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Presentación

El Comité Central del Partido Comunista de México (marxista-leninista) decidió publicar el presente proyecto de Programa y los aportes a la discusión, entregados al II Congreso. Se toma esta determinación porque es necesario profundizar la discusión y enriquecer nuestros documentos, en la perspectiva de la realización del III Congreso.

En el documento del Programa aprobado por el I Congreso, se desarrolla una valoración histórica desde la época prehispánica, la conquista, la independencia, la reforma, la revolución, y la situación actual; se desarrolla también la caracterización actual del capitalismo, un análisis de clases, las fuerzas revolucionarias y sus aliados, y propiamente el Programa del Proletariado al triunfo de la revolución.

Para los efectos de la discusión en el II Congreso, pretendimos simplificar el documento, pero la discusión en las sesiones del mismo congreso, arrojaron como necesario desarrollar más los aspectos históricos referidos, así como la caracterización delas clases sociales, aunque en lo que se refiere al Programa no hubo mayores diferencias.

Es responsabilidad de los comunistas, continuar la discusión del Programa estratégico, y su difusión, por lo tanto los militantes del Partido tenemos la obligación de tomar los presentes documentos someterlos a un concienzudo estudio y a una profunda discusión que nos permita presentar al proletariado y al pueblo un Programa científicamente fundamentado, que explique nuestra valoración histórica, y represente las aspiraciones de emancipación de la clase obrera mexicana e internacional y la humanidad entera.

Porque los objetivos son grandiosos, convocamos a los militantes, simpatizantes y colaboradores del Partido, a dedicarle sus mayores esfuerzos y su tiempo al estudio y discusión de los presentes materiales. El comité Central del Partido, espera que al poner en circulación estos documentos iniciemos un proceso de discusión serio e intenso, y en correspondencia, esperamos recibir las criticas, los aportes y las propuestas de enriquecimientos de nuestro Programa.

Agosto de 1995

Introducción

La planta industrial básica que México había desarrollado, hoy está en crisis. El país cuenta con abundantes recursos naturales y fuerza de trabajo, existe una fuerte expansión de la producción manufacturera, de la inversión extranjera, pero el alto nivel de concentración de la riqueza, contrasta con la miseria de millones de hombres.

El pueblo de México es heredero de una tradición de lucha revolucionaria, dominado por el colonialismo español y el imperialismo, ha sabido luchar, resistir, triunfar y arrancar conquistas en el terreno económico, político y social a sus enemigos de clase.

Ahora, la sociedad mexicana requiere de un cambio revolucionario para alcanzar formas superiores de organización que garanticen el bienestar y libertad de la clase obrera y el pueblo, este proceso se desarrolla bajo una gran variedad de formas de lucha obrera y popular, que a la vista de los últimos acontecimientos económicos, políticos, sociales y electorales, desembocarán necesariamente en formas violentas para lograr el derrocamiento de los explotadores.

Sólo la decisión de lucha de la clase obrera, su capacidad de organización y dirección a la cabeza de la lucha de todo el pueblo y de la efectiva conducción de su Partido Comunista, lograrán instaurar el socialismo, como período de transición hacia el comunismo.

El II Congreso del Partido, recoge en el presente Programa lo mejor del estudio, experiencia y lucha de los comunistas del país, con el objeto de guiar a la clase obrera y al pueblo hacia victorias parciales y a la gran victoria final. Estudiarlo, aplicarlo y defenderlo en nuestra actividad revolucionaria, dirigir con él a la clase obrera y al pueblo desarrollándolo constantemente, es un compromiso de todos los militantes para el triunfo del socialismo y el comunismo en el país y en el mundo entero.

Capítulo I

El desarrollo del capitalismo en México

1. De la comunidad primitiva a la sociedad de clases.

Hace unos 35 mil años, grupos de hombres asiáticos penetran al continente americano cruzando el estrecho de Bering, exploraciones en Tlapacoya, México, demuestran la existencia del hombre desde hace unos 21 mil años, estos antiguos habitantes vivieron bajo formas comunitarias, subsistían de la recolección, la caza y la pesca.

Con la agricultura, la producción de un excedente sentó las bases para la sociedad de clases, a la llegada de los españoles los aztecas imponían su dominación sobre otros pueblos, habíanse desarrollado la vida sedentaria, un ejército profesional, el trabajo artesanal, el comercio y las ciudades.

2. La sociedad mesoamericana.

En efecto, a la llegada de los españoles en mesoamérica aún persistían comunidades primitivas de cazadores y recolectores, pero ya se había desarrollado la sociedad de clases. Los aztecas (1276-1521) sojuzgaron e hicieron tributarias a más de 370 tribus mesoamericanas, conformándose una estructura de clase: por un lado los productores directos, macehuales, mayeques, tamemes y tlacotin, y por el otro los grupos superiores, tlatoanis, tetecuhtin, pillilis. El lujo de los señores aztecas contrastaba con pobreza de las tribus conquistadas y del propio pueblo azteca, contradicción que fue aprovechada por los conquistadores españoles. Los pactos cacique y la nobleza Tlaxcalteca con Hernán Cortés y la servil actitud de Moctezuma II, quien tuvo a los españoles por huéspedes ocho meses en Tenochtitlán, son algunos ejemplos. Sin embargo, la mayoría del pueblo indígena combatió contra el conquistados dando ejemplos heroicos de lucha, a cuya cabeza estuvieron Xicoténcatl, Cuauhtémoc y Coanacohc, entre otros.

3. Colonialismo e Independencia.

El Imperio Español impuso a sangre y fuego un régimen esclavista posteriormente uno feudal. En su primera etapa, con las encomiendas y repartimientos fue brutal la explotación esclavistas sobre los indígenas conquistados, los indios eran herrados y podían ser impunemente asesinados. En el siglo XVII esta dominación fue reemplazada por la hacienda feudal donde se explotó a los indios, castas y mestizos. Durante trescientos años México fue rapazmente saqueado y la población indígena diezmada; la violencia de los invasores fue tal que la población aborigen tuvo un descenso de diez a dos millones entre 1521 y 1680, aproximadamente.

La corona española saqueó los metales preciosos, monopolizó el comercio, dueña de toda la tierra se la concedió a sus vasallos a costa de las tierras indígenas, concentrando la agricultura. El rey se enriqueció a través, del quinto real, los estancos, las alcabalas, los impuestos y tributos de los indios y las castas. Los trabajadores eran explotados en los talleres gremiales, en las minas y lo obrajes. En fin, durante esta etapa de formación del país, el pueblo indígena vivió un régimen feroz de explotación y opresión nacional y social.

Pero también en la colonia hay testimonios de rebeliones, levantamientos e insurrecciones de los indios, las castas, y los mestizos en contra del orden opresor. Entre las innumerables luchas de aquella época destacan las dirigidas por Jacinto Canek, Yanga, Ayopin, así como la de los mineros de Real del Monte. En 1810 la profunda opresión y explotación sobre los campesinos, indígenas y mestizos, los trabajadores de minas, artesanos y capas pobres de las ciudades, causaron la epopéyica insurrección de las masas populares dirigida pro Hidalgo y Morelos, bajo el influjo libertados de las ideas antifeudales de la Revolución Francesa.

En 1821 México logra su independencia, sin embargo para el pueblo la situación fue casi la misma en años posteriores, pues no se modificó en esencia la estructura económica y social del país. El sistema de peonaje acasillado, el arrendamiento de tierras, base de la gran propiedad terrateniente, siguieron intactos. La pugna antifeudal que prosiguió a los primeros decenios del siglo pasado intentó abolir la servidumbre, por ejemplo durante la presidencia de Vicente Guerrero y Valentín Gómez Farías, pero la contrarrevolución encabezada por Bustamante y Santa Anna estableció el poder de los hacendados y la iglesia.

4. La formación del capitalismo en México.

La guerra de independencia destruyó enormes fuerzas productivas; la reducción de la producción agrícola y la desorganización de la actividad económica facilitó el acceso a los capitalistas extranjeros. En efecto, los regímenes feudal burgués del siglo pasado abrieron las puertas del país a diferentes potencias extranjeras que sustituyeron la explotación colonial española por la de Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Pronto México fue víctima del expansionismo norteamericano, que se apropió de más de dos millones de kilómetros cuadrados de territorio nacional.

México inicia el desarrollo capitalista en los treintas del siglo pasado, aproximadamente, con la importación de maquinaria, principalmente para la industria textil; en los setentas se multiplica la manufactura textil, las fábricas para productos de consumo y , en la última década del siglo pasado, la producción manufacturera se desarrolla hasta crear las primeras grandes industrias maquinizadas y las siderurgias. Las comunicaciones y los ferrocarriles favorecieron dicho crecimiento capitalista, que en su desarrollo quedaba particularmente subordinado al imperialismo norteamericano.

Los liberales encabezados por Benito Juárez salvaguardan la independencia política del país frente al intento colonialista francés apoyado por los conservadores, sin embargo, las manifestaciones obreras fueron reprimidas, como en le caso del socialista revolucionario utópico Julio López Chávez, quien es aprehendido y ejecutado.

La Revolución de Ayutla derrota a los conservadores y apertura el período de la primera revolución burguesa (1854-1876) que creó las bases del Estado Nacional, sin embargo, la ampliar el mercado nacional, cimentó una estructura agraria basada en el latifundio, amplió el saqueo de las tierras comunales, fortaleció el dominio externo sobre materias primas, los ferrocarriles y amplias extensiones territoriales. Cuestiones que no sólo dejaron sin solución los grandes problemas que padecían las masas populares, sino que además los recrudecieron. El periodo histórico iniciado con la Revolución de Ayutla (1854-55) continúa con la Reforma Liberal (1856), y culmina con la política de la República Restaurada 1867-1876.

5. La Revolución de 1910-1917.

En 1876 Porfirio Díaz encabeza un golpe de Estado reaccionario apoyado por Estados Unidos, no representando una ruptura con la dinámica iniciada en 1854, sino que fue su continuidad necesaria; derrotados los terratenientes pasarían a ser aliados subordinados, la burguesía que se desarrollaba supeditada la capital extranjero, profundizándose la dependencia del desarrollo capitalista. A partir del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada la burguesía se convirtió en la clase dominante en el país.

Durante la dictadura porfirista (1876-1910) se fortalece el capitalismo dependiente sin desembarazarse de los residuos feudales, entrelazando formas feudales de explotación los terratenientes poco a poco se aburguesaron e invirtieron capitales en las grandes haciendas; se amplían los medios de comunicación, los transportes, las finanzas, la industria, el intercambio, pero todo en medio de una aguda penetración de los capitales extranjeros, fundamentalmente norteamericano. Todo esto acompañado de una feroz represión en contra del pueblo, los campesinos y el naciente proletariado industrial.

Las condiciones de extrema explotación económica y opresión política del porfiriato produjo una agudización de la lucha de clases y una espontánea respuesta combativa del pueblo frente a sus enemigos de clase. En diversas partes del país surgieron levantamientos campesinos, especialmente en los estados Chihuahua, Guerrero, Morelos, Sonora y Veracruz, destacando la sublevación de los indios yaquis de Sonora encabezada por Cajeme, que fue salvajemente reprimida por el Ejército Federal. A la par, la clase obrera empieza a romper con la sujeción de las sociedades mutualistas, desarrollando agrupaciones obreras y políticas influidas a gran medida por las corrientes anarquistas, cono el caso del revolucionario Partido Liberal Mexicano dirigido por Ricardo flores Magón, cuya influencia es clave en el estallamiento y desarrollo de las huelgas de los obreros textiles de Puebla, Tlaxcala y Orizaba (1906-1907) y la huelga de Cananea, Sonora, por los mismos años.

El llamado insurreccional hecho pro Francisco I. Madero despertó el enorme potencial revolucionario de las masas obreras y campesinas. El joven movimiento obrero mexicano débil desde el punto de vista proletario, en alianza con el campesinado dirigido por Zapata y Villa, contó con una poderosa fuerza revolucionaria que arrojó del poder a la dictadura porfirista, pero tan sólo para volverla a dejar en manos de la burguesía y del imperialismo. Movimiento revolucionario hábilmente dirigido o aprovechado por la burguesía, después del asesinato d Madero y Pino Suárez, se colocó a la cabeza el Carrancismo y el Obregonismo y , posteriormente, Plutarco Elías Calles obtuvo la dirección efectiva de dicho proceso revolucionario.

La derrota de Villa en los grandes combates de Celaya y de Trinidad, en Guanajuato en 1915, definió el rumbo que habría de tomar el nuevo Estado Mexicano. La nueva clase en el poder aseguró así el cambio de la vieja organización porfirista por la nueva organización burguesa (1916-1920), dio lugar a la consolidación de una nueva gran burguesía agraria y garantizó los intereses de los viejos terratenientes. Sin embargo las aspiraciones de las masas populares con una extraordinaria capacidad de movilización política, obligó a dicha burguesía a reconocer en el texto constitucional de 1917 importantes reivindicaciones campesinas y obreras.

Derrotados los campesinos y obreros, enfrentados entre sí, y establecido el nuevo régimen democrático burgués, la burguesía derrotó a los terratenientes burgueses con intereses hegemonistas representados por Carranza a través de un golpe dado por Obregón y Calles, que implementaron tímidas reformas a la Constitución de 1917 para garantizar la supervivencia del nuevo régimen, que enfrentaba al creciente descontento popular. Así se consolidó, finalmente, la burguesía en el poder.

6. La consolidación del capitalismo y el Estado burgués.

La derrota de las rebeliones terratenientes de los años veintes, la sublevación delahuertista de 1923, el complot de los generales Gómez y Serrano, y la revuelta de los 44 generales en marzo-abril de 1929, así como la derrota de los restos del movimiento campesino, junto a la creación del sindicalismo corporativo con el nacimiento de CROM en 1918 y la unificación de los diversos sectores de la burguesía en el PNR en 1929, se establecieron los fundamentos del poder de las actuales clases dominantes del país. Con Cárdenas, el PNR queda constituido con los sectores obrero, campesino, popular y el ejército, e impulsa la organización patronal, creando las bases de la estabilidad política del régimen burgués y la consolidación posterior del PRI.

El corporativismo (CNC, CNOP, CTM) fue respaldado con la participación del reformismo Lombardista y los errores cometidos por el PCM a mediados de la década de los treintas. Aunque en éste periodo 1920-1934 el Partido Comunista de México (Sección de la Internacional) jugó un papel importante en la organización y movilización de las masas obreras y campesinas, no existió la capacidad y fuerza para disputarle el poder a la burguesía. El proletariado mexicano era relativamente joven.

Capítulo II

Características del capitalismo actual

1. La modalidad del capitalismo mexicano.

El capitalismo en nuestro país es un Capitalismo Monopolista de Estado sujeto a dominación neocolonial, particularmente, del imperialismo norteamericano. El Capitalismo Monopolista de Estado representa la supeditación del aparato estatal a los monopolios en la actividad económica, política y social, correspondiendo a los intereses de las clases dominantes a fin de garantizar el máximo de ganancias, con un fuerte endeudamiento, dependencia tecnológica, comercio desigual y desfavorable, inversiones extranjeras, saqueo, explotación económica y opresión política y social.

Después de la crisis de 1929 y más particularmente de la Segunda Guerra Mundial, el Estado interviene directamente en la economía como Estado-empresario, fomenta la inversión privada y la acumulación capitalista. A pesar del fuerte crecimiento económico en el periodo de 1940 a 1970, el capitalismo mexicano mantiene un atraso en todos los órdenes: bajo desarrollo tecnológico e ingresos a la población trabajadora, fuerte desempleo, altos índices de analfabetismo, desnutrición y carencia de vivienda.

En México existe una alta concentración del capital y la producción en manos de unos cuantos monopolios nacionales y extranjeros. Existen consorcios que abarcan ramas enteras de la industria, la agricultura, el comercio y los servicios. La fusión de empresas industriales, comerciales, agrícolas y bancarias, han dado lugar al predominio del capital financiero, en estrecha vinculación y dependencia del capital extranjero con la penetración de las sociedades multinacionales y transnacionales.

Al no desarrollarse adecuadamente la producción para el consumo interno y crecimiento industrial, México importa cereales, maquinaria y refacciones. La industrialización en las últimas décadas se basó en la producción de bienes suntuarios, de consumo duradero y sólo algunos bienes de capital, la industria de bienes de consumo popular, como el vestido, calzado, alimentos y vivienda, está estancada.

Monopolizados por el Estado, la oligarquía financiera y el imperialismo, en las últimas décadas crecieron considerablemente las comunicaciones, el comercio, la banca y otros servicios. La política monetaria y fiscal también ha respondido a los intereses monopólicos, el sistema de impuestos ha agravado la polarización social.

La oligarquía financiera y el imperialismo controla la economía del país, manejan y dominan los grandes monopolios nacionales y extranjeros, privados y estatales, a los cuales se subordina la mediana y la pequeña industria convertidas en sus apéndices, ejerciendo una influencia tecnológica, industrial, comercial y financiera en toda la economía.

El Estado ha jugado un papel de primer orden como promotor del capital monopolista. Es decisiva su intervención en la monopolización de la exploración, extracción y refinación de petróleo y gas; del abastecimiento de la construcción de caminos y puentes; de la generación y distribución de la energía eléctrica; de la comunicación telegráfica, telefónica y microondas; de la construcción y operación de aeropuertos y transporte ferroviario; de las operaciones bancarias, acuñación de moneda y emisión de billetes, entre muchas otras igual de importantes.

La política económica estatal apoya, fomenta y protege al capital monopolista con instrumentos como la regularización del crédito, de los precios, la devaluación y los salarios; a través de la inversión y gasto público en infraestructura básica; con la protección fiscal, arancelaria y otros incentivos a la inversión. También la legislación de los últimos años favorece a los grupos monopólicos: Ley de Transferencia de Tecnología, Ley de Inversiones Extranjeras, entre otras, promoviendo la participación directa de empresas extranjeras en la agricultura, comercio, industria, pesca, finanzas, forestales y de servicios.

Finalmente, reprimiendo cualquier tentativa de la población trabajadora para exigir el cumplimiento de sus derechos político, económico y sociales.

2. Causas y consecuencias de la crisis en México.

México al igual que el resto del mundo capitalista y revisionista vive la crisis más profunda y prolongada de su historia. Por su magnitud y profundidad, resulta mayor a la ocurrida a finales de la década de los veintes de este siglo, poniendo al borde del desastre al sistema burgués nacional e internacional.

La burguesía ha descargado la crisis sobre las espaldas de la clase obrera, sometiéndole a la más bárbara explotación y opresión, a miserables condiciones de vida y trabajo.

A fines de la década de los sesentas y principios de los setentas la economía mexicana parecía tener una buena imagen, había crecimiento económico, solidez monetaria y estabilidad política, aún a pesar de la convulsión social que generaron los grandes movimientos de los trabajadores ferrocarrileros en 1958-59 y el de los estudiantes en 1968. el milagro mexicano de crecimiento económico sostenido desde 1935, "resultado" de la estrategia burguesa de "desarrollo estabilizador" y la política económica monetaria, fiscal y de precios después de 1956, daba "buenos augurios" que propalaba la burguesía nativa y aplaudían los imperialistas.

En 35 años las estadísticas mostraron un crecimiento sostenido, habían disminuido las actividades primarias dando paso a las actividades industriales y de servicios, esto es, disminuyó la agricultura, ganadería, pesca y silvicultura; y se incremento el peso de la industria petrolera, eléctrica, minera, de transformación y manufacturas. También existió una sólida estabilidad de la moneda a lo largo de 20 años.

Sin embargo, la quiebra de la agricultura, la aguda concentración de la riqueza, el saqueo del imperialismo norteamericano de los recursos naturales del país, y la fuerte crisis económica y financiera internacional, llevaron a México a sumergirse en la crisis más severa de los últimos cincuenta años. Quedando el país al borde de la catástrofe desde mediados de la década de los setentas y sin que hasta la fecha se muestre la supuesta reactivación que tanto alardean la burguesía, el imperialismo y su Estado.

La situación ha demostrado que la crisis hace más ricos a los capitalistas y más pobres a los proletarios; y que la política gubernamental refuerza y amplía la secuela de la crisis para beneficio de la oligarquía financiera y el imperialismo norteamericano. En los últimos años la situación del pueblo mexicano se ha deteriorado como jamás se ha visto, expresándose de manera dramática en el empobrecimiento, el desempleo, la inflación galopante, la carestía de la vida, la reducción del nivel de vida y de bienestar de las masas trabajadoras, en el deterioro de la situación social en general. El Estado toma las medidas para hacer recaer el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, implementando medidas antipopulares y proimperialistas, limitando aún más los derechos democráticos del pueblo y desarrollando un proceso de fascistización de la vida económica y social del país.

La crisis tiene su causa en la contradicción existente entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación, proviene de la naturaleza misma del capitalismo, y el capitalismo monopolista de estado la lleva a extremas consecuencias, por lo que su erradicación sólo podrá ser producto de la supresión del capitalismo, mediante la revolución proletaria y la construcción del socialismo.

3. El estado burgués y el control político de las masas.

El Estado mexicano es también un aparato de opresión burgués para el sometimiento del proletariado, del campesinado y demás masas trabajadoras de la ciudad y el campo, controla a las masas trabajadoras y su movimiento a fin de mantener una estabilidad política que permita la explotación asalariada con altas ganancias.

El derecho, la religión, la ideología y la política son otros instrumentos de dominación en manos de las clases explotadoras. Por ejemplo, la presión de la lucha del proletariado y pueblo mexicanos obligó a la burguesía a admitir ciertas reivindicaciones, tales como las garantías individuales, los derechos sindicales y sociales, la jornada máxima de ocho horas y el salario mínimo, no obstante tan solo han sido derechos formalmente reconocidos por las leyes y que no se cumplen cabalmente, como en el caso de los artículos 27 y 123 constitucionales, la propia burguesía ha impedido el ejercicio de tales derechos mediante una reglamentación secundaria que niega, nulifica u obstaculiza su aplicación, y cuando los trabajadores pasan a la organización y lucha, aparece la descarada y brutal represión física, económica moral. Es patente la mutilación de los derechos obreros con la ley reglamentaria del artículo 123 constitucional o Ley Federal del Trabajo (1931), en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, con la división de los trabajadores en apartados "A" y "B", y la atribución del Estado para decidir la legalidad de los sindicatos a través de la figura de registro, todo ello clara muestra del carácter corporativo del Estado.

En la administración de justicia y aún en todos los niveles y órdenes del Estado impera la corrupción, el influyentismo, el desprecio a los explotados. Es característica la sumisión del poder legislativo y judicial al poder ejecutivo, careciendo éstos de independencia necesaria para expedir leyes y aplicarlas, así como juzgar las faltas a las mismas. El aparato legislativo y judicial son instrumentos que garantizan la impunidad de la burguesía y sus personeros en el gobierno para imponer una de las más feroces formas de explotación capitalista.

También el sistema electoral ha sido un instrumento de la clase dominante y su partido oficial (PRI) para engañar a las masas trabajadoras, imponer a los hombres más corruptos en las cámaras y puestos públicos. En fin, la relativa estabilidad política de las últimas décadas se debe, en gran medida, a férreo control corporativo sobre las masas trabajadoras a través de leyes e instituciones burocráticas la demagogia y la represión.

El pueblo mexicano enfrenta a un Estado autoritario, corporativo y de tendencias fascistas y sumamente centralizado en el Poder Ejecutivo. Los rasgos principales del proceso de fascistización que vive el país propiciando una mayor actividad política de la derecha patrocinada por la oligarquía financiera, el clero y el imperialismo norteamericano son: la imposición de una política de austeridad, fortaleciendo y modernizando el ejército y la policía incrementando la represión; la corporativización de la vida sindical, política y social; la violación de legalidad burguesa y el desconocimiento de los derechos populares; el creciente poder de los monopolios con el dominio del capital financiero y la intervención del Estado en beneficio de la oligarquía; hasta la demagogia del llamado "nacionalismo revolucionario", ideología burguesa de la Revolución Mexicana que presentan como algo propio y particular y que pretende la "unidad nacional de todas las clases y la economía mixta", con la que pretenden ocultar su política antinacional y antipopular, engañando a las masas.

Ante la traición de la burguesía a los intereses nacionales, toca al proletariado, con su Partido Comunista a la cabeza, levantar la bandera por la liberación nacional y social, luchando por la plena soberanía e independencia del país contra la burguesía, su Estado y el imperialismo. El proletariado se opone al nacionalismo burgués y en su lugar levanta el internacionalismo proletario, ajeno al egoísmo nacional practica la solidaridad internacionalista, apoyando todo movimiento revolucionario del proletariado y de las naciones por su liberación e independencia.

Capítulo III

Análisis de clase y lucha de clases

"Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las leyes refrendan y formulan en gran parte), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo y consiguientemente por el modo y proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen". V. I. Lenin., Una gran iniciativa.

1. Burgueses y proletarios.

Los proletarios son hombres desposeídos de medios de producción y venden su fuerza de trabajo a los capitalistas propietarios de dichos medios. Los obreros se encargan de la función productiva en las empresas industriales y agrícolas, generan un plusproducto, pues producen mercancías con valor superior al que se le paga como salario para cubrir sus medios de vida, es decir, producen plusvalía. El proletariado mexicano creció con extraordinaria rapidez en las últimas décadas, hoy los asalariados representan la mitad de la población económicamente activa y son la mayoría de los trabajadores del país. La clase de los capitalistas propietarios de la industria y de grandes extensiones de tierras, al comprar su fuerza de trabajo al obrero se apropia del producto de su trabajo y con ello de la plusvalía generada.

En la clase obrera existen sectores estratégicos por la importancia del área productiva en que participan dentro del proceso general, pro su contribución a la producción en el país, por su ubicación en enormes empresas que monopolizan ramas enteras de la economía que concentran gran número de obreros, así como por su trayectoria político-sindical. En estos casos se encuentran los trabajadores petroleros, electricistas, telefonistas, ferrocarrileros, trabajadores del transporte y las comunicaciones. También son sectores estratégicos aquellos que laboran en ramas industriales de punta, como los obreros de la industria automotriz, química, siderurgia. Estos sectores estratégicos deben colocarse a la cabeza de la lucha revolucionaria por la democracia, la liberación nacional, el socialismo y el comunismo.

Pequeña Burgesía

La pequeña burguesía lo componen los artesanos, pequeños comerciantes, vendedores ambulantes que no producen plusvalía. En las ciudades la pequeña burguesía la conforman los intelectuales, los técnicos profesionistas, maestros, empleados y burócratas y otros sectores de asalariados improductivos, es decir, se asemejan al proletariado por ser asalariados desprovistos de medios de producción; sin embargo difieren de éstos por no producir directamente plusvalía, pero constituyen un sector aliado sumamente importante para la revolución, pues también los bajos sueldos de la mayoría les mantiene en miserables condiciones de vida.

Un sector especial de la pequeña burguesía lo constituyen los estudiantes de enseñanza media y superior, por su juventud y anhelos de justicia, pero además por su procedencia de la clase pues muchos de ellos son hijos de los obreros, campesinos pobres y medios y la pequeña burguesía arruinada. Propugnan por una educación crítica, científica, popular, democrática y antiimperialista y aún levantan demandas sociales como en 1968 y 1971, confrontan los intereses de la oligarquía nacional y del imperialismo. Por eso los estudiantes son una fuerza revolucionaria aleada del proletariado. Bajo la dirección del proletariado y ligándose estrechamente a las masas trabajadoras en lucha, pueden jugar un papel consecuentemente revolucionario.

En las ciudades se concentran grandes masas de desocupados que han crecido en forma gigantesca en las últimas décadas, debido a la escasez de empleos para los hijos de los obreros, y la gran cantidad de campesinos que caen en la miseria económica que les lanza a la urbes. A este sector se le conoce como población "marginal", y habita en cinturones de miseria que rodean a las ciudades. Se han distinguido en su demanda de vivienda en las ciudades y en tomas de tierras en el medio rural.

Existe un grupo llamado semiproletariado porque su condición oscila entre campesino pobre y proletario. Una parte de sus condiciones de vida y de trabajo son idénticas a las del proletariado, pero otras son diferentes y se aproximan a las de los campesinos, son jornaleros que durante una parte del año al igual que el proletariado están sujetos a la explotación asalariada capitalista en la industria de la construcción, en las grandes plantaciones capitalistas durante la cosecha y aún muchos de ellos también emigran a los E. U. como braceros y son productores de plusvalía. Estos, pues, forman parte del proletariado y representan una importante reserva de la revolución, aunque desde el punto de vista ideológico hayan aún mucho que trabajar para orientar su fuerza hacia el socialismo, pues su cercanía a la propiedad le hace acercarse a los intereses de la burguesía.

2. Las clases sociales en el agro.

El eje del agro en México es la agricultura capitalista en grandes extensiones de tierra propiedad de la gran burguesía terrateniente y la burguesía que en medianas extensiones de tierras han logrado una importante inversión de capital. Estas concentran la mayor parte del capital en el campo, maquinaria, herramientas, fertilizantes, abonos, canales de riego, créditos y usa las técnicas de explotación modernas. Se encuentra asociada al imperialismo norteamericano y produce para la exportación. Por otro lado, subsiste una agricultura constituida por millones de campesinos en parcelas menores de 5 hectáreas generalmente de temporal y que no alcanza a satisfacer sus necesidades económicas. Decíamos que millones de campesinos pobres para sobrevivir se ven obligados a emigrar temporal o definitivamente y vender su fuerza de trabajo como jornaleros, pero aún muchos de estos subsiste de una producción campesina para el autoconsumo o para el mercado reduciendo sus condiciones de existencia a condiciones económicas alarmantes. Carecen de capital y de técnicas agrícolas modernas, sus productos les son pagados a bajos precios por intermediarios, coyotes, caciques, terratenientes, o la comercializadora oficial Conasupo, etc., sumiéndoles aún más en la miseria económica y evitando su capitalización. De las filas del campesinado pobre emergen miles de proletarios agrícolas y aún industriales. Ya dijimos, por su cercanía con la clase obrera son un aliado estratégico.

La capa superior en la comunidad son los campesinos ricos que explotan en cierta medida fuerza de trabajo asalariado. Se apropian de una parte del excedente, son las clases explotadoras de la comunidad, lo que les hace estar de lado de los intereses de los explotadores, pero, por otra parte, estos ricos son aventajados por los monopolios comerciales que le arrebatan parte del excedente obtenido. En este sentido mantiene intereses contrarios a los grandes monopolios que concentran la producción, siendo una fuerza potencialmente aliada del proletariado, pero también influenciada por la ideología burguesa. La formación de esta capa superior de campesinos en la comunidad se debe al desarrollo desigual de toada producción mercantil, en los ejidos acapararon las más grandes y mejores tierras y cuenta con medios de producción y técnicas superiores en relación al campesinado pobre y medio. Manejan el crédito ejidal, actuando como intermediarios y compran las cosechas "al tiempo" a bajos precios, se enriquecen robando y especulando con bienes ejidales. En su mayoría esta capa controla los puestos de comisario ejidal, forma parte de la CNC y en general actúa como representante del estado en el interior de los ejidos; sin embargo, sólo es una minoría en el conjunto del campesinado mexicano.

Los campesinos medios

Los campesinos medios, con parcelas en propiedad o ejido, viven de su propio trabajo y el de sus familiares, poseen algunos medios de producción y contratan en menor medida asalariados, lo que les permite obtener ocasionalmente un pequeño excedente. Estos mantienen una situación inestable que les hace oscilar entre campesinos pobres y ricos, pero también ven contrapuestos sus intereses con los de la burguesía comercial y los terratenientes. A estos campesinos les interesa industrializar el campo y diversificar sus cultivos, luchan por el crédito y una comercialización que no les arruine, y la irrigación. También promueven mejoras en la educación, la vivienda y la salubridad. El movimiento de esta capa es progresista pero no se dirige en contra de la dominación burguesa e imperialista, sino contra algunos efectos secundarios que estos producen. Para que descubra a sus verdaderos enemigos es necesario su propia experiencia de lucha y la acción que en su seno desarrolle el proletariado industrial y agrícola y les conduzca a formas superiores de organización social y de producción, superando el aislacionismo en que se mantienen.

Los campesinos pobres

Comprende a los campesinos que por si carácter de pequeños productores agrícolas no alcanzan a obtener sus medios de vida y tienen que vender su fuerza de trabajo durante una parte del año contratándose como asalariados agrícolas. Estos campesinos además de ser simples productores de mercancías son productores de plusvalía, ya que combinan la producción campesina con la producción capitalista. Los campesinos pobres son explotados a través del comercio y como asalariados, y son grupos formados por gran número de ejidatarios y minifundistas propietarios pobres, cuyas tierras son de mala calidad y carecen de medios de trabajo, créditos, semillas, riego, fertilizantes, etc. para poder cubrir su cuota mínima de subsistencia. Muchos de ellos al no poder cultivar su parcela se ven obligados a rentar la tierra en precios ínfimos a las grandes empresas agrícolas capitalista son a las que además le venden su fuerza de trabajo. Los campesinos pobres han destacado en la lucha por el tierra y jugado un papel muy importante en l parcial Reforma Agraria que se ha vivido desde principios de siglo. Pero sus angustias y miserias económicas no acabarán sino hasta que se logre un verdadero reparto agrario que confisque toda la tierra a los latifundistas y terratenientes para ser entregada a ellos junto con el necesario apoyo crediticio, técnico y comercial. Sólo la destrucción del sistema capitalista y el Estado burgués mexicano, con el triunfo de la revolución socialista garantizará una vida nueva a los campesinos pobres del país, por eso éstos son los mejores aliados del proletariado, éstos debemos difundirlo para atraer a la lucha proletaria al campesinado pobres.

Existe otra capa de campesinos sin tierra que cultivan tierras de campesinos ricos, medios y en gran medida de los terratenientes en calidad de aparceros o medieros, debiendo entregar a estos una parte importante de la producción, también complementan su ingreso con el trabajo asalariado. A pesar de su ignorancia es una capa sensible a la propaganda y actuación revolucionaria por lo que los proletarios deben poner mucha atención a consolidar su amistad y compromiso con ellos, pues la base de la alianza obrero-campesina en la lucha por el socialismo.

En los últimos 60 años los campesinos pobres han combatido casi permanentemente, el proletariado plantea como una cuestión indisoluble de la lucha por el socialismo la fuerza de los campesinos pobres como base de la alianza obrero-campesina, cuestión fundamental de la emancipación del proletariado y del campesinado pobres. Un uno ni otro pueden lograr su emancipación sin luchar contra los mismos enemigos y apoyarse mutuamente. La alianza obrero-campesina se forja y se amplía en el transcurso mismo de la lucha. La alianza obrero-campesina no ha de lograrse de manera uniforme, sino d acuerdo a las condiciones específicas de las distintas regiones del país.

Las minorías indígenas

Las minorías indígenas componen un sector especial del pueblo mexicano que si bien en su mayor parte pertenecen a los campesinos y artesanos pobres, al semiproletariado rural y urbano, además de ser explotados y oprimidos como tales por el imperialismo y la gran burguesía mexicana, se encuentran brutalmente oprimidos en el terreno cultural, político y social, sometidos a una profunda ignorancia y desigualdad nacional. Sus intereses por la defensa y el desarrollo de su cultura y de sus tradiciones populares, el uso de la lengua materna y su enseñanza en los centros escolares, y la obtención de un desarrollo equilibrado en todos los terrenos de la vida social, son intereses legítimos y reconocidos por el proletariado como justos. En el sistema capitalista, las comunidades indígenas no tienen otra perspectiva que su desaparición, sólo en la perspectiva de la revolución proletaria y del socialismo, tienen el cambio de proyección histórica universal.

3. La aristocracia obrera y el lumpenproletariado.

La aristocracia obrera es una minoría de proletarios que disfruta de los privilegios y sobornos otorgados por la burguesía y el imperialismo en pago a la traición que hacen a su clase. Tienen una mentalidad pequeño burguesa, mezquina y egoísta, son obreros que han degenerado sirviendo de portadores de la ideología y acción burguesa en el seno de la clase obrera, son utilizados por la oligarquía para corromper, engañar y desorientar al proletariado. La aristocracia obrera sirve de base a los partidos burgueses, reformistas y revisionistas, y en México son conocidos como líderes charros y oportunistas.

El lumpenproletariado la capa más baja de la sociedad, compuesta por individuos desclasados generalmente dispuestos a venderse a la reacción para servir a sus maniobras. Son fácilmente reclutados como esquiroles, agentes policiales, halcones y porros. Este grupo en descomposición social, moral, política, psicológica, etc. en ocasiones se ve arrastrado por el movimiento democrático y revolucionario, pero se distingue por su inestabilidad, incapacidad de lucha y organización y su propensión al aventurerismo.

En conclusión

El pueblo mexicano está integrado por las clases y sectores de clase que bajo diversas formas son explotadas y oprimidas por el imperialismo y la oligarquía financiera. El proletariado es la clase más productiva y más explotada, ligada a las formas más avanzadas de producción está predestinada a levantar y dirigir la lucha por el socialismo y el comunismo, es una clase con grandes capacidades de organización, espíritu colectivo y disciplina, así como de nobles cualidades de abnegación, heroísmo y firmeza. El proletariado no lucha únicamente por sus interese, sino por la liberación de todas las clases y capas trabajadoras oprimidas y explotadas por la burguesía y el imperialismo.

Es por ello que el proletariado organizado y dirigido por su Partido Comunista es la única clase capaz dirigir la revolución y alcanzar el triunfo en la construcción del socialismo y el comunismo.

4. Los enemigos del proletariado.

Los enemigos de clase del proletariado. Es una clase social numéricamente minoritaria y decadente, la burguesía que es propietaria de los medios de producción y explotadora del trabajo obrero. La burguesía la encabeza la oligarquía financiera, la gran burguesía y el imperialismo norteamericano. La mediana burguesía y a la pequeña burguesía muchas veces ven arruinadas sus economías, particularmente con la crisis, pero actúan generalmente al lado de los intereses de los explotadores.

En México el enemigo principal del proletariado y la revolución es la burguesía aliada al imperialismo. El enemigo externo principal es el imperialismo, encabezado por el imperialismo norteamericano.

Capítulo IV

Carácter de la Revolución y programa del proletariado

La revolución proletaria es la más amplia y profunda de todas, ya que el proletariado para alcanzar su propia liberación necesita liberar a toda la sociedad, pues no se propone el cambio de una clase explotadora por otra, sino la abolición total de la explotación del hombre por el hombre, y la desaparición de la división de la sociedad en clases, por eso, el proletariado a cuya cabeza está su Partido Comunista tiene como objetivo fundamental la implantación del socialismo en México como etapa inferior del comunismo.

La sociedad mexicana está formada por múltiples clases y por tanto existen en su seno múltiples contradicciones de clase. Sin embargo de todas ellas una es la principal y determinante, la contradicción entre la burguesía y el proletariado, que no se desliga de la contradicción entre el pueblo mexicano, la gran burguesía y el imperialismo.

La revolución es la solución al frenado desarrollo de las fuerzas productivas y a los problemas que sufre el proletariado y pueblo mexicanos. La dinámica económica y social del país es muy compleja y enfrenta una problemática propia de un capitalismo desarrollado bajo la modalidad de Capitalismo Monopolista de Estado dependiente del imperialismo, que caracteriza la lucha de clases en el país, es decir, sienta las bases de la contradicción entre la gran burguesía asociada al imperialismo pro una parte, y el proletariado a la cabeza de todo el pueblo, por la otra.

En México subsisten residuos de tipo precapitalista en algunos sectores y regiones, como en el caso de los pueblos de las comunidades indígenas que enfrentan la opresión nacional y social, con aspiraciones de autodeterminación y al bienestar económico y social. En una verdadera revolución amplia y profunda, las nacionalidades indígenas participarán de manera activa con sus propias reivindicaciones, la dictadura del proletariado garantizará sus derechos de autodeterminación.

En una revolución proletaria participan de manera activa de todas las clases y sectores oprimidos y subyugados con sus propias reivindicaciones. El proletariado mexicano necesita levantar y unir a todas estas clases explotadas y oprimidas para dirigirlos a la destrucción del sistema capitalista, conducirlas mediante las tareas democráticas a su integración progresiva en la construcción del socialismo.

La revolución proletaria en México cubre un doble papel, combina la lucha de liberación nacional con la lucha de emancipación política y económica del proletariado y pueblo mexicano. Al tiempo que golpea al imperialismo norteamericano destruye al sistema capitalista mexicano para implantar la dictadura del proletariado.

La revolución proletaria en México tendrá un carácter socialista, en la que el proletariado en alianza con el campesinado pobre impulsará tareas de tipo democrático-antiimperialista junto a medidas de carácter socialista que serán las fundamentales.

1. Programa Máximo del Partido.

La tarea fundamental de la clase obrera a la cabeza de todo el pueblo y bajo la dirección de su Partido Comunista es desarrollar la revolución socialista a fin de destruir la dominación económica y política de la burguesía mexicana y del imperialismo, destruyendo el Estado burgués, para edificar un Estado socialista, que se base en los objetivos históricos del proletariado y responda a las aspiraciones materiales y espirituales de todo el pueblo, estos objetivos son:

  1. La instauración de un Estado de Dictadura del Proletariado basado en la alianza obrero-campesina, ejercitando la democracia proletaria en la construcción del socialismo.
  2. El Estado socialista expropiará sin indemnización y socializará bajo la forma de propiedad del Estado o Cooperativas obreras todos los medios de producción monopolizados por la burguesía y el imperialismo. También se expropiarán los Bancos y Casas de Bolsa, las grandes y medianas empresas industriales, agropecuarias y comerciales.
  3. Se expropiará la tierra sin indemnización a los terratenientes y latifundistas, otorgándoselas a los campesinos y cooperativas agrícolas. Donde se desarrolle la producción colectiva se reconocerá como propiedad socialista. Se respetarán las formas de propiedad ejidal y comunal y se les otorgará apoyo financiero, comercial y técnico, y por medio de la educación y del ejemplo se promoverán las ventajas de la producción colectiva y la socialización de la agricultura.
  4. Se establecerá la soberanía obrera y socialista sobre todo el territorio nacional, islas, costas, mar territorial y espacio aéreo impidiendo toda usurpación imperialista e impulsando el desconocimiento de todo tratado o convenio político, económico, cultural o militar que coloque a México en situación de subordinación o dependencia respecto a todo imperialismo. Se nacionalizarán sin indemnización todas las empresas imperialistas bancarias, industriales, comerciales y agrícolas; y se desconocerá la deuda externa. Se prohibirá todo tipo de inversión y crédito extranjero, de países imperialistas y revisionistas y se decretará el desconocimiento de todo derecho imperialista de patentes y marcas.
  5. El Estado de dictadura del proletariado garantizará las libertades democráticas, los derechos políticos, sociales, sindicales y laborales de la clase obrera y del pueblo, y la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de las masas trabajadoras, regidos por el principio socialista: "de cada quien según su capacidad, a cada quien según su trabajo". El Estado socialista implantará el derecho al trabajo como derecho básico y elemental de todos los mexicanos.
  6. Se realizará una Reforma Urbana que expropie sin indemnización las grandes propiedades en manos de la burguesía, dotando a los trabajadores y habitantes de las colonias populares de una vivienda digna y decorosa, liberándolos de la opresión a que están sometidos por las compañías inmobiliarias.
  7. El Estado socialista implementará un Sistema Universal de Seguridad Social Integral, que abarque a la totalidad del pueblo, y garantice a las masas trabajadoras el derecho a la salud, la vivienda, la recreación y educación. El Estado socialista pondrá al servicio de las masas populares las escuelas, los hospitales y todos los centros de servicio social y cultural.
  8. Se impulsará una verdadera revolución cultural, educativa y científica que permita el desarrollo cultural de la clase obrera y todo el pueblo, impulsando las expresiones artísticas, folklóricas y culturales del pueblo mexicano. Esto exige el establecimiento de un sistema educativo basado en el materialismo dialéctico e histórico, que erradique totalmente el analfabetismo y combata el idealismo. El estado socialista pondrá al alcance efectivo de los trabajadores y sus hijos la educación elemental, media y superior.
  9. Los pueblos indígenas tendrán todos los derechos y beneficios de la revolución socialista, el Estado proletario respetará su derecho a la autodeterminación, sus formas de organización y representación, su lengua y su cultura.
  10. La autodeterminación del Estado estará en manos del proletariado revolucionario y sus órganos de dirección, como única garantía para desarrollar la administración socialista al servicio real y efectivo del proletariado y el pueblo trabajador.
  11. El Estado socialista mantendrá una política de internacionalismo proletario, dando la ayuda necesaria al proletariado y pueblos del mundo que luchen por su emancipación, en contra de la dominación imperialista, por la democracia y por el socialismo. También aceptará la ayuda del proletariado internacional y de los pueblos para consolidar el socialismo y lograr el objetivo histórico de establecer la sociedad comunista en el mundo. El principio del internacionalismo proletario presupone la aplicación de una política de coexistencia pacífica con los países del mundo en los que aún existe un régimen social diferente.
La destrucción del Estado burgués mexicano se llevará a cabo a través de las siguientes medidas:
  1. Destrucción del ejército, las policías y todos los aparatos represivos del actual Estado burgués y el fortalecimiento del ejército y milicias populares, dirigidos por el Partido.
  2. El establecimiento del Estado socialista se desarrollará desde las fábricas, los ejidos, las colonias, los municipios, estados y federación a través de Comités Revolucionarios de Obreros y Campesinos y otros sectores revolucionarios del pueblo, para la destrucción de la actual forma de gobierno.
  3. El marxismo-leninismo y la historia enseña que la única forma de destruir el capitalismo es a través de la violencia revolucionaria, la lucha armada del pueblo con la insurrección obrera y campesina, como única garantía para instaurar la dictadura del proletariado y pasar a la construcción socialista.
  4. El Estado Socialista implantará un sistema Jurídico que juzgue y castigue a todos los criminales de guerra y a los contrarrevolucionarios que repriman al pueblo y sus dirigentes.

2. Programa Mínimo del Partido.

El Partido Comunista de México (Marxista-Leninista) sostiene que si bien la revolución socialista es la única forma y garantía de llevar a cabo las transformaciones económicas, políticas y sociales en beneficio del proletariado y las amplias masas populares; y aún cuando estas transformaciones no se pueden efectuar mientras subsista el actual sistema capitalista dependiente del imperialismo, el proletariado a la cabeza del pueblo mexicano debe mantener una lucha constante en los órdenes político, económico, social e ideológico, que le permitan avanzar, templarse, y obtener mejoras parciales, para acumular suficiente fuerza en la lucha definitiva por la derrota de la burguesía. Por ello, el Partido Comunista de México, vanguardia organizada del proletariado mexicano, llama a todos los comunistas y revolucionarios del país a impulsar la lucha:

  1. Contra el dominio colonial del imperialismo norteamericano y en contra de toda dominación e intervención imperialista, por la consolidación de una República Democrática y Popular.
  2. Por el mejoramiento de las condiciones de salud, educación y vivienda de la clase obrera y del pueblo mexicanos, y de sus condiciones de trabajo con una retribución suficiente para una vida decorosa, de riesgos laborales bajos y controlados, y de bajo nivel contaminante.
  3. Por la ampliación de las libertades políticas y democráticas, pro la libertad de los presos y desaparecidos políticos. Juicios que esclarezcan los hechos en torno a los desaparecidos políticos.
  4. Por la solidaridad internacionalista con los pueblos en lucha por la democracia, la liberación nacional y el socialismo.
Para ello proponemos la unidad en la lucha:
  1. Contra la política económica y social proimperialista del régimen burgués, encabezada por el PRI-gobierno.
  2. Contra el fascismo y la guerra.
  3. Por las demandas más sentidas del proletariado y masas populares.

El Partido Comunista de México (Marxista-Leninista) debe desarrollar todas las formas de lucha y organización, dotar de claridad y combatividad al movimiento obrero y popular, luchando por unir y coordinar las acciones de masas para enfrentar a los enemigos de clase y avanzar en las reivindicaciones políticas y económicas del pueblo y en los objetivos históricos del proletariado. El Partido Comunista y los revolucionarios deben combatir resueltamente las posiciones oportunistas que llevan a la inmovilidad al proletariado, a los asalariados, campesinos y todo el pueblo y llamar a acumular fuerzas sobre la base de la lucha constante y sin cuartel en contra de los enemigos de clase.

Proletarios de todos los países, uníos.