La
guerra de ocupación sobre Irak es una masacre,
una carnicería, un genocidio; es la brutalidad
y la rapiña del imperialismo angloamericano por
el reparto del mundo y la hegemonía mundial.
Mientras los medios de comunicación describen y
envían imágenes dantescas de cuerpos cercenados
entre escombros, la ONU paralizada, el Consejo de Seguridad
paralizado, los otros imperialistas paralizados, los gobiernos
burgueses paralizados, los gobiernos pequeño-burgueses
socialdemócratas también paralizados. Bueno,
así quieren aparecer todos, pero dicen una cosa
y finalmente apoyan la guerra; ahora, ya exigen un papel
en la reconstrucción de Irak y cierta estabilidad
para ellos. Nada bueno podemos esperar de estos bandidos.
Sea cual fuere el resultado de este holocausto, los imperialistas
y las burguesías lacayas rediseñarán
el mapa geoestratégico mundial y las instancias
e instituciones que habrán de sostenerlo.
Las calles del mundo se llenan de gritos contra la masacre,
obreros, jóvenes, estudiantes, las capas medias
en mares prenden el mundo; buscan detener la carnicería,
pero esos gritos y mares están limitados por el
pacifismo pequeño burgués y están
sujetos al inmediatismo, se resiente la ausencia de la
dirección y acción política proletaria.
La numeraria de esta carnicería da cuenta de millones
de dólares, de millones de balas de la industrialidad
capitalista al servicios de la muerte, de cuantiosas reservas
de oro negro, de miles y miles de bombas y balas, de miles
de soldados, etc., pero la guerra de rapiña no
es, como dijera Julius Fucik en Reportaje al pie de la
horca, un problema de números y matemáticas,
sino un grave problema de correlación de fuerzas
entre la burguesía y el proletariado, entre el
fascismo y el antifascismo, entre el imperialismo y el
antiimperialismo. Cuanta falta nos hace por estos días
una Primera Internacional dirigida por Marx y Engels o
una Internacional Comunista dirigida por Lenin, Stalin
y Jorge Dimitrov. Nos hace falta la unidad de la clase
obrera mundial bajo las consignas de: ¡¡Proletarios
de todos los países, uníos!! ¡¡Guerra
a la Guerra Imperialista!!
En el periódico La Jornada, el
enviado especial del periodico The Independent, Roberto
Fisk, denuncia la masacre que realizan los gobiernos de
los Estados Unidos e Inglaterra en Irak, pero al analizar
el discurso del general Hazim al-Rawi, del Ministerio
de Defensa, que exhorta a los iraquíes a luchar
contra el ejercito invasor, el periodista comenta que
le recuerda la forma en que José Stalin animaba
a sus tropas a combatir al invasor nazi. Sin duda alguna
existe un paralelismo entre Bush y Hitler, sin embargo
Hussein no es el dirigente comunista Stalin ni tampoco
el pueblo iraquí es el pueblo soviético.
Asimismo, mientras el pueblo iraquí con valentía
y heroísmo defiende sus intereses nacionales bajo
la hegemonía de la burguesía “patriótica”
encabezada por Saddam Hussein y el partido Baas, y aún
pese a ellos, el pueblo y la clase obrera soviéticos,
durante la Gran Guerra Patria, luchó por la defensa
de la Patria Socialista, la construcción del socialismo
bajo la hegemonía del proletariado soviético
encabezado por el Partido Comunista Bolchevique de la
URSS, aplastó al nazifascismo, amplió el
campo socialista y contribuyó de manera decisiva
a la lucha de liberación nacional y anticolonial.
Así, lo menos que se puede decir es que resulta
muy desafortunada la comparación del opresor y
explotador del pueblo iraquí que enfrenta la invasión
imperialista, con el gran dirigente de la clase obrera
y pueblo soviético.
Las
organizaciones y partidos marxista-leninistas, tenemos
que reconocer, autocríticamente, nuestra debilidad
en el movimiento antifascista y antiimperialista, y la
falta de iniciativa para articular en esta coyuntura una
política unitaria que oriente la lucha del proletariado
internacional y los pueblos del mundo en contra de las
guerras imperialistas de rapiña, que potencié
su lucha de emancipación. Por eso, por estos días,
nuestra tarea central es seguir trabajando por la organización
revolucionaria de la clase obrera y el triunfo de la revolución
proletaria mundial.