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PRESENTACIÓN
La
declaración de principios es una breve y general exposición
teórica de las tesis fundamentales del marxismo-leninismo
a la luz del desarrollo histórico-social y de las condiciones
actuales de la lucha revolucionaria mundial y nacional.
Destaca la necesidad, sustento y formación del partido
marxista-leninista y su papel de vanguardia; el carácter
y contradicciones fundamentales de nuestra época; el papel
revolucionario del proletariado y la inevitabilidad de la revolución
proletaria socialista, dotando a los militantes del Partido de
un mínimo de conocimientos políticos e ideológicos
que les facilite la comprensión correcta de las condiciones
históricas de la lucha por el socialismo y su propagación
entre las filas proletarias.
La elaboración y concreción de la línea política
del Partido y particularmente la presente declaración de
principios, ha sido producto del esfuerzo teórico, práctico
y colectivo que el conjunto de la militancia ha desarrollado por
largos años de actividades y que el I Congreso, celebrado
en noviembre del año pasado, tuvo el mérito de discutir
y aprobar.
En este documento se fijan los principios básicos sobre
los que se ha levantado al Partido, su actividad multilateral
revolucionaria y la sólida unidad que lo caracteriza. Estudiarlos
y aprenderlos sin conexión alguna con la lucha revolucionaria,
recitarlos y repetirlos sin atender las circunstancias particulares
de la lucha de clases en un momento concreto es convertirlos en
letra muerta y necesariamente en una práctica incorrecta.
Por ello, es importante que el estudio y profundización
del presente documento se constituya en una tarea básica
y permanente al calor de la lucha revolucionaria, para crecer
y solidificarnos aún más.
El esfuerzo que la dirección nacional hizo para publicar
este material, debe verse como un estímulo más en
la necesidad de fortalecer a la organización en todos sus
aspectos, particularmente en su calidad teórica, que posibilite
a la vez, una concreción práctica en el desarrollo
y comprensión de la táctica del Partido. Son también,
un excelente instrumento para propagar los ideales comunistas
y para desarrollar en todo el país la semilla de la rebeldía
encauzada hacia la revolución y el socialismo.
¡Proletarios
de todos los países, uníos!
Revolucionariamente:
Comité Central del P.C. de M. (m-l)
febrero de 1986.
Declaración
de Principios
Conscientes
de que sólo un partido consecuentemente revolucionario
del proletariado mexicano es capaz de conducir a éste en
la lucha por su completa emancipación y con ella la de
todo el pueblo, y en virtud de la traición, degeneración
del antiguo Partido Comunista, es que los comunistas nos dimos
a la tarea de gestar y fundar, los días 4,5, y 6 de marzo
de 1978 en la ciudad de México, El Partido Comunista de
México (marxista-leninista), dotando con ello a la clase
obrera y pueblo mexicano de su más seguro instrumento de
lucha para su liberación y para la eliminación de
la opresión y explotación del hombre por el hombre.
Un partido así sólo podía surgir y surgió
sobre la base de la estricta aplicación del marxismo-leninismo
y la lucha intransigente contra todas las variedades del oportunismo
y revisionismo modernos, particularmente contra el revisionismo
soviético, el oportunismo e infantilismo castro-guevarista
y el maoísmo.
Con la fundación del Partido Comunista de México
(marxista-leninista) el proletariado mexicano cuenta nuevamente
con su destacamento de vanguardia, con su más importante
arma material y espiritual para la destrucción violenta
del sistema capitalista y para el derrocamiento del aparato estatal
burgués, garante de los intereses de la mediana y gran
burguesía del país y del imperialismo en general,
particularmente del norteamericano.
Conscientes de que la revolución socialista en nuestro
país debe ser obra del propio pueblo, dirigido por el proletariado
a través de su propio Partido Comunista y para cuyo triunfo
es indispensable la férrea unidad del proletariado y el
campesinado es que el Partido Comunista de México (marxista-leninista)
llama a todos los revolucionarios y obreros con conciencia de
clase a unirse al Partido y a quienes ya forman parte de sus filas
a mantenerse firmes: De acuerdo a la siguiente Declaración
de Principios a saber:
El
Partido
El
PC de M (M-L) es el Partido de la clase obrera mexicana su vanguardia
consciente y organizada, la forma más elevada de la organización
clasista. Une en sus filas a la parte más progresista,
revolucionaria y combativa del proletariado y el pueblo mexicanos.
El
Partido define toda su política y su actividad bajo la
guía del marxismo-leninismo, la fidelidad a la doctrina
y principios expresados y desarrollados por Marx, Engels, Lenin
y Stalin son y deben ser siempre la fuente de inspiración
y unidad consciente del Partido. La base filosófica del
Partido se sustenta en la doctrina del materialismo dialéctico
e histórico.
El
Partido se define como el continuador del glorioso Partido Comunista
de México (sección de la Internacional) fundado
en 1919 y de las posteriores tradiciones revolucionarias de los
comunistas mexicanos que por décadas han mantenido la continuidad
del movimiento comunista revolucionario mexicano, aunque en algunos
momentos, históricamente, haya sido más débil
que en otros. Al recoger el Partido las mejores tradiciones de
lucha del proletariado revolucionario y comunistas mexicanos,
recoge también, como algo propio los errores cometidos
en el pasado, con el fin de sacar las enseñanzas pertinentes
y avanzar más seguros en la teoría y práctica
de la revolución proletaria socialista en México.
El
Partido recoge y hace suyas las grandes y brillantes tradiciones
de lucha democrática, revolucionaria y antiimperialista
del pueblo mexicano, que van desde los legendarios Cuauhtémoc,
Canek y Yanga, hasta los ejércitos campesinos de Morelos
y Guerrero, continuando la tradición revolucionaria López
Chávez y Cajeme, los combativos obreros de Cananea y Río
Blanco, Ricardo Flores Magón, los ejércitos campesino-populares
de Zapata y Villa, posteriormente Jaramillo, Genaro Vázquez
y Lucio Cabañas, y en miles de trabajadores y revolucionarios
que se han levantado en contra del sistema de opresión
y explotación capitalista e imperialista. El Partido recoge
también la heroica lucha continuación directa de
los esfuerzos desarrollados por los comunistas mexicanos que al
igual que J. Guadalupe Rodríguez en los años 20-30,
levantaron en alto la bandera de la revolución proletaria
y no escatimaron esfuerzo alguno por construir un Partido de Vanguardia.
Al igual que recoge la experiencia y la actividad positiva de
los diversos grupos, células u organizaciones comunistas
que existieron a lo largo de varias décadas, hasta la fundación
de nuestro Partido.
Vivimos
la época del imperialismo y la revolución proletaria.
La
historia de todas las sociedades, exceptuando la comunidad primitiva,
hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.
Historia del enfrentamiento entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción. Cada nueva etapa de la sociedad
ha significado para la humanidad un desarrollo respecto a la etapa
anterior, y una vez que ha alcanzado su grado máximo de
desarrollo, un obstáculo para el progreso de la humanidad
y sus relaciones de producción se oponen directa y antagónicamente
a las fuerzas productivas.
Así
ha ocurrido con el feudalismo respecto al esclavismo y con el
capitalismo respecto al feudalismo. El capitalismo surgido en
las entrañas mismas de la sociedad feudal, como producto
de la contradicción entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción, tiene desde su nacimiento ésta
misma contradicción, establecida esta vez entre una forma
de producción social y una forma de apropiación
privada de lo producido y de los medios de producción,
estableciéndose la contradicción antagónica
entre el capital y el trabajo, entre la burguesía y el
proletariado. Contradicción que adquiere su grado máximo
de enfrentamiento en la etapa superior y final del capitalismo,
que es el imperialismo o como lo definiera Lenin: "El imperialismo
fase superior del capitalismo".
A
partir de las dos últimas décadas del siglo XIX
la producción industrial tiene un auge, señalado
por el aumento de la productividad y el crecimiento de la mano
de obra. Desarrollo que era concentrado en empresas poderosas
cuyo crecimiento las lleva a convertirse en monopolios de tal
o cual rama de la producción transformando la libre competencia
en su contrario, esto es en monopolio. Junto a este proceso de
monopolización de una determinada rama de producción
se produce también la monopolización en las ramas
complementarias, lo que ofrece a los grandes capitalistas enormes
ventajas pues eliminan intermediarios y pequeños capitalistas,
a la par de consolidar su poder económico. La fusión
del capital bancario con el capital industrial da origen al capital
financiero que va a controlar no sólo el poder económico,
sino también el poder político, a través
de la sujeción de la actividad estatal en beneficio de
la gran burguesía u oligarquía financiera. Monopolistas
que una vez que dominan el mercado nacional pasan a luchar por
el mercado mundial, respondiendo esta tendencia a un fenómeno
producto de la propia monopolización y la irracionalidad
del capitalismo. La producción en función de la
ganancia y no de las necesidades populares, la desestabilización
del mercado nacional, la sobreproducción, el desempleo,
la crisis y la exportación de capitales son fenómenos
que se transforman en compañeros de existencia para la
propia supervivencia de los monopolios.
La
exportación de capitales es dirigida hacia los países
no desarrollados, siendo utilizados estos como fuente de materia
prima y mercado para el monopolio, pasan a ser dependientes de
tal o cual grupo monopolista. La penetración hacia estos
países no se da de la noche a la mañana, ya que
es iniciada a través de la penetración del capital
mediante préstamos, inversiones directas e indirectas,
corrupción, etc., produciéndose una nueva forma
de colonialismo o neocolonialismo.
Entre
los distintos grupos de monopolios existe una enconada lucha por
los mercados y luchan entre sí por mantener los propios
y avanzar a costa de mercados dominados por otros. Fenómeno
que se produce a escala nacional e internacional, siendo éste
enfrentamiento el origen de la guerra de rapiña, en la
que si bien se ven afectados los intereses del monopolio más
débil, fundamentalmente los efectos recaen sobre las masas
populares.
El
imperialismo con ser la etapa superior del capitalismo es también
su última etapa, pues los principios en que está
basado no hacen sino agudizar a su límite máximo
las contradicciones de clases, siendo los antagonistas directos
la burguesía y el proletariado.
Sintetizando,
nuestro partido considera, que el capitalismo y su etapa superior
y final, el imperialismo, es la forma más brutal de la
explotación, es superexplotación, rapiña
y guerra. El imperialismo ha simplificado al máximo las
contradicciones y ha colocado al proletariado como la única
clase capaz de encabezar la revolución que derroque este
sistema. No existe otra estrategia que derroque y sustituya al
régimen de dictadura de la burguesía y únicamente
existe la alternativa de implantar la dictadura del proletariado.
Vivimos la época del imperialismo y la revolución
proletaria.
La
situación mundial.
El
mundo moderno está sumergido en una compleja situación
internacional. Las contradicciones que inevitablemente en él
se manifiestan, tienen su expresión en una diversidad de
matices, alianzas, enfrentamientos y luchas que deben ser analizadas
bajo la luz del marxismo-leninismo. Asistimos a la bancarrota
del sistema imperialista mundial que sumergido en una profunda
crisis intenta salvarse intensificando su opresión, saqueo
y explotación sobre el proletariado y pueblos oprimidos
que controla, por un lado y por el otro, invadiendo las áreas
de influencia de los otros imperialismos y superpotencias tratando
cada uno de ellos de consolidar su propio campo de dominio y destruir
el campo de sus enemigos. La aparición del capitalismo
y su transformación en un sistema mundial y el ascenso
del imperialismo como la forma más acabada y superior del
capitalismo así como la existencia del movimiento comunista
internacional son las premisas fundamentales de la época
y del triunfo de la revolución proletaria mundial. El camino
de la revolución de octubre de 1917 en Rusia y su gran
victoria de significación universal, las posteriores luchas
emprendidas con más fuerza por el proletariado internacional
y muy particularmente los cambios operados en la correlación
de fuerzas entre el imperialismo y el socialismo después
de la segunda guerra mundial traen aparejada la división
de la población del planeta en dos campos: un poderoso
campo socialista y un moribundo campo imperialista.
El
campo socialista es producto de la lucha del proletariado internacional
y de los demás trabajadores, pertenece no sólo a
las masas donde existe el socialismo, sino también al proletariado
internacional y a todos los trabajadores. El rasgo característico
del triunfo de la revolución de octubre, es que marca una
tajante división del planeta: dos sistemas de vida (dictadura
burguesa o dictadura proletaria), y dos campos (el campo socialista
y el campo imperialista).
A
la muerte del camarada Stalin, los seguidores del campo capitalista
en la Unión Soviética, inician abiertamente el proceso
de restauración del capitalismo, proceso en el que estarían
también, excepción hecha de Albania, los países
de democracia popular, y aunque con otras características,
Yugoslavia y China, con todo y que el camino emprendido por los
revisionistas titoistas, jrushovistas y maoístas representó
un duro golpe para el campo del socialismo, éste lejos
de desaparecer se viene fortaleciendo en la lucha diaria entre
el trabajo y el capital.
En
la época actual los bloques más reaccionarios del
campo imperialista y los bloques de renegados del m-l emboscados
y abiertos que han subvertido el poder en el campo socialista,
constantemente modifican sus caretas. De feroces contrarrevolucionarios
se disfrazan de "democráticos" y de renegados
revisionistas se disfrazan de "marxista-leninistas"
(particularmente los revisionistas soviéticos y chinos),
pretendiendo engañar a los pueblos para que pasen a formar
parte de sus dominios y esferas de influencia en sus intentos
hegemonistas y expansionistas de controlar y dominar el mundo,
aún a costa de la propia guerra si fuera necesario para
desterrar a los otros imperialistas que ahí detentan el
poder. La contrapartida a los intereses imperialistas revisionistas
de mantener, arribar o usurpar el poder son constantemente frustrados
por la creciente indignación y ascenso de la lucha revolucionaria
de los pueblos que en todos los terrenos desde la diplomacia hasta
la poderosa guerra patriótica y popular combaten a las
superpotencias, a las burguesías de los países capitalistas
desarrollados y a sus propias burguesías. Las gigantescas
oleadas revolucionarias cada vez mayores y poderosas sacuden crudamente
al mundo capitalista-imperialista y revisionista, y los sumergen
más profundamente en su crisis y en su inevitable destrucción.
Dos
tendencias se desarrollan a nivel mundial: la tendencia a la guerra
imperialista y la tendencia a la revolución. El poderoso
ascenso de la lucha de los pueblos y en particular del proletariado
se enmarca dentro de la lucha por destruir el sistema capitalista.
El imperialismo, el socialimperialismo, las burguesías
nativas y los reaccionarios de todo pelaje enfrentan una poderosa
ofensiva popular en la que no pueden vanagloriarse de salir bien
librados. Las masas populares y a la cabeza de ellas el proletariado
luchan en forma abnegada y heroica contra el sistema capitalista
y en esta gran lucha se están fogueando los contingentes
que habrán de destruir la dominación de la burguesía.
Los pueblos de todo el mundo se hallan de pie: huelgas, tomas
de tierra, manifestaciones, enfrentamientos militares se repiten
por todo el mundo: la tendencia a la revolución es la tendencia
fundamental en el mundo moderno.
En
la gran crisis que vive el capitalismo, los imperialistas de todo
el mundo están necesitados de expandir sus dominios pero
se encuentran por un lado a la resistencia que hacen los pueblos
y por el otro a que viven un mundo ya repartido, y que sus intereses
chocan con las fronteras de dominación de las otras potencias
imperialistas, siendo la única alternativa ante la que
se enfrentan los imperialistas: la de expandirse o perecer, la
expansión significa guerra entre una potencia y otra(s)
particularmente entre las dos superpotencias. "Es necesario
tener en cuenta que el peligro de una guerra mundial se deriva
de la naturaleza del imperialismo y no sólo de una u otra
superpotencia, porque en la actualidad no sólo ellas, sino
todos los países imperialistas, los que giran en su órbita
y los diversos bloques militares, hacen febriles preparativos
guerreristas y al mismo tiempo intensifican su actividad, para
evitar por todos los medios el triunfo de la revolución"
(Documento de la reunión multilateral de Quito, celebrada
en octubre de 1985).
El
imperialismo norteamericano y el socialimperialismo Soviético
en su política de dominar el mundo; en el cuerno de Africa,
en el medio Oriente, en Asia, en América Latina, en Europa
en una palabra en todo el mundo, se enfrentan cada vez en mayor
medida y se preparan para la guerra como única forma de
expandir sus dominios y de no perecer. Mientras que la política
de la actual dirección china es clara y definida ante los
revolucionarios y pueblos del mundo entero. Es una política
típicamente imperialista y de superpotencia, una política
belicista y de dominación del mundo. El principal objetivo
de la política y estrategia globales chinas, es la unidad
política con el imperialismo y los otros imperialistas
que son sus aliados, con el fin de que los EEUU, China y los otros
grandes países capitalistas sienten su dominación
en el mundo. Con la trayectoria que sigue China hace todo lo que
está a su alcance por crearse sus propias zonas de influencia,
que hasta ahora no han existido, prueba de ello es el conflicto
camboyano-vietnamita, conflicto entre dos países vecinos.
Instigado por los designios expansionistas de la dirección
China y Soviética, la alianza de la dirección China
en los cinco continentes con todos los que oprimen y explotan
a los pueblos, con los imperialistas norteamericanos y los monopolios
europeos. Con las juntas militares fascistas al estilo de Pinochet
y con criminales y reyes sanguinarios al estilo de Mobutu, el
Sha de Irán y otros; su unión con Tito, Carrillo
y otros revisionistas contemporáneos; su viaje a los Balcanes
y el Tratado firmado con el Japón, actos que demuestran
su política de expansión y de alianza con el imperialismo
norteamericano, a fin de expanderse; además de la política
hostil, chovinista, criminal y contrarrevolucionaria hacia la
República Popular Socialista de Albania y su guía
el PTA.
Los
focos de guerra existen en todo el mundo, los imperialistas y
socialimperialistas enemigos de los pueblos y la actual política
de la dirección china pretenden utilizar como carne de
cañón al proletariado, al campesinado y en general
a todas las clases trabajadoras, para dirimir la supremacía
político-económica, utilizando para ello careta,
palabras y teorías de "salvación" "democracia"
y del "tercer mundo" para justificar su presencia en
todos los rincones del planeta, pero los pueblos del mundo no
necesitan ni las teorías de los no "alineados"
"ni de los tres mundos". Estas teorías que con
tanto celo y admiración ensalza la burguesía y la
reacción, lejos de favorecer a la revolución y a
la lucha de liberación nacional, se oponen a ella. Lejos
de ayudar a la lucha revolucionaria de las masas trabajadoras
y de los pueblos a liberarse de la opresión y de la explotación,
a sacudirse el yugo y la opresión nacional, a conquistar
su libertad y soberanía nacional, por el contrario ayudan
al imperialismo a mantener el statu quo, a consolidar y perpetuar
el odiado sistema capitalista y colonialista; el imperialismo
con EEUU a la cabeza, el socialismo y la política expansionista
y belicista de China son los principales enemigos de todos los
pueblos, y tarde o temprano serán destruidos por las marejadas
revolucionarias, como señalara correctamente el camarada
Enver Hoxha en el informe ante el VII Congreso del PTA: "El
mundo se encuentra en una fase en que la causa de la revolución
y de la liberación nacional de los pueblos no es solamente
una aspiración y perspectiva, sino también un problema
planteado que espera solución". Esta solución
se esta gestando, el sistema imperialista y revisionista no tiene
ya salida a su crisis, la guerra que responde a los intereses
de ellos sólo puede ser evitada mediante la revolución.
Quien
vea las cosas desde la lente del marxismo-leninismo y no desde
la lente del revisionismo, podrá ver claramente, en la
compleja situación internacional, los campos que en ella
se mueven por un lado el campo de la revolución en el que
forman el proletariado, el campesinado, los pueblos y naciones
oprimidas, y por el otro, el campo de la contrarrevolución
en el que forman los imperialistas, los revisionistas, las burguesías
de los países dependientes y los reaccionarios de todo
pelaje.
En el mundo actual existen cuatro grandes contradicciones que
son:
-
La contradicción entre el proletariado y la burguesía
en los países capitalistas y revisionistas.
-
La contradicción entre los pueblos oprimidos y el imperialismo
existente entre un puñado de naciones imperialistas y centenares
de millones de hombres de los pueblos y de los países dependientes
ya sea que están sujetos
a formas de dominación colonial o neocolonial.
-
La contradicción entre los países imperialistas
y entre los grupos monopolistas.
-
La contradicción entre el campo socialista y el campo imperialista-revisionista.
Dichas
contradicciones, así como las luchas que engendran, están
vinculadas entre sí e influyen unas en otras. Nadie puede
borrar ninguna de estas contradicciones fundamentales ni sustituir
de modo subjetivo por una de ella a todas las demás, pero
sí teniendo presente que la contradicción entre
el socialismo y el capitalismo es la determinante. Dichas contradicciones
darán inevitablemente origen a revoluciones de los pueblos,
y son éstas las únicas que pueden resolverlas, de
tal manera que los movimientos revolucionarios, democráticos-populares
y de liberación nacional y el movimiento revolucionario
socialista internacional Son dos grandes corrientes históricas
revolucionarias de la época actual.
Actualmente, todas las contradicciones, principales de nuestra
época se han agudizado al extremo. Estas contradicciones,
conducen inevitablemente a la revolución, cuyas condiciones
existen y maduran progresivamente. El proletariado soporta cada
vez más la opresión y la explotación más
salvaje, se ve cada día aumentar la carestía de
la vida, es amenazada de formar parte del ejército de desocupados
y se ve obligada a hacer innumerables sacrificios. Esta situación
convence al proletariado de que es hora de poner fin a los innumerables
sacrificios, de hacer el supremo sacrificio; de levantarse en
revolución e instaurar la dictadura del proletariado.
Otro hecho hace aún más indispensable la preparación
general del proletariado para la revolución: el peligro
real que existe de que estalle una nueva guerra mundial. El proletariado
tiene el deber de combatir contra la guerra de agresión,
pero cuando ésta se vuelve inevitable, el proletariado
debe convertirla en revolución. Pero esto no se hace en
un día y sin una preparación preliminar sistemática,
sin un elevado nivel de conciencia, de movilización y de
organización revolucionaria, y sin la dirección
de los verdaderos partidos m-l.
Del análisis clasista, de las condiciones internacionales
objetivas y de las contradicciones fundamentales a escala mundial
se desprende que el imperialismo norteamericano, el socialimperialismo
soviético, así como los demás países
imperialistas son los principales enemigos de los pueblos y como
tales constituyen el mismo peligro.
Las superpotencias y los demás países imperialistas,
actuando aisladamente o de concierto, representan en la misma
medida y en el mismo grado, el principal enemigo del socialismo,
de la libertad y la independencia de las naciones, la mayor fuerza
para la defensa de los sistemas de opresión y de explotación,
el peligro directo de que la humanidad se vea lanzada a una tercera
guerra mundial.
El
proletariado es la fuerza dirigente de la Revolución Mundial.
La
burguesía ha dejado de representar una alternativa, aunque
fuera pasajera para resolver los grandes problemas que hoy vive
la humanidad, el papel revolucionario que ésta jugará
en su combate contra el feudalismo se ha convertido en un papel
contrarrevolucionario en su combate contra las pujantes fuerzas
proletarias que el sistema capitalista tiene frenadas. Lo que
señalara el camarada Stalin en su discurso al XIX Congreso
del PCUS (b) "Antes se consideraba a la burguesía
a la cabeza de la nación: la burguesía defendía
los derechos y la independencia de la nación poniéndolos
"por encima de todo", ahora, la burguesía vende
por dólares los derechos y la independencia de la nación;
la bandera de la independencia nacional y de la soberanía
nacional ha sido arrojada por la borda. No cabe duda que esta
bandera tendréis que levantarla vosotros, los representantes
de los partidos comunistas y democráticos y llevarla adelante,
si queréis ser patriotas, si queréis ser la fuerza
dirigente de la nación. Nadie más que vosotros puede
levantar esta bandera"; tiene hoy la validez de la verdad,
ninguna burguesía en ninguna parte del mundo puede encabezar
ningún movimiento revolucionario. En la época del
imperialismo, de la revolución proletaria, los movimientos
revolucionarios democráticos populares y de liberación
nacional sólo pueden ser dirigidas victoriosamente por
el proletariado. La burguesía de todo el mundo o es imperialista
o es dependiente del imperialismo, la muerte de uno es la muerte
de otro. Sólo el proletariado es capaz de unir en un gran
frente revolucionario a todos los auténticos patriotas,
a todos los que verdaderamente luchan por la democracia, a todos
los que efectivamente quieren la independencia.
La
historia ha encomendado al proletariado internacional y a los
partidos verdaderamente marxista-leninistas, la misión
de llevar adelante la lucha revolucionaria y de desarrollarla
siempre partiendo de las posiciones del m-l. A la par del crecimiento
de la conciencia revolucionaria del proletariado y de la intensificación
de su lucha y como resultado de esta lucha, en muchos de los países
donde antaño comunistas se hundieron en el revisionismo,
hace años que han nacido y refuerzan su personalidad nuevos
partidos marxistas-leninistas, que tomarán en sus manos
y llevarán adelante la causa del proletariado. En la actualidad
estos partidos son jóvenes, pero precisamente por ser vástagos
de lo nuevo revolucionario no cesarán de fortalecerse y
consolidarse, se convertirán en verdaderos dirigentes probados.
La
lucha de clases de los partidos m-l en el mundo se hará
cada vez más fuerte, en su seno se agruparán cada
vez más los revolucionarios verdaderos, iluminados por
las enseñanzas inmortales de Marx, Engels, Lenin y Stalin,
el proletariado internacional y las otras masas trabajadoras,
bajo la dirección de los verdaderos partidos m-l, tomarán
cada vez más conciencia de su papel en la realización
y en el victorioso coronamiento de la revolución. Así
el frente revolucionario antiimperialista y antirrevisionista,
se ampliará día con día y la victoria del
proletariado, la victoria de los pueblos se hará más
próxima.
Sólo la revolución mundial proletaria y socialista
podrá sacar a la humanidad del callejón sin salida
que han creado el imperialismo, las guerras imperialistas y la
crisis mundial. Aún son tan grandes tanto las dificultades
que tenga la revolución, como sus derrotas temporales a
los oleajes de la contrarrevolución, el triunfo definitivo
del proletariado es inevitable.
Hagan
lo que hagan los imperialistas, al final de cuentas no son ellos
quienes determinan la historia, sino los pueblos del mundo. Hoy,
la situación mundial es tal que la iniciativa histórica
ha pasado definitivamente a manos de la clase obrera y de los
pueblos. La tendencia principal en el mundo actual es la revolución
y el triunfo del socialismo.
El
PC de M (m-l) es un destacamento del Movimiento Comunista Internacional.
El
Partido es parte integrante del movimiento comunista internacional
marxista-leninista. Se atiene a los principios del internacionalismo
proletario activo y militante y hermana de lucha con la lucha
de los pueblos y naciones de todo el mundo por alcanzar su plena
emancipación, por la paz, el progreso, la autodeterminación
y el socialismo. En esta lucha y ateniéndose firmemente
al principio de que la revolución en cada país es
obra de todos los auténticos partidos y organizaciones
marxista-leninistas del mundo, con el proletariado y los pueblos
y naciones oprimidos y junto con ellos lucha por combatir a todos
los explotadores, a los imperialistas, a las dos superpotencias,
los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética,
así como contra el hegemonismo y chovinismo de la camarilla
que dirige la República Popular China. El Partido levanta
y mantiene en alto el grito de guerra del proletariado internacional
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS! y la lucha junto
con todos los partidos marxista-leninistas del mundo entero por
la unidad y la construcción de la internacional comunista.
El
Partido lucha contra la expresión de opresión, explotación
o discriminación a las personas, colectivos, pueblos y
nacionalidades y apoya por doquier todo movimiento social contra
el orden social burgués-revisionista y lucha por el desbaratamiento
político, ideológico y organizativo del oportunismo
y revisionismo modernos, el militarismo, el fascismo y la reacción
mundial.
El
Partido reconoce en Albania Socialista el ejemplo claro y actual
de la dictadura del proletariado y de la construcción del
socialismo, como único país socialista que actualmente
existe y reconoce en la labor y obra del Partido del Trabajo de
Albania y su querido dirigente y fundador camarada Enver Hoxha,
fallecido el 11 de abril de 1985, como la labor de los más
grandes defensores y continuadores del marxismo-leninismo en nuestra
poca junto a la labor común del Movimiento Comunista
Internacional.
El
capitalismo y la revolución
proletaria en México
México
está inmerso en el mundo capitalista. La modalidad que
adquiere en nuestro país el capitalismo es la de un Capitalismo
Monopolista de Estado dependiente, atrasado y sujeto a la dominación
neocolonial del imperialismo, particularmente del norteamericano.
La
dependencia de nuestro país respecto al imperialismo norteamericano
nos coloca en una situación doblemente desigual pues a
la crisis general que vive el imperialismo a nivel mundial, crisis
que es desahogada sobre las espaldas de nuestro pueblo, se le
suma la propia crisis del capitalismo mexicano. La situación
y desarrollo económico de nuestro país son los propios
de un país capitalista dependiente, caracterizados por
su extrema desigualdad y anarquía. Mientras existen ramas
de la economía altamente desarrolladas, empresas de bienes
de producción, éstas se encuentran en manos del
selecto grupo que conforma a la gran burguesía mexicana.
El
proceso creciente de monopolización a la vez de fortalecer
a la gran burguesía mexicana coloca en proceso de ruina
a los medianos y pequeños productores los que en el mejor
de los casos pasan a ser empleados de la gran burguesía.
Este proceso de modernización y monopolización en
medida en que se encuentra supeditado a la ley de la máxima
ganancia, repercute directamente en las condiciones de vida del
pueblo, produciendo un creciente proceso de empobrecimiento de
las masas populares, señalados por el desempleo que afecta
a un total de la fuerza del trabajo y la galopante inflación.
Esta
situación de superexplotación del proletariado en
las grandes empresas y el proceso de empobrecimiento del pueblo
mexicano es sostenida por el estado mexicano que es el instrumento
directo de la dictadura de la burguesía y que representa
y defiende los intereses de la gran burguesía mexicana
y el imperialismo norteamericano.
El
estado de la dictadura de la burguesía ejerce su control
sobre el pueblo mexicano por medio de sus instrumentos directos
de represión (ejército, policías, cuerpos
paramilitares) y del control corporativo sobre las masas trabajadoras
a través de las centrales obreras-campesinas-populares
oficiales agrupadas en el C.T. En los últimos tiempos éste
control se pretende ejercer y fortalecer también a través
de los sindicatos y organizaciones dominados por los oportunistas.
Tanto
mayor es el avance del proceso de monopolización, tanto
más se ligan los intereses de la gran burguesía
mexicana y el imperialismo norteamericano, cada vez en mayor medida
nuestro país se ha convertido en exportador de materia
prima hacia los E.E.U.U.
El
pueblo mexicano se enfrenta a un estado burgués en el que
predomina un sistema de gobierno autoritario con fuertes tendencias
hacia el fascismo y sumamente centralizado en el poder ejecutivo
por el PRI. El aparente pluripartidismo no es sino un disfraz
del más férreo control político e ideológico
que se ejerce hacia el pueblo: y, la llamada "democracia"
significa la dictadura para los trabajadores y amplias libertades
para la minoría explotadora.
El
capitalismo mexicano hace tiempo que dejó de cubrir su
papel de avanzada y se ha convertido en el principal obstáculo
para el desarrollo de nuestro país, las relaciones de producción
están en contradicción directa a las fuerzas productivas
frenando su desarrollo. El capitalismo mexicano no tiene posibilidad
alguna de resolver los graves problemas que vive nuestro país
pues no está interesado en desatar las fuerzas productivas.
Se requiere de un cambio revolucionario que a través del
derrocamiento violento del actual estado instaure un gobierno
en el que el pueblo decida su propio destino.
El
carácter reaccionario del Estado de la gran burguesía
ha provocado un creciente descontento de la clase obrera, el campesinado
y otros sectores explotados, descontento expresado en grandes
movilizaciones por mejores condiciones de vida, por la democracia
y contra las imposiciones y la represión. Movilizaciones
que no han alcanzado el grado de unidad, consecuencia y madurez
necesaria para plantearse el derrocamiento del estado aunque hacia
allí avance.
El
estado, gran burgués mexicano enfrenta desde su nacimiento
a los intereses y aspiraciones del pueblo mexicano el que tiene
un largo historial de lucha democrática anticolonialista
y antiimperialista, tradición de lucha revolucionaria y
aspiraciones democráticas que lo enfrentan directamente
a la gran burguesía y el imperialismo y el estado que los
representa.
En
el régimen económico que domina nuestro país,
la contradicción fundamental es la contradicción
entre el proletariado, a la cabeza del pueblo, y la burgues¡a
proimperialista; contradicción que establece como única
alternativa entre la dictadura de la burguesía, el establecimiento
de la dictadura del proletariado.
La
revolución socialista en México cubre el doble papel,
a la vez que destruye al sistema capitalista mexicano, golpea
irremediablemente al imperialismo norteamericano, ligando en un
solo haz las tareas socialistas con las antiimperialistas y de
liberación nacional.
El
PC de M (m-l) está comprometido con la causa de la revolución
y el socialismo.
El
Partido declara sin rodeos que el estado burgués mexicano,
la burguesía, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo
soviético, la reacción fascista interna y externa,
el oportunismo y el revisionismo modernos, en todos sus matices,
son sus enemigos de clase, y proclama abiertamente que el derrocamiento
y destrucción del capitalismo mexicano y su estado burgués,
la conquista del poder político, la implantación
de la dictadura del proletariado y el socialismo son sus objetivos,
entendiendo que estos sólo pueden ser alcanzados derrocando
violentamente todo el orden social burgués existente. El
objetivo final de nuestro partido es la instauración del
socialismo.
La
revolución proletaria es la intervención violenta
y organizada del proletariado en las relaciones de propiedad de
la sociedad burguesa, es la expropiación de los bienes
de las clases explotadoras, el paso del poder a la clase que se
pone por tarea la transformación radical del fundamento
económico y social del país suprimiendo la opresión
y la explotación del trabajo asalariado.
Para
hacer la revolución las condiciones objetivas como subjetivas
deben estar dadas. El partido como organización de vanguardia
es el principal factor subjetivo de la revolución. La crisis
mundial del capitalismo y del sistema burgués mexicano
evidencia el grado de madurez que las condiciones objetivas han
alcanzado para la revolución. El Partido crece y se desarrolla
en medio de la lucha de masas, acumula y prepara fuerzas para
la toma del poder mediante la insurrección popular armada,
forma superior de lucha del proletariado, para la cual el partido
debe prepararse. Para llegar a ese punto el Partido debe unir
a las amplias masas populares en torno al proletariado y el partido.
En su desarrollo, el Partido utiliza todas las formas de lucha,
violentas o pacíficas, legales o ilegales, abiertas o clandestinas,
así como también, desarrolla una política
de alianzas y compromisos con todas las fuerzas susceptibles de
hacerlo y una táctica flexible pero siempre que beneficien
al proceso democrático y revolucionario en general.
El
partido hace eco de las aspiraciones del pueblo. Guía sus
luchas, enarbola sus demandas. Perfila la perspectiva del bienestar
de las masas y guía su actividad. Por ello el Partido está
fírmemente en la defensa y conquista de un mejor nivel
de vida del pueblo; en la lucha contra la fascistización,
la reacción y la represión gubernamental; en la
defensa y desarrollo de las libertades democráticas, los
derechos humanos y los derechos políticos y sociales; en
la lucha contra toda manifestación de opresión y
explotación, particularmente en contra del imperialismo
y por la defensa auténtica y revolucionaria de los intereses
nacionales y la soberanía y recursos del país. NUESTRO
PARTIDO ESTÁ COMPROMETIDO CON LA CAUSA DE LA REVOLUCIÓN
Y EL SOCIALISMO, POR LA DEFENSA DEL PUEBLO Y SU BIENESTAR.
HE
AQUI DE MANERA BREVE LOS PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN NUESTRA CAUSA
Y ORIENTAN EL SENTIDO DE NUESTRA VIDA, COMO MILITANTES DEL PARTIDO
COMUNISTA DE MEXICO (MARXISTA-LENINISTA).