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POR
LA UNIDAD OBRERO
CAMPESINA
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Existe
una gran explosividad en el campo, los conflictos se tornan violentos
y estallan las rebeliones aisladas. Pero si los campesinos pobres
no logran avanzar en su organización independiente del
Estado, si no logran la coordinación de su acción
espontánea, que fortalezca una poderosa unidad bajo un
programa revolucionario, no es posible ni siquiera obtener triunfos
parciales, mucho menos lograr obtener para sí la victoria
sobre sus enemigos de clase.
Frente la actual dispersión de la lucha de los campesinos
pobres y proletarios agrícolas, Fox quiere desviar la atención
hacia las demandas de los campesinos ricos y medios, que tratan
de colocar a su favor los excedentes petroleros, a cuenta de aceptar
el juego reaccionario del foxismo, de desplazar del centro los
intereses de los explotados y oprimidos, por eso, a pesar de que
en el teatro del "diálogo" en varias ocasiones
se hicieron escuchar las demandas de los pobres, éstas
no son consideradas en los acuerdos; evidenciando que los dialogantes,
como señalamos en los anteriores números de Vanguardia,
no representan sus intereses. El drama de diálogo expone,
una vez más, el oportunismo de la CNC priísta y
demás organizaciones, de tendencia perredista; que son
utilizadas por el gobierno.
Los resultados del diálogo y la firma postergada para después
del 10 de abril, evitando que se enciendan las masas ante la inminente
traición de los oportunistas, confirman que sin agitación,
sin la movilización combativa de los campesinos pobres,
Vicente Fox, no se verá obligado a ceder, aunque sea en
parte, ante las demandas de entrega de tierras, la eliminación
de los guardias blancas, la solución justa a los problemas
de límites territoriales que enfrentan a los campesinos,
los créditos baratos, los caminos, las escuelas, los centros
de salud, etc.
Lo que están haciendo Fox y sus Secretarios ante el descontento
generalizado en el campo es mediatizar a los radicalizados agricultores
ricos y medios, con medidas que no se contraponen al Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aprovechando
la ocasión para meter su programa de Seguro Popular; acordando
entre las cúpulas del gobierno y los dirigentes oportunistas
las reformas, liquidación, de leyes e instituciones agrarias
emergidas de la revolución de 1910, lo que ya se agenda
en la Cámara de Diputados. Incluso el foxismo pretende
institucionalizar la represión con la firma de un punto
de acuerdo en el cual las organizaciones se comprometen a respetar
la legalidad burguesa y el gobierno a hacerla respetar. Valientes
representantes son estos, que ni siquiera fueron capaces de parar
la propaganda gubernamental en los medios de comunicación
que propagan el “aquí no pasa nada, todo lo arreglamos”.
Indudablemente que el gobierno y el oportunismo están muy
alejados de tener una solución real a la situación
de crisis y miseria. Los resultados del dialogo corroboran las
opiniones de las organizaciones de campesinos pobres que señalaron
que no estaban representadas en estas negociaciones, confirmándose
que el gobierno promovió a algunas organizaciones campesinas
a fin de dividir el movimiento en contra del TLCAN y la política
rural gubernamental. De nada sirve que el Barzón diga que
es necesaria la movilización para arrancar las demandas
y que para ello construyó con los neocharros de la Unión
Nacional de los Trabajadores un frente sindical y campesino, si
lo único que van a hacer es aceptar la imposición,
impulsar una política de conciliación de clase y
la sumisión; al tiempo que junto con los priístas
se preparan para las elecciones futuras.
En efecto, diversas fuerzas políticas de la burguesía,
pretenden seguir mediatizando la lucha y organización de
las masas campesina-indígenas. Buscan llevar a las masas
por el camino de la desmovilización y de la conciliación
con los intereses de la burguesía y el imperialismo, “renegociar
el capítulo agropecuario del TLCAN”, “revisar
el artículo 27 constitucional”, etc. Su “gran
diálogo nacional”, camina para las componendas y
los amarres entre los oportunistas, los reformistas, los socialdemócratas
y la burguesía, en su propio beneficio y no por el de las
masas. En realidad su “plan de emergencia que salve al campo",
lo único que persigue es salvar a la burguesía,
al imperialismo y a ellos mismos de que la lucha campesina adquiera
características revolucionarias.
En el marco de agresión imperialista y de componendas entre
la burguesía y sus partidos, este 10 de abril, a 84 años
del asesinato del General Emiliano Zapata, la lucha por la tierra
y la libertad están vigentes, aunque ahora en la perspectiva
de solucionar de fondo el problema de la tierra, la ligazón
entre el proletariado y el campesinado por su emancipación,
es la de darle una proyección socialista. Así lo
demuestran campesinos-indígenas pobres, los jornaleros
agrícolas, los campesinos medios que se movilizan para
rechazar la política agraria del régimen; así
lo muestra esta gran movilización nacional de este 10 de
abril.
Es imposible que Fox siga ocultando la situación de crisis
del campo mexicano, sin embargo en este año electoral,
a pesar del abstencionismo mostrado en las recientes elecciones,
intentarán valerse de los viejos y nuevos recursos de la
manipulación, del engaño, de la intimidación,
el fraude y las componendas, para acarrear a las masas hacia las
urnas y así seguir legitimando el desgastado y cada día
más reaccionario poder burgués. El campesinado pobre
y los proletarios agrícolas deben sumarse al repudio popular
a los permanentes engaños y traiciones.
Hoy por hoy, una tarea inmediata del campesinado pobre es superar
su aislamiento, separar a los enemigos encubiertos y eliminar
su influencia sobre las masas, evitar que sus demandas sean acaballadas
por los oportunistas, conciliadores y vende campesinos. La lucha
de emancipación, por la tierra y la libertad no la pueden
realizar los campesinos pobres por sí solos, para vencer
a sus enemigos de clase, requiere construir la unidad de lucha
con la clase obrera, unir su movimiento al cambio revolucionario
de la orientación política del régimen actual.
El Partido Comunista de México (marxista-leninista) plantea:
rechazo total al TLCAN, como parte de la política económica
imperialista; desenmascarar al oportunismo, al reformismo y la
reacción, como enemigos de los campesinos porque conducen
al movimiento a la subordinación, a la traición,
a la conciliación, y a la claudicación. Las masas
campesinas y campesinas-indígenas necesitan una organización
y dirección democrática y revolucionaria, el Frente
Popular Revolucionario realiza sus mayores esfuerzos para avanzar
en esa dirección.
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