El
compañero Julio Sandoval Cruz, dirigente del Movimiento
Indígena por la Unificación y Lucha Independiente
y miembro del Comité Central del Frente Popular Revolucionario,
continúa preso en una mazmorra de Ensenada, Baja California.
Durante este último periodo de lucha se ha resuelto la
apelación que se interpuso para impugnar la decisión
de un juez que lo sentenció a 5 años, siete meses
de cárcel, más veintidos mil pesos de multa. En
juicio de segunda instancia, tres magistrados, del Tribunal Superior
de Justicia de Baja California, le han reducido la sentencia a
cinco años. A pesar de la reducción de la pena impuesta,
la esencia del caso sigue igual: Julio Sandoval, un dirigente
indígena triqui de jornaleros agrícolas, es señalado
por la justicia y los tribunales de la burguesía como delincuente,
como despojante en grado instigador (por cierto de terrenos nacionales
que unos particulares, con triquiñuelas leguleyas, han
“acreditado” que son suyos).
Julio Sandoval sigue en la cárcel, la lucha por su libertad
inmediata, irrestricta e incondicional debe continuar y crecer.
Debe de incorporar a nuevos combatientes por las libertades democráticas,
por la revolución y el socialismo.
En esta decisión de los magistrados de la justicia burguesa
se refleja mucho del estado de la lucha en este frente. Es evidente
que no estamos a la ofensiva, que permanecemos en la defensiva,
si no fuera así, ya lo habríamos sacado con la movilización
popular. Pero no hay que dejar de lado que hacia donde se movió
la sentencia es hacia nuestro lado, se ha reducido, no se ha confirmado.
Las bases del MIULI y de todo el FPR se han movilizado por su
libertad desde Chiapas hasta Baja California, los apoyos y la
solidaridad se mantiene, aumentan las solicitudes para visitarlo.
Mientras tanto, el gobierno golpea a la organización por
otros frentes, intimida y hostiga las bases.
Dentro de la cárcel el compañero sigue firme como
siempre, con la moral alta y la mente fría. Se muestra
sereno, incluso a aceptar el cumplimiento de la sentencia completa
si así lo reclama el movimiento, muy lejos de él
están los lamentos y las actitudes capituladoras, tan sólo
la desesperación de un revolucionario que no puede librar
las batallas de frente al enemigo. En el interior del penal y
bajo las difíciles condiciones que esto supone, sigue organizando
y orientando la lucha, tanto hacia su organización, el
MIULI-FPR, como con los mismos presos; cada medida de las autoridades
penitenciarias es enfrentada, ya sea la imposición de uniformes
comprados por familiares, la prohibición de introducir
líquidos, etc. Se piensa ya en consolidar un Comité
de Lucha del FPR dentro del penal.
En el terreno jurídico, tenemos que ir en busca del amparo
y la protección de la Justicia Federal en contra de la
sentencia de Segunda Instancia a través de un juicio de
amparo directo y en el terreno político, para el siguiente
periodo, se prepara una avanzada, en la que se realizará
una Jornada de Lucha hacia finales de junio con el propósito
fundamental de arrancarle su libertad al Estado y fundir esta
lucha con la lucha por la libertad de todos los presos políticos
del país, la presentación con vida de todos los
detenidos-desaparecidos y el ¡alto al hostigamiento y persecución
en contra de las organizaciones populares!.
¡Presos
políticos, libertad!
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