lucha, violentas o pacíficas, legales o ilegales, abiertas o clandestinas, así como también, desarrolla una política de alianzas y compromisos con todas las fuerzas susceptibles de hacerlo y una táctica flexible pero siempre que beneficien al proceso democrático y revolucionario en general.

El partido hace eco de las aspiraciones del pueblo. Guía sus luchas, enarbola sus demandas. Perfila la perspectiva del bienestar de las masas y guía su actividad. Por ello el Partido está fírmemente en la defensa y conquista de un mejor nivel de vida del pueblo; en la lucha contra la fascistización, la reacción y la represión gubernamental; en la defensa y desarrollo de las libertades democráticas, los derechos humanos y los derechos políticos y sociales; en la lucha contra toda manifestación de opresión y explotación, particularmente en contra del imperialismo y por la defensa auténtica y revolucionaria de los intereses nacionales y la soberanía y recursos del país. NUESTRO PARTIDO ESTÁ COMPROMETIDO CON LA CAUSA DE LA REVOLUCIÓN Y EL SOCIALISMO, POR LA DEFENSA DEL PUEBLO Y SU BIENESTAR.

HE AQUI DE MANERA BREVE LOS PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN NUESTRA CAUSA Y ORIENTAN EL SENTIDO DE NUESTRA VIDA, COMO MILITANTES DEL PARTIDO COMUNISTA DE MEXICO (MARXISTA-LENINISTA).


 
 


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