Bush,
los Republicanos de USA, los fascistas y reaccionarios del
mundo, están de plácemes.
Haber predominado en las elecciones y controlar el poder
del Estado norteamericano le permite a Bush II, armar un
programa y una estrategia que le posibilite un segundo mandato
y consolidar su hegemonía tanto dentro de la Unión
Americana como fuera de sus fronteras en tanto que país
imperialista.
Si bien es cierto que la “Guerra contra el Terrorismo”
fue el programa de campaña de los republicanos, para
generar entre el electorado un sentimiento de “sólo
Bush nos salva contra el eje del mal”, ahora con el
triunfo, esa “guerra” la van administrar de
tal manera que Washington y en particular la fracción
imperialista que representa el Presidente norteamericano,
se coloquen a la cabeza de una nueva oligarquía financiera
mundial, que rediseñe el mapa geopolítico
del planeta por la buenas y si no también por la
malas. Esta es la agenda más urgente para el imperialismo
yanqui pues la lucha de clases en su patio trasero le aconseja
que hay que administrar esta agenda con bastante prisa pues
los ejemplos de Hugo Chávez y Lula pueden salirse
del control democrático-burgués y por lo tanto
del control imperialista.
La Guerra por el petróleo (encubierta con cualquier
otro nombre), va adquirir diversas formas: militares (desde
luego), diplomáticas, de inversiones, de acuerdos
comerciales, de ayudas humanitarias, de “compromisos
contra la pobreza y por el desarrollo”, de préstamos,
etc. Con nombres concretos en cada rincón de la tierra.
Por eso, no es extraño que una vez pasadas las elecciones
donde la fiebre guerrerista era el principal incentivo electoral,
ahora Bush, en un aparente concesión al régimen
de Irak (sin dejar de blandir la espada de Damocles sobre
el pueblo iraquí) firma un acuerdo conjunto con los
imperialistas franceses en el que, aparentemente, acepta
no intervenir militarmente hasta en tanto los inspectores
de la ONU no rindan un informe sobre la producción
de armas de exterminio masivo que supuestamente produce
el gobierno de Saddam Husein. En la propuesta presentada
a la ONU de manera conjunta entre Estados Unidos y Francia,
se exige un término inmediato de desarme de Irak.
Esta salida, pone por un lado a Francia como el interlocutor
de la CEE frente a Estados Unidos en el tema de la guerra
y permite a los yanquis maniobrar con los “indecisos”
para presionarlos hacia una salida en la dirección
que ellos quieren, es decir en una mejor ubicación
estratégica por parte de Bush, para el control del
petróleo mundial.
Por lo pronto, para Fox y Castañeda, esta salida,
les produjo un cierto alivio pues, en caso de que el gobierno
yanqui se hubiera embarcado en la guerra, no les hubiera
quedado otra alternativa mas que apoyarlo aún a pesar
del desprestigio que esto acarrearía para el gobierno
foxista. Ahora, le dirán a Bush, que en realidad
estaban con el pero que había que justificar la intervención
contra el pueblo iraquí.
En el ámbito nacional, el gobierno de Fox, también
busca una tregua con el PRI y el PRD, por un lado para sacar
adelante la Ley de Egresos y el presupuesto de egresos para
el 2003 y por otro, para definir la táctica y la
estrategia hacia las elecciones legislativas de ese mismo
año, que les permita tener una mayoría en
la Cámara de Diputados Federal.
Así están las cosas por estos días...