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Número 166 de Junio de 2003

 
 

LOS TRABAJADORES DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL

En el conflicto reciente entre el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y Sindicato Unico de Trabajadores del Distrito Federal (SUTGDF) se levantaron seis demandas: a) revisión de CGT; b) incremento del 10% al salario; c) incremento del 20% a prestaciones; d) 60 días de aguinaldo; e) descongelamiento de plazas; y, f) basificación de eventuales.
Los principales dirigentes del SUTGDF son militantes del PRI, sin embargo, también los hay del PRD y del PAN. Los que tienen puestos más importantes en el sindicato son candidatos de los tres partidos electoreros, José Medel, Presidente del Comité Ejecutivo General es candidato a diputado local plurininominal del PRI; Carlos González Merino, vicepresidente de asuntos laborales, a diputado federal por el VIII distrito, también del PRI; Emilio Fernández Allende, vicepresidente de capacitación, candidato por el mismo distrito, pero por el PRD; Juan Ayala, secretario de prensa del SUTGDF para diputado local por el PAN. Así pues, los tres principales partidos están interesados en promover la agitación entre los trabajadores del GDF, para atraer la atención, sin embargo, no es más que alharaca de la misma batea en la que se están moviendo, buscan sólo las dietas cómodas de la siguiente legislatura, los intereses de los trabajadores poco les importan.
En la pasada confrontación el Gobierno llamó a los dirigentes sindicales charros, lo cual es cierto. Pero cuando el gobierno aduce jineteo de las prestaciones económicas y laborales, carece de veracidad, porque las prestaciones son otorgadas directamente por el gobierno, no hay forma que los representantes sindicales jinetien tales prestaciones; sin embargo, el concepto de charrismo sindical tiene muchas más implicaciones que el gobierno no ha querido señalar, porque en el PRD también hay neocharros.
Se ha señalado que una exigencia de los charros es que se otorgue apoyo para la manutención de sus balnearios y el hotel de Acapulco, esto se contempla en las CGT como obligación del gobierno; sin embargo, el manejo que la representación sindical hace de ese patrimonio, no es para beneficiar a los trabajadores y además se agregan 2 balnearios en la Ciudad de México; dos deportivos, con membresías pagadas por particulares; 5 salones de baile; un hotel recién renovado, un centro vacacional en el estado de Morelos; 3 teatros y 5 edificios en arrendamiento; y producen ganancias millonarias que van a parar a los bolsillos de José Medel y sus comparsas y los trabajadores nunca se les da informes de las utilidades y como serán repartidas. Esto debe ser una exigencia de los trabajadores para que estos sinvergüenzas devuelvan los dineros.
Actualmente existe la política nefasta del PRD que hace cada vez más precario el trabajo por la constante agresión a la materia de trabajo, el sindicato debería de oponerse, pero que los charros antes al contrario son cómplices de la contratación de compañías particulares para la prestación de los servicio, como ejemplo esta la privatización del servicio de intendencia en edificios públicos, que hoy desarrollan 5 compañías particulares y que era materia de trabajo de la Sección 15. El secretario de esa sección de nombre Ricardo Vega firmó para cederla a particulares; la Sección 1 se aceptó privatizar la recolección de basura del Centro Histórico, la Sección 2 concesionó 5 plantas de agua tratada; para 5 compañías extranjeras que hacen el trabajo de renovación de medidores para el consumo del agua. Con lo que convalida el gobierno perredista la descentralización del servicio de agua que hizo el PRI a particulares hace 6 años, que tiene el objetivo de poner en la bandeja de plata el servicio hidráulico para que sean compañías particulares presten el servicio, lo cual implica un aumento a las tarifas de agua y no un mejor servicio.
La nomina del gobierno del Distrito Federal asciende a 300 mil trabajadores, bajo regímenes laborales diferenciados: de base, de base a lista de raya, eventuales, por honorarios, de honorarios asimilados a salarios, autogenerados y voluntarios, los de confianza y de código funcional, etc. con todos ellos el gobierno mantiene relaciones al margen de la legislación laboral, violando dicha legislación.
Para el caso de los trabajadores de base y de base a lista de raya -sindicalizados en el SUTGDF, en cuarenta secciones- las relaciones laborales se rigen a través de las Condiciones Generales de Trabajo (CGT) del GDF. En el sindicato hay 106 mil trabajadores, divididos en 19 niveles saláriales y unas 700 categorías, con aproximadamente 200 turnos diferentes, horarios diferenciados, incluso existen algunos que rebasan las 40 horas de jornada por semana. De las 107 unidades administrativas son escasas las que no cuentan con trabajadores de base.
Las CGT se revisan cada tres años y aunque es un documento unilateral, existe la disposición jurídica -establecido en el mismo órgano- de escuchar al sindicato. Sin embargo las CGT vigentes, no han sido revisadas desde 1998, violando esta disposición jurídica.
Los movimientos escalafonarios se aplican sólo mediante concursos que la administración decide, cuándo, cómo y a quién beneficiar, la mayoría de las veces con criterios de influyentismo y favoritismo.
En toda la administración pública del DF. se aplica con discrecionalidad las CGT, excepto en cuando se sanciona al trabajador, también se desconoce el carácter de trabajador estipulado en el apartado B del 123 constitucional, adjudicándole el concepto de “servidor público, de tal suerte que hoy la instancia que aplica sanciones a los trabajadores del GDF ya no es el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, sino la Contraloría Interna y hasta la Contraloría General del GDF
Sin embargo cuando algún representante de la patronal (léase GDF) viola las CGT nadie es capaz de sancionar al funcionario en cuestión, la Contraloría cierra los ojos ante cambios arbitrarios de adscripción, acoso sexual, mal trato, o cualquier otra violación en la que incurren los funcionarios.
En todas las unidades administrativas, la falta de implementos del trabajo es una constante, hay áreas en las que los trabajadores se organizan para proveerse de los materiales que se requieren para sus labores; en cuanto al vestuario, se ha dotado solo al personal administrativo y es que el gobierno lo ha sustituido por vales de despensa -de dos mil pesos-, sin embargo para el personal de campo, que su dotación de uniforme consta de dos mudas de ropa y dos pares de zapatos, no se han entregado ni siquiera el que corresponde al año 2001. La administración insiste que son los charros del sindicato quienes se lo quedan, cuando en realidad la administración ni siquiera lo ha licitado.
En medio de esta situación, los grupos democráticos de trabajadores realizan un trabajo importante para enfrentar la política de los charros y la patronal que está despuntando con la creación de la Coordinadora de Trabajadoras y Trabajadores del GDF por lo que nuestro partido saluda este esfuerzo y a la vez manifiesta que no es más que con el trabajo de base en los centros de trabajo donde se recupera la esencia del sindicalismo clasista, independiente, con un carácter asambleísta y revolucionario, de otra manera el control de los charros no podrá reventarse y el GDF seguirá golpeándolos.

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