¡10
de junio! ¡No se olvida! ¡Es de lucha! ¡Combativa!
Cuando
haya pasado un mes de que en la Capital y en otras ciudades
del país se hayan coreado estas consignas, estará
definida, más o menos, la nueva geografía
política electoral: composición de la Cámara
de Diputados, del Congreso de la Unión; Gobernadores,
Congresos Locales y Presidentes Municipales en algunos
estados; Delegados y Diputados a la Asamblea Legislativa
en el Distrito Federal.
En realidad ninguno de los partidos que escenifican esta
farsa política: PAN, PRI, PRD, PT, PVEM, Convergencia,
PAS, PSN, PMP, PFC y PLM, por si solos o en alianzas,
han logrado llevar hacia el cretinismo electoral a las
amplias masas populares. Ni siquiera los medios masivos
de comunicación han puesto una mediana atención
a esta campaña de más de lo mismo. Lo que
se perfila en el ambiente, de ofrecimientos demagógicos
a cambio de votos, más bien es un escepticismo
inercial que apunta hacia una franja importante de abstencionismo.
La apuesta en todo caso de las tres fracciones burgués
partidarias más importantes PAN, PRI y PRD, aún
a pesar del abstencionismo, es acercarse o rebasar el
30% de la franja que vaya a votar para definir su política
de alianzas rumbo a las presidenciales del 2006, en un
momento de mayor presión económica y política
del imperialismo yanqui hacia la burguesía mexicana
y especialmente hacia la oligarquía financiera
ahora representada por el foxismo. Por ello, los partidos
y sus candidatos, en lugar de acercarse a los electores,
que tienen serios reclamos para cada pandilla que cruzar
el 6 de julio, han preferido acercarse a las empresas
de venta de imagen y a las de consulta de opinión,
atrincherándose en sus reductos de voto duro (que
no ha salido bien parado por las disputas internas), en
la utilización de los recursos públicos
que cada facción tiene a su alcance, en el pegue
de imagen que tenga algún personaje de casa (Fox-AMLO),
en los tras-pies que dé, el competidor (que no
enemigo) más adelantado o ya de plano en el impulso
de una guerra sucia declarada cuando la guerra de las
encuestas anuncian un empate técnico (como en el
caso de Nuevo León).
¿Cuál proyecto de nación? ¿Cuál
debate sobre los grandes temas nacionales? ¿Cuáles
propuestas en beneficio de las masas populares? Los partidos
políticos electoreros no sólo han banalizado
la campaña electoral, sino que incluso han abierto
la puerta para que sectores reaccionarios, como la jerarquía
de la Iglesia Católica hablen sobre el aborto y
la diversidad sexual de partidos y votos, que sectores
de la oligarquía financiera, como Slim-Grupo CARSO,
Servijte-Grupo BIMBO, Garza-Grupo Alfa/Monterrey, se manifiesten
en torno a la pobreza y la crisis de la economía
nacional, posesionándose abiertamente en el escenario
político, ya no sólo tras alguna facción
electoral o alguna “agrupación ciudadana”
o de la “sociedad civil”.
Pero sean cuales sean los porcentajes electorales de cada
partido, leyendo las listas de cada uno, tanto para los
300 distritos electorales, para también 300 diputados,
como para las 5 circunscripciones plurinominales (200
diputados federales), así como los candidatos a
gobernadores, diputados locales, presidentes municipales,
jefes delegacionales o diputados asambleístas,
encontramos relaciones subterráneas o abiertas
entre salinistas, zedillistas, foxistas, dieguistas y
de quienes desde la “oposición” domesticada
pueden llegar a acuerdos con ellos “en bien de la
gobernabilidad del país”se avecina pues una
nueva (¿nueva? ) camada de neolibelarales y pro-neoliberales
a puestos de gobierno y de representación popular
que permitan ablandar las resistencias hacia la aprobación
de las reformas estructurales energética, laboral
y fiscal, que el imperialismo y la oligarquía financiera
exigen en estas fronteras nacionales.
Los amagos de los coordinadores de cada fracción
parlamentaria y del presidente para convocar a un periodo
extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión
para después del 6 de julio y lo que éste
declaró en la reunión del G8 en torno a
la energía eléctrica, hacia allá
apuntan. Así como los acuerdos en corto que Abascal
ha tenido con la UNT; que Santiago Creel, Usabiaga, Salazar
Adame y Josefina Vázquez impulsan con El Campo
no Aguanta Más, el CAP, El Barzón, la CNC
y otros con el nombre de “Acuerdo para el Campo...”
; los que Xochilt Gálvez busca con la ANIPA y el
CNI en torno a la nueva Comisión Nacional para
el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; el ultimátum
de la CONAGO al Ejecutivo Federal en torno a la distribución
del presupuesto y particularmente en torno al reparto
del excedente por las ventas del petróleo y desde
luego que también hacia allá apuntan el
protagonismo de Gobernación-Francisco Barrios,
en búsqueda de consensos (¿cooptación?)
con los presuntos y/o futuros diputados, aunque algunas
voces dentro de la socialdemocracia perredista se quiera
desmarcar de estos “cachondeos”.
Ningún cambio a favor de las masas populares podrá
venir de estos enjuagues y acuerdos, por ello, hay que
proceder a denunciarlos. Por todo esto, es urgente empujar
la construcción de una Gran Convergencia de Oposición
Popular al Régimen que levante banderas no solamente
neolibelarales, sino también, democráticas,
antifascistas, antiimperialistas, por la revolución
y el socialismo.
Una oposición popular que construya y constituya
la resistencia de los explotados y oprimidos en contra
del régimen, que acumule fuerzas para avanzar hacia
un nuevo proyecto nacional que ponga al centro las demandas,
las esperanzas y los sueños de la clase obrera
y los campesinos pobres.
Si la Promotora Nacional por la Unidad Contra el Neoliberalismo
empuja de manera consecuente contra la oligarquía
financiera y sus manifestaciones políticas, puede
convertirse en ese proceso de unidad y convergencia necesarios
para avanzar en las luchas de la clase obrera y el pueblo
mexicanos. Nuestro Partido y el Frente Popular Revolucionario
y sus propuestas de Gobierno Provisional Revolucionario,
Asamblea Nacional Constituyente Democrática y Popular
hacia la revolución socialista y la instauración
de la dictadura revolucionaria del proletariado, debemos
jugar un papel modesto pero combativo para darle rumbo
a la lucha de clases actual a favor de los explotados
y oprimidos de México y el mundo.
...Así
están las cosas por estos días.